El lunes 26 de marzo, medios de comunicación ecuatorianos alertaron a la ciudadanía del posible secuestro de un equipo periodístico de diario El Comercio. Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra viajaron a zona fronteriza para cubrir los hechos violentos registrados durante las últimas semanas en el lugar.
El hecho fue confirmado por autoridades al día siguiente: “Como es de conocimiento público, tres comunicadores de diario El Comercio fueron secuestrados el día de ayer; esto sucedió en horas de la mañana en el cantón Mataje, provincia de Esmeraldas, tenemos registro de que pasaron por el retén militar y recibieron las advertencias correspondientes”, dijo el ministro del Interior, César Navas, en una rueda de prensa.
Se confirmó entonces que los periodistas habían sido retenidos por el frente Oliver Sinisterra, comandando por alias “Guacho”, disidente de las FARC.
Esto llevó a que el Gobierno convoque al Consejo de Seguridad Pública y del Estado para estudiar soluciones pues se presumía que los tres secuestrados se encontraban en territorio colombiano.
Al paso de dos días de la confirmación del secuestro, un colectivo de 500 periodistas entregó un manifiesto a la Embajada de Colombia en Ecuador, solicitando esfuerzos para rescatar con vida a sus colegas, además de exigir acciones conjuntas pues los hechos en frontera son responsabilidad de ambas naciones.
A partir de ese momento, la rutina diaria de familiares, amigos y colegas de Javier, Paúl y Efraín cambió por vigilias nocturnas frente al Palacio de Gobierno. Con las frases “Nos faltan tres” y “Que vuelvan ya” cientos de personas pedían por la liberación de los tres secuestrados.
El 2 de abril, un video difundido por medios colombianos muestra por primera vez desde el secuestro una prueba de vida de los periodistas. En el mismo, Javier Ortega, por mandato de sus secuestradores, hace un llamado al presidente Lenín Moreno para que Ecuador y Colombia anulen su lucha contra el terrorismo y se acceda al intercambio de tres prisioneros de “Guacho” por los tres ecuatorianos, pues solo así podrían ser liberados.
El Gobierno rechazó la difusión video, pues se sostenía que este hecho podía entorpecer las investigaciones que se llevaban a cabo. Nueve días después, el frente Oliver Sinisterra difundió fotos de los tres periodistas presuntamente asesinados. Inmediatamente el presidente, quien se encontraba en Perú asistiendo a la Cumbre de las Américas, regresó al país y dio un plazo de 12 horas a los plagiadores para que entreguen una prueba de vida de los compatriotas.
Al cumplirse el plazo, el viernes 13 de abril, Moreno confirmó frente a la prensa el asesinato de Efraín, Paúl y Javier.
Desde la confirmación de su ejecución, sus familias y colegas han hecho vigilias continuas exigiendo justicia y la no impunidad del crimen cometido. El 19 de abril marcharon por la paz y pedían que el Gobierno haga lo posible por traer de vuelta los cuerpos de los periodistas.
Sin respuestas concretas, ha pasado un mes desde el secuestro y posterior asesinato de compatriotas a manos de grupos disidentes de las FARC.
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Last modified on 2018-05-21