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Autor: Consultora Multiplica *

La discusión sobre si Ecuador está o no en recesión va más allá de una simple definición técnica y requiere un análisis más profundo de los ciclos económicos y sus indicadores. Pues, si bien el país experimentó un decrecimiento en el tercer y cuarto trimestre de 2023, seguido de un repunte en el primer trimestre de 2024, la situación económica actual presenta señales preocupantes de desaceleración. Estas incluyen una caída en las ventas locales e internacionales, proyecciones de crecimiento poco alentadoras para 2024 y 2025, y persistentes desafíos socioeconómicos como la desigualdad, la pobreza y la inseguridad. En este contexto, Multiplica subraya la importancia de considerar un conjunto más amplio de medidas de actividad económica para evaluar la salud de la economía ecuatoriana y su trayectoria futura.

ASÍ SE EXPLICAN LOS NÚMEROS

En las últimas semanas se generó un debate sobre si la economía está o no en recesión. La discusión empezó tras una publicación del Banco Central del Ecuador (BCE). Con base en ese reporte, medios de comunicación nacionales e internacionales anunciaron que el país se encuentra en recesión. Sin embargo, el gerente del BCE, Guillermo Avellán y el ministro de Finanzas, Juan Carlos Vega explicaron lo contrario.

Parte de esta controversia se explica porque no existe una definición “oficial” de recesión. En 1974 el economista Julius Shiskin la definió como “una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) durante al menos dos trimestres sucesivos”. Tomando en cuenta este criterio, Ecuador estuvo en recesión ya que decreció en el tercer y cuarto trimestre de 2023 (Gráfico 1). Pero en el primer trimestre de 2024, el PIB repuntó por lo que “técnicamente” ya no se encontraría en recesión.

 

Gráfico 1

Crecimiento del PIB trimestral
(variación t/t-1)

 

Si bien esta definición es una regla útil, tiene sus inconvenientes. La principal desventaja de la regla de Shiskin es que la tasa de variación del PIB presenta cambios erráticos debido a revisiones de los datos preliminares, por ejemplo, un resultado negativo puede convertirse fácilmente en positivo. Además, centrarse únicamente en el PIB es limitado, y a menudo es mejor considerar un conjunto más amplio de medidas de la actividad económica para determinar si un país está sufriendo efectivamente una recesión. 

La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), una organización de investigación privada que mantiene una cronología de las fechas de inicio y fin de las recesiones en Estados Unidos, utiliza una definición más amplia y considera una serie de indicadores de actividad para decidir las fechas de las recesiones. La NBER define a la recesión como “una disminución significativa de la actividad económica que se extiende a toda la economía, que dura más de unos pocos meses, normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas”.

En ese sentido, analizar los ciclos económicos es crucial para evaluar la salud de una economía y determinar si se encuentra en una fase de expansión o contracción. Las fases de desaceleración corresponden a períodos de contracción, mientras que las fases de recuperación se asocian con períodos de expansión (Gráfico 2).

Gráfico 2

Fases del ciclo económico

Imagen

La utilidad del ciclo económico depende de su medición, la cual se ve condicionada por la calidad y disponibilidad de la información existente. En el caso de Ecuador, hasta 2014 no contaba con una identificación precisa de su ciclo de crecimiento económico. Pero a partir de ese año, el BCE empezó a publicar el “Reporte de indicadores del Ciclo Económico”. En julio de 2024 la metodología fue actualizada para incluir, entre otras cosas, las cifras del PIB con base móvil. 

DEVELANDO LOS CICLOS ECONÓMICOS

En ese sentido, el Gráfico 3 muestra los ciclos económicos del Ecuador desde el primer trimestre de 2000. En promedio, las fases de expansión tienen una duración de ocho trimestres (dos años), mientras que las fases de recesión se extienden por siete trimestres (algo más de un año y medio), y la duración promedio de un ciclo económico completo es de catorce trimestres (tres años y medio). Asimismo, el BCE identifica seis ciclos completos desde 2003 (Gráfico 3).

 

Gráfico 3

Ciclo económico de ecuador (2000-2024)
(índice base=100)

El primer ciclo va desde septiembre de 2003 hasta junio de 2007 y tuvo una duración de 45 meses. La fase de recuperación y expansión se extendió por 21 meses, mientras que la fase de desaceleración duró 24 meses. Entre los eventos más destacados de este período se encuentran la entrada en operación del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) el 14 de noviembre de 2003.

Además, en abril de 2005, tras una crisis política significativa y manifestaciones, Lucio Gutiérrez fue destituido, y Alfredo Palacio asumió como nuevo presidente. En los meses posteriores, Palacio declaró el estado de emergencia en el sector eléctrico durante 60 días. En el ámbito petrolero, en febrero de 2006 se declaró la caducidad del contrato de la petrolera Occidental, y más tarde se implementó la Ley 50/50, que modificó la distribución de ganancias para las petroleras privadas. 

El segundo ciclo va desde junio de 2007 hasta marzo de 2010 y tuvo una duración de 33 meses. La fase de recuperación y expansión se prolongó por 15 meses, mientras que la fase de desaceleración duró 18 meses. En octubre de 2007, Ecuador volvió a ser miembro activo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), después de haber estado inactivo desde 1992. Ese mismo año, el Gobierno emitió un decreto que exigía a las petroleras privadas entregar al Estado ecuatoriano el 99% de sus ganancias extraordinarias. 

En Septiembre de 2008, la crisis financiera mundial comenzó con la quiebra de Lehman Brothers, lo que afectó negativamente a Ecuador al reducir sus exportaciones y remesas. En el ámbito interno, a finales de 2008, los ciudadanos aprobaron la nueva Constitución de Montecristi. Además, durante este ciclo, se declaró ilegítima una parte de la deuda externa, y en 2009, el Gobierno recompró los bonos Global con un descuento significativo. Este ciclo concluye con la declaración de una emergencia eléctrica debido a un severo estiaje, lo que provocó apagones y generó pérdidas millonarias en el sector empresarial.

El tercer ciclo, que se desarrolló entre marzo de 2010 y diciembre de 2012, tuvo una duración de 30 meses. La fase de recuperación y expansión se extendió por 18 meses, mientras que la fase de desaceleración duró 12 meses. En julio de 2010, se inició la construcción de la Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, aprovechando el potencial del río Coca. 

Durante este periodo, también se implementó una nueva ley de hidrocarburos, que transformó a las empresas privadas en proveedores de servicios, otorgando al Estado un mayor control sobre las rentas petroleras. En 2010, Ecuador enfrentó la crisis del 30-S, cuando las fuerzas policiales se sublevaron en respuesta a la Ley de Servicio Público que eliminaba ciertos beneficios laborales (Gráfico 4). 

 

Gráfico 4

Precio mensual del WTI
(en $ por barril)

A nivel global, en 2011, la primavera árabe en el Medio Oriente influyó en mantener los precios del petróleo cerca de los $ 100 por barril. En el ámbito nacional, ese mismo año se llevó a cabo una consulta popular y referéndum que reformó el sistema judicial y promovió la regulación de los medios de comunicación. Finalmente, en 2012, el gobierno de turno incrementó el Bono de Desarrollo Humano (BDH) en $ 15.

El cuarto ciclo, que abarcó desde diciembre de 2012 hasta junio de 2016, tuvo una duración de 45 meses. La fase de recuperación y expansión se prolongó por 21 meses, mientras que la fase de desaceleración duró 24 meses. En febrero de 2013, Rafael Correa fue reelegido como presidente de la República. 

Ese mismo año, el gobierno ecuatoriano abandonó la iniciativa ITT y decidió comenzar la explotación de menos del 1% del parque. En 2014, la Asamblea Nacional aprobó el Código Orgánico Monetario y Financiero (COMF), unificando 30 leyes relacionadas con el sector bancario y financiero, y devolviendo ciertas atribuciones al Banco Central. A finales de ese año, el Banco Central introdujo el sistema de dinero electrónico. 

En 2015, los términos de intercambio en América Latina y el Caribe comenzaron a deteriorarse debido al fortalecimiento del dólar, lo que coincidió con una caída del 47% en el precio del petróleo crudo, una tendencia que continuó en 2016. Ante este panorama, el gobierno implementó salvaguardias para regular las importaciones.

El quinto ciclo, que se desarrolló entre junio de 2016 y septiembre de 2020, tuvo una duración total de 51 meses. La fase de expansión se extendió por 30 meses, seguida de una fase de desaceleración que duró 21 meses. Uno de los eventos clave de este ciclo fue la firma del acuerdo comercial con la Unión Europea en noviembre de 2016. 

En abril de 2017, Lenín Moreno fue elegido presidente de la República, asegurando en un principio la continuidad del proyecto político de su predecesor, Rafael Correa. Sin embargo, Moreno se distanció de la Revolución Ciudadana y, en diciembre de 2017, su vicepresidente, Jorge Glas, fue sentenciado a prisión.

En el ámbito económico, Richard Martínez fue designado como Ministro de Finanzas en 2018 y se firmó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por más de $ 4.000 millones en el marco del Servicio Ampliado, lo que implicó la reorganización de las finanzas públicas, recortes de gastos y la eliminación de subsidios. Estas medidas provocaron protestas sociales, principalmente impulsadas por sectores indígenas, que culminaron en un paro nacional del 3 al 14 de octubre de 2019, con daños y pérdidas estimadas en $ 820 millones.

Este ciclo finaliza con la declaración de la pandemia en marzo de 2020, lo que llevó al aislamiento obligatorio a nivel mundial. Las pérdidas económicas netas debido a la pandemia se estimaron en $ 16.380 millones, equivalentes al 16,6% del PIB de 2020, con el sector privado absorbiendo el 78,1% de estas pérdidas. Sectores como comercio, turismo y manufactura fueron particularmente afectados, mientras que el sector público sufrió pérdidas significativas en el área de salud. Estas consecuencias resultaron en una contracción del 9,8% del PIB en 2020. 

Por último, el sexto ciclo inició en septiembre de 2020. Un evento clave de este período fue la victoria de Guillermo Lasso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2021. En abril de ese mismo año, se aprobó la Ley de Defensa de la Dolarización, que reintrodujo el sistema de cuatro balances y prohibió el financiamiento del Banco Central al Ministerio de Finanzas. 

Hacia finales de 2021, se observó un resurgimiento de la inflación en las economías avanzadas y emergentes, fenómeno que no se había registrado en más de 20 años. Esta situación se intensificó en 2022 con el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que estos países son responsables del 30% de la producción mundial de trigo.

Entre el 13 y el 30 de junio de 2022, el país experimentó movilizaciones nacionales que impactaron negativamente la economía, con el Banco Central estimando pérdidas en ventas netas por $ 1.100 millones, equivalentes al 1% del PIB, siendo el sector no petrolero el más afectado. 

En 2023, Guillermo Lasso utilizó el mecanismo de muerte cruzada, lo que provocó elecciones anticipadas en agosto de ese año. Tras la disolución de la Asamblea Nacional, el riesgo país alcanzó 2.035 puntos el 3 de agosto, aunque disminuyó a 1.748 puntos luego de la elección de Daniel Noboa como presidente.

Más recientemente, el ciclo del PIB se ubicó por debajo de su tendencia de largo plazo en el primer trimestre de 2024. De acuerdo con el BCE, la fase de desaceleración de la economía ecuatoriana comenzó tras alcanzar un pico en el tercer trimestre de 2022. Posteriormente, la economía entró en un proceso de contracción en el cuarto trimestre de 2023, situándose actualmente en una etapa de recesión.

SÍNTOMAS DE DESACELERACIÓN

Los representantes del Banco Central y del Ministerio de Finanzas afirman que la recesión terminó en el segundo trimestre de 2024 y que ahora sigue una fase de recuperación. Sin embargo, analistas y académicos sugieren que la fase de recesión todavía no culmina. Además, las proyecciones de crecimiento para 2024 y 2025 son poco alentadoras (Gráfico 5). 


Gráfico 5
Proyecciones de crecimiento del PIB
(% de variación anual)

El BCE es el más optimista y prevé un crecimiento de 1% y 1,4% en 2024 y 2025, respectivamente. Por el contrario, el FMI y el Banco Mundial corrigieron a la baja sus proyecciones para 2024 con un crecimiento apenas por encima del 0%, pero coinciden con el Banco Central en que el próximo año la economía crecerá poco más del 1%.

Asimismo, hay señales de desaceleración, siendo la más evidente la caída de las ventas locales e internacionales que en el primer semestre de 2024 sumaron $ 113.552 millones y muestran una caída de casi 1% frente al mismo período de 2023. Además, si observamos la evolución de las ventas se nota que el ritmo de crecimiento venía cayendo en los últimos años, pues en 2021 registraron una variación positiva de 22%, que bajó a 17% en 2022 y hasta 6% en 2023 (Gráfico 6).

 

Gráfico 6

Evolución y variación de las ventas durante el primer semestre

¿UN FENÓMENO GLOBAL?

Según el más reciente World Economic Outlook del FMI, las proyecciones globales de crecimiento se mantienen en 3,2% para este año y 3,3% para el próximo, cifras muy por debajo del promedio de casi 4% registrado desde el comienzo de siglo hasta la pandemia. Las economías avanzadas siguen debilitadas. El crecimiento del empleo en Estados Unidos se ralentizó más de lo esperado en julio y la tasa de desempleo aumentó al 4,3%, lo que podría avivar el temor a un deterioro del mercado laboral que haga potencialmente vulnerable a la economía a una recesión.

Mientras tanto, el área del euro se sigue recuperando después de un desempeño plano el año pasado. Por su parte, Asia, con India y China a la cabeza, sigue siendo el motor principal del crecimiento global, pero las perspectivas a mediano plazo son débiles, con una desaceleración proyectada en China.

Aunque se espera que la inflación global se desacelere a 5,9% este año, los riesgos persisten, especialmente en economías avanzadas como Estados Unidos, donde el progreso en la desinflación se ha ralentizado. Esto podría obligar a los bancos centrales a mantener altas las tasas de interés por más tiempo, afectando el crecimiento global.

Además, los desafíos fiscales y la incertidumbre en las políticas económicas son preocupantes. La falta de consolidación fiscal suficiente en muchos países, incluyendo Estados Unidos, aumenta los riesgos para la estabilidad económica y financiera. Según el Fondo, el desmantelamiento gradual del sistema multilateral de comercio es otro tema de preocupación, ya que puede distorsionar el comercio, debilitar el crecimiento y dificultar la coordinación de políticas globales. 

REPERCUSIONES SOCIOECONÓMICAS

La economía global está experimentando un crecimiento bajo, lo que podría aumentar la desigualdad y la pobreza. Existe el riesgo de que el mundo entre en un período prolongado de crecimiento anémico, lo que exacerbaría la desigualdad. Un estudio del FMI indica que los estancamientos económicos prolongados pueden incrementar la desigualdad de ingresos dentro de los países en hasta casi un 20%.

La falta de creación de empleo y el crecimiento salarial durante estos períodos agravan el desempleo y reducen la proporción del ingreso que reciben los trabajadores, ampliando la brecha entre ricos y pobres. Hablando de pobreza las últimas cifras publicadas por el INEC muestran una leve mejora en el primer semestre del año, sin embargo, en retrospectiva los resultados de 2024 son peores que los registrados hace 10 años (Gráfico 7).  

 

Gráfico 7

Pobreza en el primer semestre
(% porcentaje de la población)

Por otro lado, la última encuesta de Comunicaliza revela que la inseguridad es la principal preocupación de los ecuatorianos, con un 34,1% de los encuestados señalándola como su mayor inquietud. Este porcentaje destaca la creciente percepción de riesgo y la sensación de vulnerabilidad en la población, que demanda una respuesta urgente y efectiva por parte de las autoridades para garantizar la seguridad ciudadana (Gráfico 8).

 

Gráfico 8

Preocupaciones de los ecuatorianos
(% del total)

El empleo también es una preocupación significativa, ocupando el segundo lugar con un 16,8%. La falta de oportunidades laborales y la precariedad en las condiciones de trabajo son problemas persistentes que afectan a un gran segmento de la población, solo 4 de cada 10 ecuatorianos tiene un empleo adecuado

La corrupción, mencionada por un 8,1% de los encuestados, sigue siendo un tema recurrente que socava la confianza en las instituciones y genera descontento en la ciudadanía. Asimismo, la pobreza también es una preocupación relevante, con un 6,7%, lo que evidencia la persistencia de la desigualdad y la falta de acceso a recursos básicos para una vida digna. 






 

Last modified on 2024-08-18

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