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Autor: Revista Gestión *

La leche, un alimento básico en la dieta de millones de personas en todo el mundo, desempeña un papel crucial tanto en la nutrición como en la economía. En Ecuador, el sector lácteo es un pilar fundamental de la industria agrícola, contribuyendo significativamente al PIB y proporcionando medios de vida a un gran número de productores, procesadores y distribuidores. En el marco del Día Mundial de la Leche, celebrado el 1 de junio, es oportuno destacar la importancia de este sector y su impacto en la sociedad.

PANORAMA DEL SECTOR LÁCTEO EN ECUADOR

Ecuador, con su diversidad geográfica y clima favorable, posee condiciones propicias para la producción lechera. Según datos del Centro de la Industria Láctea (CIL), la producción nacional de leche alcanzó los 5,7 millones de litros diarios en 2023, de los cuales, el 51,8% corresponde a la industria formal. Las principales provincias productoras son Pichincha, Santo Domingo, Cotopaxi, Manabí y Carchi, que en conjunto representan más del 60% de la producción total (Gráfico 1).

Gráfico 1

Principales provincias productoras de leche

La producción de leche en Ecuador se realiza principalmente en pequeñas y medianas unidades productivas. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2022, el 16% de las unidades de producción agropecuaria (UPA) dedicadas a la producción de leche eran pequeñas, el 21% medianas, el 9% grandes y el 55% muy grandes. Esta distribución ha variado en los últimos años, con un ligero aumento en la proporción de UPA pequeñas y medianas, y una disminución en las grandes y muy grandes (Gráfico 2). 

Gráfico 2

Cantidad de Unidades de Producción Agropecuaria 

Existen alrededor de 300.000 productores de leche en el país, de los cuales, el 80% son pequeños productores con menos de 20 hectáreas. Estos productores, enfrentan desafíos como la falta de tecnificación, el acceso limitado a crédito y la volatilidad de los precios, lo que afecta su rentabilidad y sostenibilidad.

La industria láctea formal en Ecuador está compuesta por alrededor de 70 empresas, que emplean a cerca de 3.000 colaboradores directos. Vita Alimentos tiene 29,4% del mercado y genera aproximadamente 300 plazas de empleo directas y unas 3.000 indirectas, incluyendo ganaderos, distribuidores, transportistas y personal de logística. Además, trabaja con 308 productores de leche, de los cuales, 96% son medianos y pequeños.

DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS DE LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES

A pesar de su importancia en la cadena láctea, los pequeños productores ecuatorianos enfrentan numerosos desafíos que amenazan su sostenibilidad económica. Según Francis Abad, coordinador nacional de Fe por la Leche, “el 60% de los pequeños productores están por debajo de la línea de pobreza, enfrentando hambre y desnutrición”. Esta situación se ve agravada por los bajos precios que reciben por su leche, lo que dificulta cubrir sus costos de producción y mantener un nivel de vida digno.

Abad expresa su preocupación sobre las prácticas de algunas empresas compradoras de leche: “Si bien existen empresas que realizan pagos diferenciados basados en la calidad y ofrecen bonificaciones, lamentablemente, hay un sector quesero que no cumple con sus obligaciones hacia los productores. Esta situación evidencia las marcadas asimetrías en el mercado lácteo y la falta de un control efectivo por parte de las autoridades competentes. Ante esta realidad, los productores se han visto en la necesidad de impulsar una ley que regule el sector y garantice condiciones más equitativas”. Además, destaca la existencia de asimetrías en el mercado y la falta de control por parte de los órganos competentes.

En cuanto al impacto de la pandemia y otros factores externos, Abad señala: “La pandemia ha tenido un efecto devastador en la actividad lechera desde el año 2020. Los productores han enfrentado dificultades en la obtención de insumos, retrasos en las cosechas y siembras, y un incremento desmedido en los costos de producción. Producto de la guerra y la pandemia, los precios de los insumos han registrado aumentos de hasta un 300%, mientras que el precio de la leche se ha mantenido estancado. Esta disparidad ha sumido a muchos productores en una economía de sobrevivencia, donde los márgenes son extremadamente reducidos y la rentabilidad se ha convertido en un desafío diario”.

Abad también expresa su decepción por la falta de apoyo estatal: “Los pequeños productores lácteos no han recibido prácticamente ningún respaldo por parte del Estado. Sería fundamental que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) implemente programas sólidos de capacitación, campañas para erradicar enfermedades que afectan al ganado y brinde asistencia para la organización y tecnificación de los productores. Además, es crucial contar con políticas públicas que impulsen acuerdos comerciales y faciliten la exportación de productos lácteos, siempre y cuando se cuente con la infraestructura y las condiciones adecuadas”.

CONSUMO Y PREFERENCIAS DEL CONSUMIDOR

El consumo de leche en Ecuador presenta características y tendencias interesantes que reflejan los hábitos y preferencias de los consumidores. Según datos de MKTrends, el consumo per cápita de leche en el país se sitúa alrededor de los 100 litros por habitante al año, una cifra que se encuentra por debajo de la media latinoamericana, que alcanza los 134 litros. A pesar de esta diferencia, el mercado de leche en Ecuador es significativo, con un volumen estimado de 420 millones de litros anuales.

En cuanto a las preferencias de presentación, las fundas de leche siguen dominando el mercado, con una participación del 82%. Este formato se mantiene como el favorito de los consumidores ecuatorianos debido a su practicidad, accesibilidad y su precio. Sin embargo, en el último año, las presentaciones de leche en cartón han ganado terreno, registrando un incremento del 20% en su volumen de ventas. Este crecimiento se atribuye tanto a la preferencia de los consumidores por envases más sostenibles y fáciles de almacenar, como a las estrategias de promoción y precio implementadas por las empresas lácteas.

Una tendencia destacable en el consumo de lácteos en Ecuador es el aumento del 14% en la demanda de leche deslactosada. Este cambio está impulsado principalmente por la creciente preocupación de los consumidores por su salud digestiva y la mayor conciencia sobre la intolerancia a la lactosa. Además, la búsqueda de productos innovadores y de valor añadido es cada vez más evidente entre los consumidores ecuatorianos. 

Un claro ejemplo de ello es el auge del yogur griego, que ha ganado popularidad gracias a su textura cremosa y su alto contenido de proteínas. Esta tendencia ha obligado a las empresas lácteas a mantenerse a la vanguardia en términos de desarrollo de productos y satisfacción de las necesidades cambiantes del mercado.

Sin embargo, el panorama competitivo para la leche tradicional se ha vuelto más desafiante debido al surgimiento de nuevas alternativas en el mercado. Daniel Orbe, gerente general de Vita Alimentos, comentó a Gestión que uno de sus más grandes competidores actuales son las bebidas lácteas que no necesariamente son leche en su composición. Estas bebidas, que a menudo se presentan como alternativas más saludables o funcionales, han logrado captar una parte importante del mercado, especialmente entre los consumidores más jóvenes y aquellos interesados en opciones vegetales.

Ante este escenario, la industria láctea ecuatoriana enfrenta el desafío de innovar y adaptarse a las preferencias cambiantes de los consumidores. Es crucial para las empresas invertir en investigación y desarrollo para crear productos que no solo satisfagan las necesidades nutricionales sino que también ofrezcan beneficios adicionales y se alineen con las tendencias de consumo consciente. Además, estrategias de marketing efectivas y la educación de los consumidores sobre los beneficios únicos de la leche tradicional serán fundamentales para mantener su relevancia en un mercado cada vez más competitivo.

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

Orbe identifica varios desafíos del sector lácteo en Ecuador. Uno de los principales es la informalidad, que requiere un abordaje conjunto con el Gobierno para fomentar la formalización y garantizar productos de calidad e inocuidad para los consumidores. Según estimaciones del CIL, alrededor del 48,2% de la producción de leche en Ecuador se comercializa en el mercado informal mayoritariamente quesos, lo que implica riesgos para la salud pública y una competencia desleal para las empresas formales (Gráfico 3).

Gráfico 3

Producción de leche según sector

Otro reto son las regulaciones gubernamentales, como el etiquetado de alimentos procesados, que pueden afectar el consumo de productos lácteos. En 2014, Ecuador implementó el sistema de semáforo nutricional, que clasifica los alimentos según su contenido de grasas, azúcares y sal. Si bien esta medida busca promover hábitos saludables, también puede generar una percepción negativa de algunos productos lácteos, especialmente los procesados.

Además, es necesario impulsar la tecnificación y la mejora de la calidad tanto en la industria como en el ordeño y la recolección de la materia prima. La falta de infraestructura adecuada, como sistemas de enfriamiento y almacenamiento, puede afectar la calidad de la leche y generar pérdidas para los productores. 

A pesar de estos desafíos, el sector lácteo ecuatoriano también presenta oportunidades. Una de ellas es la expansión hacia mercados internacionales. Vita Alimentos, por ejemplo, está explorando la posibilidad de exportar leche en el segundo semestre de 2023. Sin embargo, la competitividad en precios es un obstáculo, ya que el precio regulado de la materia prima en Ecuador es más alto que en otros países. Para superar esto, es fundamental impulsar la eficiencia, la innovación y la diferenciación en base a la calidad.

Otra oportunidad es el desarrollo de productos con mayor valor agregado, como quesos madurados, yogures funcionales y bebidas lácteas fortificadas. Estos productos responden a las tendencias de consumo y permiten a las empresas diversificar su oferta y mejorar sus márgenes. Además, la innovación en envases y presentaciones, como los formatos individuales que puede impulsar el consumo en nuevas ocasiones y canales.

DOS ESCENARIOS

Por un lado, los pequeños productores, que conforman la base de la cadena láctea, luchan contra la pobreza, los bajos precios y la falta de apoyo estatal, por lo que es imperativo abordar estas problemáticas de manera integral, fomentando políticas públicas que impulsen la tecnificación, la capacitación y la mejora de las condiciones de vida de estos actores fundamentales.

Por otro lado, la industria láctea formal enfrenta un panorama cambiante, marcado por nuevas tendencias de consumo y una creciente competencia de bebidas alternativas. Para mantenerse relevante, es crucial que las empresas apuesten por la innovación, el desarrollo de productos de valor agregado y la adaptación a las preferencias de los consumidores. Esto implica no solo inversiones en investigación y desarrollo, sino también en estrategias de marketing efectivas y en la educación sobre los beneficios únicos de la leche tradicional.

Asimismo, la informalidad y la falta de regulación efectiva siguen siendo obstáculos importantes para el desarrollo sostenible del sector. Es necesario un esfuerzo conjunto entre el gobierno, la industria y los productores para fomentar la formalización, garantizar la calidad e inocuidad de los productos y establecer condiciones de competencia justa.

 

(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.

 

Last modified on 2024-06-11

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