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Autor: Consultora Multiplica *

Según Multiplica, la actual crisis eléctrica en Ecuador, caracterizada por apagones diarios, está poniendo en jaque el ya debilitado crecimiento económico del país. Frente a las estimaciones de pérdidas hechas por gremios empresariales, que oscilan entre USD 12 y USD 20 millones por hora, Multiplica propone un análisis más riguroso y matizado de la situación utilizando la Matriz Insumo-Producto (MIP) para desentrañar el impacto real de esta crisis en los diferentes sectores de la economía ecuatoriana, ofreciendo una perspectiva más precisa y equilibrada de los desafíos que enfrenta el país en este crítico momento.

UNA PRIMERA APROXIMACIÓN Y SUS LIMITACIONES

La crisis eléctrica vuelve a poner en jaque al desempeño de la economía nacional. Los apagones, que se han vuelto parte de la cotidianidad, amenazan con frenar el ya débil crecimiento económico del país. La falta de inversión en infraestructura, sumada a un estiaje severo y a una creciente demanda energética, ha llevado a una situación de emergencia que tiene consecuencias directas sobre el Producto Interno Bruto (PIB) y los diferentes sectores de la economía.

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades no han presentado una cifra oficial que cuantifique el impacto económico de los apagones. En su lugar, las pocas estimaciones disponibles provienen de los gremios y cámaras empresariales. Algunas indican pérdidas por hora de USD 12 millones, mientras que otras, más pesimistas, calculan más de USD 20 millones por cada hora de apagón. Esta falta de consenso pone de manifiesto tanto la gravedad del problema como la incertidumbre sobre las verdaderas consecuencias económicas.

Una forma muy simplificada de estimar el posible impacto de los apagones es partir del PIB, que es de aproximadamente USD 118.000 millones. Al dividir esta cifra entre los 365 días del año y las 24 horas del día, obtenemos:

$ 118.000 millones365 días ×24 horas≈$ 13 millones×hora​

Este cálculo supone la paralización de la actividad económica durante cada hora de apagón. De ser así, se perderían aproximadamente USD 13 millones por hora, lo cual está dentro del rango estimado por los gremios. Tomando el valor de USD 12 millones por hora (cifra que más repiten los gremios), es posible proyectar diferentes escenarios de pérdidas, según la cantidad de horas de apagón por día y la duración de la crisis energética, que podría extenderse varios meses debido al estiaje (Gráfico 1). 

Gráfico 1

Pérdidas por los apagones

(USD millones)

Por ejemplo, en un escenario “optimista” de solo dos horas de apagón al día, las pérdidas tras 30 días serían de USD 720 millones, y al cabo de 150 días, se acumularían hasta los USD 3.600 millones. En el extremo opuesto, en un escenario de 12 horas de apagón diarias, las pérdidas tras 30 días alcanzarían los USD 4.320 millones, y tras 150 días llegarían a los USD 21.600 millones.

Si bien este análisis proporciona un marco sencillo para estimar las pérdidas económicas derivadas de los apagones, presenta varias limitaciones que deben ser consideradas cuidadosamente. En primer lugar, el cálculo asume que todos los sectores de la economía disminuyen su actividad durante las horas de apagón, lo que no es totalmente cierto. 

Existen sectores menos dependientes de la electricidad, como algunos servicios, que pueden continuar operando en alguna medida. Además, muchas empresas cuentan con generadores y sistemas alternativos de energía que les permiten mantener ciertas operaciones activas, lo que reduce el impacto total. Esto significa que la paralización de la producción no es homogénea, y no todas las actividades se detienen completamente.

El Gráfico 2 muestra la distribución del consumo de energía eléctrica en gigavatios hora (GWh) por sectores. El sector industrial con un consumo de 11.913 GWh sería el más afectado, ya que consume el 40,5% del total. Esto implica que cualquier interrupción en el suministro eléctrico tiene un impacto considerable en la producción manufacturera y otros procesos industriales que dependen de un flujo constante de energía.

Gráfico 2

Consumo de electricidad por sector (% del total)

El consumo del sector residencial asciende a 8.646 GWh, lo que representa el 29,4% del total. Los cortes de luz en este sector afectan principalmente a los hogares. Muchas personas que dependen del teletrabajo se ven obligadas a detener sus actividades durante los apagones, lo que afecta tanto su rendimiento laboral como los ingresos de los hogares. Además, la incertidumbre sobre la estabilidad del suministro eléctrico puede hacer que los consumidores reduzcan su demanda de bienes y servicios, afectando a sectores comerciales que dependen del consumo familiar.

El sector comercial tiene un consumo de 7.986 GWh, lo que representa el 27,2% del consumo total de energía, haciéndolo vulnerable a los apagones. La falta de electricidad afecta directamente el funcionamiento de los establecimientos comerciales, interrumpiendo ventas, servicios y la logística de las operaciones. Grandes cadenas de distribución y pequeños comercios se ven igualmente perjudicados, ya que sin electricidad no pueden realizar transacciones electrónicas, operar sistemas de refrigeración o gestionar inventarios de manera eficiente.

Además, en un entorno donde gran parte del comercio depende de la infraestructura digital, la falta de energía impide las ventas online, afectando a las empresas que dependen de este canal. Servicios como el procesamiento de pagos, la atención al cliente y la entrega de productos se ven afectados. Los centros comerciales y otros puntos de venta que no cuentan con generadores experimentan una caída en el tráfico de clientes debido a la falta de iluminación y climatización, lo que provoca un descenso en las ventas presenciales.

Por el contrario, el consumo de electricidad en el sector transporte es mínimo, representando apenas el 0,1% del total, con solo 23 GWh. Esto refleja que el transporte en Ecuador depende mayoritariamente de combustibles como el diésel y la gasolina, en lugar de la electricidad para sus operaciones diarias. La mayor parte de los vehículos de transporte público y de carga, no requieren un suministro eléctrico constante para funcionar.

Sin embargo, aunque el impacto directo de los apagones en este sector es limitado, puede haber efectos indirectos importantes. La falta de energía puede afectar la operación de los sistemas de control del tráfico, las estaciones de carga de vehículos eléctricos, y la logística de empresas de transporte que dependen de la tecnología para gestionar rutas y flotas

Otra limitación importante está relacionada con los horarios y zonas de los apagones. Los cortes de luz no afectan de manera uniforme a todo el país, ya que los apagones suelen estar programados de manera escalonada y en diferentes horarios según la ubicación. Esto implica que algunas áreas experimentan apagones más prolongados o frecuentes, mientras que otras pueden verse menos afectadas o incluso no sufrir interrupciones en absoluto. Este análisis, sin embargo, no refleja esas diferencias y trata el impacto de manera generalizada.

A pesar de sus limitaciones, esta estimación ofrece una aproximación sencilla para indagar el impacto económico de los apagones. Si bien no todos los sectores detendrán por completo sus actividades, y muchas empresas implementarán medidas de mitigación, esta cifra puede considerarse como un techo de las pérdidas económicas, en un caso extremo donde la producción se detenga por completo durante los apagones.

¿CÁLCULO SOBRESTIMADO? UNA COMPARACIÓN CON CRISIS RECIENTES

 El impacto de los apagones en Ecuador, proyectado en USD 12 millones por hora, representa una amenaza considerable para la economía nacional. Para comprender mejor estas pérdidas, resulta útil compararlas con crisis recientes como la pandemia de COVID-19 y los paros nacionales de octubre de 2019 y junio de 2022. Aunque estos eventos son diferentes, todos comparten una característica común: la interrupción o ralentización significativa de la actividad económica.

Durante la pandemia, Ecuador enfrentó una de las crisis económicas más graves de su historia reciente. Las pérdidas totales fueron estimadas en USD 16.382 millones entre marzo y diciembre de 2020. Este periodo abarcó aproximadamente 300 días, lo que nos da:

 

$ 16.382 millones300 días​≈$ 54,6 millones por día

Si dividimos esta cifra entre las 24 horas del día, obtenemos:

$ 54,6 millones por día24 horas​≈$ 2,3 millones por hora

 

Esto significa que, en promedio, las pérdidas por hora durante la pandemia fueron de USD 2,3 millones, afectando gravemente a sectores clave como el comercio, el turismo, y la industria. Las restricciones en la movilidad y el cierre de actividades económicas causaron una disrupción masiva que se extendió durante varios meses.

Por su parte, el paro nacional de octubre de 2019, que duró 11 días, generó pérdidas económicas estimadas en USD 822 millones. Al desglosar estas cifras tenemos:

 

$ 822 millones11 días​≈$ 74,7 millones por día

​$ 74,7 millones por día24 horas​≈$ 3,1 millones por día

 

Es decir, las pérdidas por hora durante este paro sumaron USD 3,1 millones, afectando gravemente al comercio, el transporte, y otros sectores. Según el Banco Central del Ecuador (BCE), la paralización total de muchas actividades económicas durante estos días tuvo un impacto profundo en la economía local y nacional.

Por último, el paro nacional de junio de 2022, que duró 18 días, causó pérdidas estimadas en USD 1.115 millones o el equivalente a USD 2,6 millones por hora:

 

$ 1.115 millones18 días​≈$ 61,9 millones por día

​$ 61,9 millones por día24 horas​≈$ 2,6 millones por día

 

Durante la pandemia, las pérdidas por hora se calcularon en USD 2,3 millones, a pesar de que la crisis afectó a prácticamente todos los sectores de la economía y se extendió por casi 300 días. Aún en un escenario tan prolongado y generalizado, las pérdidas por hora fueron cinco veces menores que las estimaciones proyectadas para los apagones. Esto sugiere que las estimaciones de USD 12 millones por hora podrían estar sobreestimadas.

Del mismo modo, en el paro nacional de octubre de 2019, las pérdidas por hora fueron de USD 3,1 millones y de USD 2,6 millones en el paro de junio de 2022. Comparado con las proyecciones para los apagones, las pérdidas de estos paros resultan ser entre cuatro y cinco veces menores, lo que nuevamente sugiere que las cifras proyectadas para los apagones podrían estar infladas (Gráfico 3).

Gráfico 3

Comparación de las pérdidas ($ millones por hora)

Aun así, analizar cómo las crisis anteriores afectaron a los distintos sectores económicos puede darnos una idea de lo que se puede esperar con la actual crisis de apagones. En ese sentido, el comercio fue uno de los sectores más afectados durante las últimas crisis. En el paro de octubre de 2019, el comercio sufrió pérdidas significativas, representando el 23,9% del total, con una afectación de USD 196 millones. De manera similar, en junio de 2022, el comercio fue uno de los sectores más golpeados, con pérdidas estimadas en USD 318 millones. 

En el contexto de los apagones, el impacto sería aún más severo que en las crisis anteriores. Las interrupciones en las ventas, la logística, y el suministro de productos afectarían tanto a grandes cadenas como a pequeños comerciantes. Durante la pandemia, el comercio pudo adaptarse mediante el uso de plataformas online, pero aun así se estima que perdió USD 5.515 millones.

El sector industrial fue otro de los más afectados durante las crisis recientes. En el paro de 2019, la industria experimentó pérdidas por USD 78 millones, lo que representó el 9,5% del total de las pérdidas económicas. Durante la pandemia, la industria también sufrió una caída significativa de USD 1.717 millones.

Sin embargo, los apagones presentan un desafío aún mayor para la industria, especialmente en las actividades manufacturera y agroindustrial, que dependen de un suministro continuo de energía para sus procesos de producción. Las fábricas que utilizan maquinaria pesada o automatizada quedarían paralizadas durante las horas de apagón. Esto no solo afectaría la producción interna, sino también las exportaciones, lo que a su vez tendría un impacto en la balanza comercial del país.

En sectores clave como la agroindustria, que requieren energía constante para el procesamiento y conservación de productos agrícolas, las pérdidas podrían ser incluso más severas que en los paros nacionales. Además, la falta de energía eléctrica afectaría el almacenamiento en frío, lo que llevaría a la pérdida de productos perecederos y aumentaría los costos para las empresas agrícolas.

Otro aspecto por considerar es la desaceleración en la inversión. Las empresas industriales que dependen de energía confiable para operar podrían posponer o cancelar inversiones si la crisis energética persiste, lo que tendría un impacto prolongado en la recuperación económica del país. Este efecto podría ser más severo que lo experimentado durante la pandemia o los paros, donde la actividad económica se reanudó relativamente rápido una vez que cesaron las restricciones.

El transporte, aunque afectado durante los paros nacionales por bloqueos de carreteras, enfrentaría una disrupción diferente pero igualmente crítica durante los apagones. En 2019, el sector transporte sufrió pérdidas por USD 76 millones (equivalente al 9,3% del total de pérdidas), principalmente debido a la interrupción de la movilidad de personas y mercancías. 

A diferencia de los paros, donde el transporte fue interrumpido por bloqueos físicos, los apagones afectarían la infraestructura necesaria para el funcionamiento del sector. Las empresas de transporte que dependen de sistemas electrónicos para gestionar rutas y flotas sufrirían retrasos y costos adicionales. La interrupción prolongada de estas operaciones podría resultar en un aumento en los precios de transporte y distribución, lo que afectaría negativamente a otros sectores dependientes de la cadena de suministro.

El sector turístico, al igual que el comercio y la industria, ha sido gravemente afectado tanto por la pandemia como por los paros nacionales. En 2019, las pérdidas en turismo fueron de USD 82 millones, principalmente debido a la reducción en el turismo interno y la cancelación de reservas en zonas clave del país. Durante el paro de 2022, el turismo volvió a sufrir, con cancelaciones masivas en las reservas de hoteles y en las agencias de viaje.

Aunque el turismo no es tan intensivo en energía como otros sectores, la falta de infraestructura básica afectaría directamente a hoteles, restaurantes, y operadores turísticos, reduciendo el atractivo de las principales zonas turísticas del país. Esto tendría un impacto fuerte durante las vacaciones de fin de año por citar un ejemplo.

Si los apagones se prolongan, es probable que muchos turistas opten por destinos más confiables en términos de infraestructura, lo que afectaría no solo al sector hotelero y gastronómico, sino también a las empresas que dependen del turismo como un factor clave para su crecimiento económico. La recuperación del sector turístico, que ya fue lenta después de la pandemia, podría verse afectada nuevamente por los apagones, con pérdidas acumuladas que podrían exceder las observadas en las crisis anteriores.

UNA PROPUESTA PARA MEDIR LOS EFECTOS DE LA CRISIS ELÉCTRICA

Tomando en cuenta todo lo mencionado anteriormente, queda claro que es necesario contar con un enfoque que permita medir de manera más precisa el impacto de esta crisis y sus efectos en la estructura productiva. Por lo tanto, el método propuesto para este análisis se basa en la Matriz Insumo-Producto (MIP), una herramienta que nos permite capturar las interrelaciones entre los sectores de la economía y modelar cómo un choque en la oferta de electricidad puede generar efectos en cadena en otros sectores.

La MIP es esencial para comprender cómo los diferentes sectores productivos están interconectados. Este modelo muestra cómo los productos de un sector sirven como insumos para otros, y permite cuantificar tanto la demanda de insumos de cada sector (encadenamientos hacia atrás) como la importancia de un sector como proveedor de insumos para otras industrias (encadenamientos hacia adelante).

La MIP nos permite calcular tanto los impactos directos como los indirectos que se propagan a través de los encadenamientos productivos. Esto convierte a la MIP en una herramienta ideal para estimar el impacto de la crisis eléctrica en Ecuador y presentar una propuesta que complemente las estimaciones realizadas por los gremios empresariales.

Las últimas cifras publicadas por el BCE corresponden a la MIP para el año 2020. Los datos revelan que algunos sectores son especialmente influyentes en la economía ecuatoriana. Estos sectores, llamados sectores clave, tienen un gran impacto tanto como demandantes de insumos como proveedores de productos a otros sectores. Un sector se considera clave cuando, por cada dólar invertido en su demanda final, genera un impacto significativo en otros sectores debido a su fuerte interrelación con ellos.

En el caso del sector eléctrico, se observa que, por cada dólar invertido en este sector, se demandan USD 1,31 adicionales en las empresas que le proveen insumos, como combustibles y maquinaria (encadenamiento hacia atrás). Además, por cada dólar que este sector produce en electricidad, genera USD 1,63 dólares adicionales en los sectores que dependen de la energía eléctrica, como la manufactura, el comercio y los servicios (encadenamiento hacia adelante). Este doble impacto lo convierte en uno de los sectores más importantes de la economía (Gráfico 4).

Gráfico 4
Sectores clave de la economía (encadenamientos en $)

Además de los sectores clave, la MIP identifica otros tipos de sectores que juegan roles importantes en la economía: motor, base e isla. Los sectores motor son aquellos que, debido a su capacidad para generar valor en varias etapas del proceso productivo, impulsan el crecimiento económico de manera significativa. Estos sectores tienen un impacto fuerte por la cantidad de insumos que demandan de otros sectores, por ejemplo: 

  • Elaboración de cacao, chocolate y productos de confitería: con un encadenamiento hacia atrás de 1,47, es un motor clave en el sector de la agroindustria y de las exportaciones, agregando valor a la cadena productiva del cacao y derivados.
  • Procesamiento y conservación de camarón: crucial debido a demanda de insumos y su importante rol como exportador. Tiene un alto encadenamiento hacia atrás (1,42), lo que lo convierte en un pilar fundamental para el comercio exterior.
  • Elaboración de productos lácteos: necesita una gran cantidad de insumos para la producción (encadenamiento hacia atrás de 1,39). 

Gráfico 5

Sectores motor de la economía (encadenamientos en $)

Por su parte, los sectores base desempeñan un papel estructural en la economía, sirviendo como soporte para el funcionamiento de otros sectores productivos. Estos sectores facilitan el flujo de bienes y servicios y permiten que otras industrias operen de manera eficiente. Aunque no demandan tantos insumos como los sectores clave o motor, su impacto se refleja en los encadenamientos hacia adelante, es decir, en su capacidad para proveer productos o servicios fundamentales a otros sectores. Los principales sectores base son:

  • Actividades profesionales, técnicas y administrativas: con un encadenamiento hacia adelante de 4,78, este sector es un soporte vital para otros sectores, proporcionando servicios especializados que son esenciales para su operación.
  • Comercio al por mayor y al por menor: este sector tiene un encadenamiento hacia adelante de 3,55, lo que subraya su rol como facilitador del flujo de productos a lo largo de la economía.
  • Transporte y almacenamiento: tiene un encadenamiento hacia adelante de 2,76, lo que refleja su importancia en la movilización de bienes y servicios en el país.

Por último, los sectores isla tienen un grado más bajo de interrelación con otros sectores de la economía. Aunque su impacto directo es menor, aún pueden verse afectados por disrupciones en sectores clave, como el eléctrico, debido a su dependencia de recursos fundamentales como la energía, por ejemplo:

  • Elaboración de productos de tabaco: con un encadenamiento hacia atrás de 0,93 y hacia adelante de 0,63, este sector tiene menos interrelaciones en la economía, pero sigue siendo importante en términos de producción.
  • Elaboración de bebidas alcohólicas: este sector presenta un encadenamiento hacia atrás de 0,96 y hacia adelante de 0,67, lo que lo coloca en una posición más aislada en comparación con sectores clave o motor.

Una vez revisados los resultados de la MIP, que nos permiten identificar los sectores clave, motor, base e isla, es momento de proceder con las simulaciones para estimar los efectos de la crisis eléctrica mediante el modelo de Ghosh, el cual se centra en el enfoque de oferta. Este enfoque es particularmente útil para evaluar cómo una reducción en la oferta de un sector crítico, como el de generación, captación y distribución de energía eléctrica, afectará al resto de los sectores productivos de la economía ecuatoriana.

El supuesto clave es que una reducción en la capacidad productiva de un sector afectará directamente a aquellos que dependen. Para representar esto matemáticamente, se utiliza una matriz inversa que relaciona los insumos con la producción de cada sector, modelando cómo una variación en la oferta de un sector impacta al resto. La ecuación básica del modelo de Ghosh es:

X=(I-B)-1⋅S

Donde:

  • 𝑋 es el vector de producción total.
  • 𝐵 es la matriz de coeficientes de oferta, que describe la relación entre los sectores y sus proveedores de insumos.
  • 𝑆 es el vector de la oferta inicial o los insumos disponibles.
  • (I-B)-1  Es la matriz inversa de Ghosh, que permite calcular el efecto total de un cambio en la oferta sobre la producción total de la economía.

Dejando de lado las cuestiones técnicas, nuestros resultados preliminares estiman pérdidas por hora de USD 1,9 millones frente a un shock en el sector eléctrico del 5%, de USD 2,8 millones para una reducción del 10%, y de USD 3,4 millones para un shock del 20%. Estos resultados reflejan que, aunque el impacto es significativo, es menor que las estimaciones de los gremios y están más alineadas a los registros de crisis pasadas. 

Las pérdidas por sector reflejan la dependencia de la electricidad como insumo, y los sectores más afectados son aquellos que dependen intensamente de la energía eléctrica. Entre los sectores más impactados por una reducción en la oferta de electricidad destacan los sectores industriales, como la manufactura y la agroindustria. No obstante, cabe destacar de nuevo que los resultados son preliminares y hay que tomarlos con pinzas, pero aportan un granito de arena a la discusión.










 

Last modified on 2024-10-20

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