El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó su publicación “El impacto macroeconómico de la reforma energética ecuatoriana” con datos alentadores con base en estimaciones realizadas desde 2016 hasta 2023 a partir de las políticas iniciadas en el sector energético en el país en 2009, sin embargo, las estimaciones parecen ser demasiado optimistas, principalmente por los supuestos que asume.
El documento inicia con un análisis histórico del sector energético hidroeléctrico en Ecuador, resaltando el salto importante que se dio en los años 80 y afirmando que este se descuidó hasta 2013 fruto de la desconfianza hacia el sector por ser muy sensible ante situaciones climáticas extremas. Además, resalta que la cobertura eléctrica a nivel nacional pasó de 89% en 2001 a 97,3% a fines de 2017, sin embargo, es necesario mencionar que para 2007 la cobertura ya era de 93,35%, con lo cual se observa un aumento de 4,35 puntos porcentuales (pp) en el periodo 2001-2007 (6 años) y de 3,95 pp de 2007 a fines de 2017 (10 años) (Gráfico 1).
El informe continúa calculando el costo de mantener los subsidios sobre combustibles en el país a través de tres metodologías distintas con similares resultados ($76.264 millones) y finalmente se presentan las estimaciones para el futuro.
Gráfico 1
Cobertura anual del servicio eléctrico
Fuente: Agencia de Regulación y Control de Electricidad – Ministerio de Electricidad y Energía Renovable.
Elaboración: Consultora Multiplica.
Los resultados que presenta el informe sobre la implementación de las políticas energéticas a partir del año 2009 son muy alentadores, pues las estimaciones que se obtienen para el periodo 2016-2023 son: ahorro en subsidios de $ 22.664 millones y reducción neta de importaciones de $ 9.967 millones, la cual se divide entre el impacto de la construcción de centrales hidroeléctricas ($ 8.928 millones) y sustitución de cocinas a gas por inducción y calentadores de agua ($ 1.039 millones).
Sin embargo, existen algunos supuestos de dichas estimaciones que difieren de la realidad, como primer punto los autores suponen que todas las centrales hidroeléctricas trabajan a su máxima capacidad y que entrarán en funcionamiento de acuerdo con las fechas planteadas en el Plan Maestro de Electricidad 2016-2025, pero como se puede observar en la Tabla 1, muchos proyectos no se encuentran terminados como es el caso de: Minas San Francisco, Toachi Pilatón y Delsitanisagua, lo que implica que las estimaciones se realizaron suponiendo una generación mayor de GWh por año a la real. Además, existen otros proyectos que presentan fallas estructurales, como Sopladora, que deben ser corregidas, según declaraciones de los ministros de Estado.
Tabla 1
Proyectos hidroeléctricos emblemáticos
Fuente: Ministerio de Electricidad y Energía Renovable.
Elaboración: Consultora Multiplica.
1 En la publicación del BID se tomó como referencia que iniciarían sus actividades a partir de diciembre de los años señalados.
Por otra parte, existe una subutilización de la capacidad potencial de las centrales hidroeléctricas (Tabla 2). El proyecto Coca Codo Sinclair, por ejemplo, según el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable (MEER) ha aportado con 12.090,6 GWh de abril 2016 a junio 2018, lo cual si se toma en cuenta que se trata de un periodo de dos años y dos meses, se tendría una generación aproximada por año de 6.000 GWh, que es 2.734 GWh menor a su capacidad total. Sopladora presenta el mismo escenario, de los 5.600 GWh que pudo haber producido en dos años, solamente alcanzó 4.358,05 en dos años y dos meses; en Manduriacu se tiene déficit de 60 GWh aproximadamente por año. Esto ha ocurrido tanto por ausencia de demanda como por fallas presentes en la construcción de los proyectos.
Tabla 2
Generación potencial y real (GWh) de proyectos emblemáticos
Fuente: Ministerio de Electricidad y Energía Renovable.
Elaboración: Consultora Multiplica.
Un factor importante para las estimaciones realizadas se refiere a las cocinas de inducción, pues el escenario de comparación se construye a partir del número de cocinas en funcionamiento a finales de 2015, que se afirma en el documento era de 300.000 cocinas, pero en el mismo informe se menciona que actualmente 722.121 cocinas se encuentran funcionando, lo cual es más del doble de la cifra con la cual se construyó el escenario contrafactual.
Cabe mencionar además que la meta de cocinas vendidas para 2017 era de 3 millones de unidades, es decir, no se cumplió ni 25% de la meta propuesta para el periodo 2014-2017 (722.121 vendidas). El escenario proyectado plantea que se venderán las 3 millones de cocinas hasta 2024, sin embargo, observando las ventas alcanzadas en el primer periodo, este supuesto no termina de justificarse. Además, se contempla que por cada cinco hogares que remplacen su cocina de gas a inducción, uno cambiará su calefón a gas por uno eléctrico, cifra que también sería menor de acuerdo al mismo argumento.
Adicionalmente. si bien las proyecciones realizadas sobre el cambio en subsidios, impacto fiscal y balanza comercial toman en cuenta la construcción y demanda futura de ciertos proyectos como Metro de Quito, Tranvía de Cuenca, aumento de demanda de concinas de inducción, migración a calefones eléctricos, el proyecto Optimización, Generación Eléctrica y Eficiencia Energética en el Sector Petrolero (OGE&EE ) y el poliducto Esmeraldas-Quito, existen otros factores que no pudieron ser tomados en cuenta por la fecha de elaboración del informe pero invalidan los supuestos:
- Medidas económicas del presidente Moreno: aumento de precio de la gasolina súper y revisión del subsidio a diésel para la industria. Esto invalida el supuesto de los precios de venta de combustibles, pues se da por sentado que estos se mantienen constantes a niveles de 2014 para el público, para el sector industrial y comercial los precios se ajustan según la reforma de octubre 2015.
Estas medidas, además de cambiar la estructura de precios para la gasolina y el diésel, alteran la estructura de la demanda puesto que si bien ciertas personas estarán dispuestas a pagar un mayor precio por la gasolina tipo súper, otro grupo optará por consumir otro tipo de gasolina de menor costo, lo cual cambia finalmente el monto subsidiado para ambos tipos de gasolina.
- Incentivos para la adquisición de cocinas de inducción: para las estimaciones se dedujo que los incentivos finalizaban en 2018, sin embargo, en marzo del presente año se anunció la ampliación hasta 2024 de la medida que incluye, para todos quienes adquieran cocinas de inducción, subsidio de 80 kilovatios hora al mes, financiamiento de $ 800 para la compra de cocinas a 48 meses plazo y financiamiento de hasta $ 100 para la compra de ollas funcionales para este tipo de cocinas (con o sin estos incentivos, como se mencionó, es poco probable que se alcance la meta de 3 millones de cocinas vendidas hasta 2024) .
Por todos los elementos mencionados en el informe del BID, los valores expuestos podrían encontrarse sobreestimados, es decir, que el ahorro en subsidios y reducción de importaciones calculados podrían ser considerablemente menores debido a los supuestos que se han asumido en la publicación, ciertos elementos pudieron ser previstos en la elaboración del informe y otros no, sin embargo, el tratamiento de las cifras presentadas por el BID deberían tratarse con suma cautela con las nuevas normas emitidas.
Por: Sebastián Rodríguez, redacción revista GESTIÓN.
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Last modified on 2018-09-12