Los tiempos están marcados por una altísima competitividad dados los cambios continuos y acelerados en los ámbitos económicos, sociales, políticos, pero fundamentalmente tecnológicos que llevan a realidades cambiantes en períodos cortos. La duda e incertidumbre se maximiza por las condiciones del entorno, esto lleva a buscar resultados óptimos para lo que se requiere decisiones precisas.
Los métodos predictivos que hasta hace unas décadas eran opcionales se han hecho imprescindibles en el ejercicio gerencial contemporáneo. La adopción de nuevas ideas que permitan la redefinición de paradigmas maximizará los beneficios de los que están a la vanguardia. Drucker, Porter, Kotler, entre otros nombres legendarios en la construcción de habilidades directivas, enfrentaron este tipo de desafíos con sus postulados que luego se convirtieron en doctrinas, evidenciando que existe mucha más probabilidad de éxito para quienes los adopten de manera efectiva. No existe una forma completamente segura de predecir el futuro, pero al igual que ocurre con los vaticinios climatológicos, siempre estará mejor quien los tome en cuenta que aquellos que los ignoran.
LAS CLAVES DE LA PREDICCIÓN
La anticipación no tiene mayor sentido si no sirve para esclarecer la acción (Godet, 1987). Para empezar con la implementación de este modelo actualizado de la gestión gerencial, se debe considerar los siguiente:
- Pronóstico: conocimiento anticipado de eventos futuros basado en ciertos indicios, señales o datos.
- Simulación: proceso que permite representar o imitar el comportamiento de un sistema o proceso (https://gamco.es/glosario/simulacion/).
- Escenario: conjunto de futuros razonablemente posibles, pero estructuralmente diferentes (Van der Heijden).
Se parte del principio de que el futuro aún no existe y se puede concebir como una realización múltiple (Jouvenel, 1968) y que dependen en buena parte de la acción del hombre y sus decisiones (Godet, 1987). Esto permite visualizar situaciones posibles, así como sus consecuencias, para determinar aquellas circunstancias más probables que configuren de acuerdo con la interacción entre variables, actores y objetivos propios. Estos futuros factibles presentarán los de mayor beneficio, eliminando así los peligrosos o perjudiciales. Es ahí cuando se deben tomar decisiones estratégicas.
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De acuerdo con la complejidad del fenómeno, sea este sistémico, sectorial, financiero, mercadológico, operativo, administrativo, entre otros, se deberán implementar las estrategias en forma progresiva tomando en cuenta lo siguiente:
Extrapolación de tendencias: se obtienen al estudiar la información numérica histórica y se determina mediante técnicas como mínimos cuadrados, ajustes exponenciales, regresiones y correlación. Una de las más efectivas es la basada en pronósticos estacionales ajustables, que permite obtener un rango de proyecciones para saber la tendencia de la trayectoria.
Análisis de relaciones canónicas: es la determinación a priori del mundo tipo sin sorpresas, a partir del cual se analizan mutaciones o transformaciones estructurales que señalen escalones hacia arriba o hacia abajo del futuro proyectado. Estas simulaciones de los aspectos cuantitativos clave llevan a conclusiones de sensibilidad alta o baja respecto a cada cambio introducido en las variables.
Análisis de los guiones de futurición: su aplicación supone la previa instrumentación del análisis de tendencias y de variaciones canónicas. Se debe esquematizar identificando escenarios en que se identifiquen influencias, restricciones, amenazas, puntos débiles y puntos fuertes. Es una narración creativa e imaginativa de la evolución de los sucesos desde el presente, hasta el momento elegido como horizonte. El rol de las herramientas tecnológicas (scenaring tools o suite lipsor) en combinación con métodos cuantitativos como programación lineal o Montecarlo, permitirá analizar realidades viables con mayor amplitud.
GUIONES DE FUTURICIÓN PLUS
Este esquema está estructurado al integrar los cuadros de mando integral (a partir de la filosofía Balanced Scorecard), simulando las cuantías de sus indicadores por cada escenario realizable. Se debe ponderar los rendimientos estratégicos en las matrices de cumplimiento, obteniendo un valor por cada escenario que, contrastado con la situación ideal, promedie y limite las simulaciones de tablero de comando. Se podrá calcular las probabilidades de cada valor de realización que corresponde a cada escenario, así como interpretar la probabilidad de los resultados semaforizados, confirmando la trayectoria de la tendencia.