Las cifras de pobreza y pobreza extrema tuvieron una leve mejora a diciembre 2021; sin embargo, los efectos de la pandemia siguen presentes y no se logra llegar a niveles 2019. A finales del año pasado, 27,7% de la población se encontraba en situación de pobreza por ingresos y 10,5% en pobreza extrema, lo que representa casi 5 millones de personas pobres y 1,9 millones de extremadamente pobres. La pobreza multidimensional, que abarca indicadores de salud, educación, vivienda, ingresos y trabajo, afecta a 39,2% de la población, y en el 2021 aumentó en la ruralidad con respecto al 2020.
LA POBREZA DISMINUYÓ EN 2021 PERO SIGUE MÁS ALTA QUE HACE 10 AÑOS
La crisis económica y social desencadenada por el COVID-19 amenaza con ampliar varias de las grandes deudas pendientes en términos de pobreza y desigualdad, un problema existente antes de la pandemia que se profundizó.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó el lunes las cifras de pobreza, pobreza extrema y desigualdad en el Ecuador a diciembre 2021. Los datos se recolectaron a través de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) que elabora el INEC a nivel nacional a un total de 9.016 viviendas. En diciembre, la línea de pobreza se ubicó en $ 85,60 mensuales por persona y la de pobreza extrema fue de $ 48,24 mensuales, por lo que las personas pobres son aquellas cuyo ingreso per cápita es inferior a las líneas de pobreza y pobreza extrema.
Este primer cálculo se refiere únicamente a la pobreza por ingresos; las líneas de pobreza indican el nivel de ingreso mínimo disponible que necesita un individuo para alcanzar un mínimo nivel de vida. En diciembre del 2021, 27,7% de la población del Ecuador se encontró debajo de la línea de la pobreza, equivalente a casi 5 millones de personas. La reducción es estadísticamente significativa, pues disminuyó 5,4 puntos porcentuales con respecto a diciembre de 2020. Sin embargo, aún se encuentra por sobre el porcentaje de 2019 (25%) con 2,7 puntos porcentuales. La pobreza actual, incluso es superior a la de 2012 (27,3%), por lo que la situación del Ecuador en este indicador demuestra que se mantiene un retroceso de 10 años.
En cuanto a la pobreza extrema, existe una reducción estadísticamente significativa a nivel nacional de 4,9 puntos porcentuales, al pasar de 15,4% en diciembre de 2020 a 10,5% en diciembre 2021. Pero, nuevamente, el porcentaje de ecuatorianos que no tienen los ingresos necesarios para alcanzar un mínimo nivel de vida, supera aún las cifras prepandemia y retrocede nuerve años (2013: 8,6%).
Gráfico 1
Pobreza y pobreza extrema a nivel nacional
POBREZA Y POBREZA EXTREMA POR ÁREA
La pobreza y pobreza extrema mejoraron tanto en el área urbana como en la rural. En el área urbana, la pobreza pasó de 25,4% en diciembre de 2020 a 20,8% en diciembre 2021, una reducción de 4,7 puntos porcentuales. En el área rural, por otro lado, fue de 42,4% en diciembre de 2021, un reducción de 6,9 puntos porcentuales con relación a diciembre 2020. La reducción en el área rural fue mayor pero aun así duplica la del área urbana.
En la ruralidad, sin embargo, es importante tener en cuenta que las condiciones de vida son diferentes, por lo que existen ingresos no monetarios (como el intercambio de productos) que no se toman en cuenta dentro de la pobreza por ingresos. Aun así, la tasa de pobreza rural sí da una imagen general sobre las diferencias en las posibilidades económicas con respecto a la urbana.
Con relación a la pobreza extrema, en el área urbana existe una variación no significativa de 3,1 puntos porcentuales, pasó de 9% en diciembre 2020 a 5,9% en diciembre 2021. A nivel rural, la pobreza extrema pasa de 29,1% a 20,3% en el mismo período.
La pobreza y pobreza extrema en el área urbana de diciembre de 2021 demuestran un retroceso de 11 años, la tasa es superior a la de diciembre del 2011 (17,4% y 5%, respectivamente), una demostración de la fuerte afectación de la pandemia en las ciudades del país.
Gráfico 2
Pobreza y pobreza extrema por área
LA DESIGUALDAD SÍ LOGRÓ LOS NIVELES PREPANDEMIA
La desigualdad hace referencia a la forma en que se distribuye el ingreso per cápita del hogar dentro de la sociedad. El indicador más utilizado es el Coeficiente de Gini, el cual comprende valores desde cero (perfecta igualdad) hasta uno (perfecta desigualdad). El Coeficiente de Gini mide únicamente el grado de desigualdad de ingresos, no es una medida que abarca el bienestar ni las condiciones de vida de una sociedad.
En diciembre de 2021, el Coeficiente de Gini a nivel nacional fue de 0,474, presentando una mejora con relación a diciembre de 2020 (0,498), sin embargo, esta reducción no es significativa. Al comparar con diciembre de 2019 (0,473), la cifra actual es muy cercana e incluso en 2018 fue más la desigualdad en el país.
Hubo una reducción en el índice en el área urbana y rural. En el área urbana se redujo 0,016, en diciembre 2021 fue de 0,466. En el área rural, la reducción sí fue significativa, de 0,049, pues el índice pasó de 0,475 en diciembre de 2020 a 0,426 en diciembre 2021.
El gran incremento de la desigualdad demuestra que las fuertes consecuencias económicas y sociales de la pandemia no afectaron a toda la población por igual, pues existieron personas y empresas cuyos ingresos aumentaron, mientras que otras disminuyeron drásticamente, en especial de los hogares más vulnerables.
Gráfico 3
Desigualdad a nivel nacional
33,2% DE LA POBLACIÓN SE ENCUENTRA EN SITUACIÓN DE POBREZA POR NECESIDADES BÁSICAS INSATISFECHAS
La pobreza por ingresos presenta muchos limitantes, pues deja de lado varios factores sociales y carencias que experimentan los hogares al mismo tiempo. Por esta razón, se debe incluir otras formas de analizar la pobreza. Una es la pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI).
El INEC presenta la pobreza por NBI con base en cinco componentes: calidad de la vivienda, hacinamiento, acceso a servicios básicos, acceso a educación y capacidad económica. Si el hogar es carente en al menos uno de los componentes, es considerado pobres por NBI. En diciembre de 2021, la pobreza por NBI se ubicó en 33,2% a nivel nacional. En el área urbana fue de 22% y en el área rural de 57%.
LA POBREZA MULTIDIMENSIONAL AUMENTÓ EN LA RURALIDAD
Otra forma incluso más completa de analizar la pobreza es la pobreza multidimensional, la cual en Ecuador contiene cuatro dimensiones y 12 indicadores que evalúan de manera simultánea el cumplimiento mínimo de los derechos de las personas. Las dimensiones que se toman en cuenta son: educación, trabajo y seguridad social, salud, agua y alimentación social y hábitat, vivienda y ambiente sano.
A nivel nacional, la tasa de pobreza multidimensional moderada se redujo de 40,9% en diciembre de 2020 a 39,2% en diciembre 2021. En el área urbana este indicador decreció, de 27,3% a 24,3% en el mismo periodo, pero en el área rural se incrementó de 69,9% en diciembre 2020 a 70,7% en diciembre 2021. A pesar de que es un incremento leve, es preocupante que se haya dado en el año de reactivación de la economía en el país. La reactivación y mejora en la calidad de vida no llegó a la ruralidad.
Gráfico 4
Pobreza multidimensional por área
¿SE AGRANDARÁN LAS BRECHAS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE?
La pobreza y la desigualdad no es un problema único del Ecuador, se extiende a toda la región. Lucila Berniell, economista principal del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en el blog de la institución, indica que en 2019 uno de cada tres latinoamericanos vivía en un hogar bajo la línea de pobreza y las brechas entre ricos y pobres se encontraban entre las más altas del mundo. Una situación que la crisis por el COVID-19 amenaza profundizar, especialmente a través de los mercados laborales y la acumulación de capital humano.
Las consecuencias pueden reforzar los vínculos intergeneracionales de la pobreza, amenazando así las bases de un desarrollo inclusivo para la región, indica Berniell. El empleo cayó abruptamente en 2020 y se ha recuperado en parte en 2021, pero no logra alcanzar los niveles pre pandemia. Sin embargo, la pérdida de empleo recayó desproporcionadamente sobre las personas con menor nivel educativo y sobre las mujeres, dando los primeros indicios de que la crisis amplificará la desigualdad de ingresos preexistentes antes de la llegada de la pandemia. Otro grupo muy afectado crisis fue el de los jóvenes, para quienes aumentó desproporcionadamente la tasa de informalidad, lo cual compromete su situación laboral futura.
Otro factor que analiza el blog de la CAF incluye la afectación de la pérdida de ingresos en los actores que contribuyen a la formación de capital humano
(la familia, el sistema educativo y el sistema de salud), lo cual puede dejar cicatrices permanentes, en especial en hogares más vulnerables.
El crecimiento económico del país es insuficiente para lograr el desarrollo. En el 2021, la tasa de crecimiento fue de 3,55%, de acuerdo con el Banco Central del Ecuador; sin embargo, las cifras de pobreza, pobreza extrema, desigualdad y pobreza multidimensional no mejoran en la misma medida. Por lo que una reactivación económica debe tomar en cuenta a los hogares más vulnerables del país.
(*) Elaborado por Maí Suárez, redacción Revista Gestión.
Last modified on 2022-01-27