La desnutrición crónica infantil (DCI) continúa siendo uno de los desafíos más apremiantes en materia de desarrollo social y económico en Ecuador. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) ha publicado recientemente los resultados de la segunda ronda de la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI) 2023-2024, revelando patrones significativos en la evolución de este indicador crítico para el desarrollo humano del país.
PANORAMA NACIONAL DE LA DESNUTRICIÓN CRÓNICA INFANTIL
La segunda ronda de la ENDI revela patrones complejos en la evolución de la desnutrición crónica infantil a nivel nacional. Los datos muestran una ligera disminución en la DCI para menores de 2 años, pasando de 20,1% en 2022-2023 a 19,3% en 2023-2024, lo que representa una reducción de 0,8 puntos porcentuales. Esta tendencia sugiere un progreso modesto pero positivo en la atención nutricional temprana (Gráfico 1).
Gráfico 1
Prevalencia de la desnutrición crónica infantil
Para el grupo de menores de 5 años, el panorama muestra una estabilización, manteniéndose en 17,5% durante ambos períodos de medición. Este estancamiento en la tasa general indica que los desafíos para reducir la DCI persisten, a pesar de las diversas intervenciones implementadas a nivel nacional.
En el segmento específico de niños de 2 a 5 años, se observó un ligero incremento de 0,4 puntos porcentuales, elevándose de 16,0% a 16,4%. Este aumento, aunque pequeño, señala la necesidad de fortalecer las estrategias de intervención nutricional en este grupo etario particular.
Según María de Lourdes Muñoz, secretaria técnica de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, en entrevista con GESTIÓN, la efectividad de las intervenciones no siempre se correlaciona directamente con la cobertura del programa, al menos no en el corto plazo. Muñoz aclara que “lo que hacemos hoy no se va a ver de manera inmediata el año siguiente. Los resultados posiblemente se vean en unos 6, 7 o hasta 15 años, cuando sepamos cómo están respondiendo los niños en la escuela y el colegio”.
DISPARIDADES PROVINCIALES EN MENORES DE 2 AÑOS
Las variaciones provinciales en los índices de DCI revelan una compleja interacción de factores sociales, culturales y económicos. Según Muñoz, “cada región tiene sus peculiaridades y particularidades, y cada una se va desarrollando de diferente manera y responde mucho a temas culturales, sociales y económicos”.
El caso de Loja, que logró una reducción significativa de 10,5 puntos porcentuales en menores de 2 años, ilustra cómo la confluencia de factores positivos puede generar resultados exitosos. “En Loja, tienen los sistemas de agua más solventados y mejor implementados. Además, han adoptado de mejor manera la lactancia materna y los controles oportunos de salud, lo que se refleja en la mejora de los indicadores”, explica Muñoz (Gráfico 2).
Gráfico 2
Variación del DCI en menores de 2 años por provincia
Zamora Chinchipe también registró una reducción estadísticamente significativa de 6,8 puntos porcentuales, consolidándose como la segunda provincia con mayor progreso en este indicador. En contraste Imbabura experimentó un aumento en la DCI de 6,1 puntos porcentuales, enfrentando desafíos específicos. “En Imbabura, todavía se necesita que la gente se pueda concientizar sobre el agua para consumo humano, el lavado de manos y la necesidad de hervir el agua”, señala la secretaria técnica.
Otras provincias mostraron variaciones menores, pero igualmente relevantes: Bolívar registró una disminución de seis puntos porcentuales, mientras que Pastaza y Manabí lograron reducciones de 4,3 y 4 puntos, respectivamente. Estas variaciones ilustran la heterogeneidad de la situación nutricional en el territorio nacional y la necesidad de comprender los factores locales que influyen en estos resultados.
TENDENCIAS EN LA POBLACIÓN DE 2 A 5 AÑOS
En el segmento de niños de 2 a 5 años, el panorama presenta variaciones significativas que requieren un análisis pormenorizado. Sucumbíos destaca como un caso exitoso, con una reducción estadísticamente significativa de 7,9 puntos porcentuales, representando la mejora más sustancial en este grupo etario.
Por otro lado, Loja presenta una situación contrastante en este grupo de edad, con un aumento estadísticamente significativo de 5,9 puntos porcentuales. Este incremento resulta particularmente interesante cuando se compara con la reducción observada en el grupo de menores de 2 años en la misma provincia, sugiriendo la necesidad de analizar las diferencias en las intervenciones y factores que afectan a distintos grupos etarios (Gráfico 3).
Gráfico 3
Prevalencia de DCI en niños de 2 a 5 años por provincia
Morona Santiago registró el mayor aumento absoluto con 6,1 puntos porcentuales, seguida por Cotopaxi y Tungurahua con incrementos de 4,2 y 4,1 puntos, respectivamente. Estas variaciones subrayan la importancia de considerar las particularidades regionales y las diferentes dinámicas que afectan a los distintos grupos de edad en cada provincia.
CALIDAD DEL AGUA Y SU IMPACTO EN LA NUTRICIÓN INFANTIL
Por otra parte, un factor relacionado es la calidad del agua, que emerge como una variable crucial en la lucha contra la desnutrición crónica infantil, y los datos de la ENDI 2023-2024 muestran avances significativos en este aspecto. A nivel nacional, se registró una reducción de 3,7 puntos porcentuales en la presencia de E. coli en el agua, pasando de 16,8% a 13,0%, una mejora que abarca tanto zonas urbanas como rurales (Gráfico 4).
Gráfico 4
Presencia de E. coli en el agua para beber
Sin embargo, persisten importantes brechas entre zonas urbanas y rurales. Las áreas rurales mantienen una prevalencia significativamente mayor de contaminación por E. coli (31,1%) en comparación con las zonas urbanas (4,8%), aunque ambas zonas mostraron mejoras respecto al período anterior. Esta disparidad subraya la necesidad de fortalecer las intervenciones en infraestructura y saneamiento en las áreas rurales.
“El tema del agua es uno de los desafíos más importantes”, enfatiza la funcionaria en entrevista para GESTIÓN. “Necesitamos tener un sistema de agua segura que llegue a todas las regiones y a todos los rincones del país. Estamos trabajando de manera activa con los gobiernos autónomos descentralizados, buscando que impulsen ordenanzas municipales con este enfoque integral de atención”.
Las mejoras más notables se observaron en varias provincias, con reducciones estadísticamente significativas en la presencia de E. coli. Los Ríos logró la mayor reducción con 13,5 puntos porcentuales, seguida por Esmeraldas con 10,8 puntos y Santo Domingo de los Tsáchilas con 9,7 puntos. Otras provincias como Cañar (-8,8 puntos), Chimborazo (-6,5 puntos) y Sucumbíos (-4,5 puntos) también mostraron mejoras significativas en la calidad del agua (Gráfico 5).
Gráfico 5
Presencia de E. coli en el agua para beber por provincia
IMPLICACIONES PARA LA POLÍTICA PÚBLICA
Los resultados de la ENDI 2023-2024 son particularmente relevantes en el contexto de la Estrategia Nacional “Ecuador Crece Sin Desnutrición”. Esta política pública, establecida mediante el Decreto 1211, implementa un paquete priorizado de bienes y servicios junto con un sistema de seguimiento nominal para cada niño. El Sistema Universal y Unificado de Seguimiento Nominal (SUUSEN) registra actualmente 135.199 (agosto 2024) niños beneficiarios de Servicios de Desarrollo Infantil Integral, 91.343 se encuentran en zonas urbanas y 42.705 en zonas rurales con 1.151 casos sin información geográfica específica (Gráfico 6).
Gráfico 6
Porcentaje por áreas de niños beneficiados por los servicios de desarrollo infantil integral
Esta distribución, que muestra una concentración significativamente mayor de beneficiarios en áreas urbanas (68% del total de beneficiarios con información geográfica), contrasta con las necesidades evidenciadas por la ENDI, particularmente considerando que las zonas rurales suelen presentar mayores tasas de DCI y mayores desafíos en términos de acceso a servicios básicos como agua segura.
Asimismo, datos de SUUSEN referentes a la cobertura del paquete básico de atenciones para niños menores de 2 años muestran variaciones significativas entre provincias, que pueden ayudar a explicar las diferencias en los resultados de la DCI. Provincias como Carchi (11,79%), Chimborazo (10,83%) e Imbabura (10,80%) muestran las mayores tasas de cobertura del paquete básico. Sin embargo, provincias como Guayas (1,76%), Esmeraldas (2,36%) y Los Ríos (2,48%) presentan coberturas significativamente menores (Gráfico 7).
Gráfico 7
Cobertura del paquete básico de atenciones en niños menores de 2 años
Es particularmente relevante analizar la relación entre la cobertura del paquete básico y los cambios en la DCI. Por ejemplo, Loja, que logró una reducción significativa de 10,5 puntos porcentuales en la DCI en menores de 2 años, mantiene una cobertura del 7,36% del paquete básico de atenciones. Esto sugiere que no solo la cobertura, sino también la calidad y efectividad de las intervenciones, juegan un papel crucial en la reducción de la DCI.
DESAFÍOS Y NUEVAS INVERSIONES PARA COMBATIR LA DESNUTRICIÓN
Bajo ese panorama, la secretaría técnica de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, María de Lourdes Muñoz, identifica el acceso al agua segura como uno de los desafíos más críticos en la lucha contra la DCI, también hace énfasis en las barreras socioculturales, especialmente cuando se trata de diferentes cosmovisiones indígenas y amazónicas. “Tienen realidades y percepciones tan diferentes que es todo un reto poder llegar de manera efectiva”, señala.
Otro aspecto crucial destacado por Muñoz es la necesidad de un sistema integrado de información y coordinación entre actores. Para abordar esto, la Secretaría impulsa convenios con fundaciones y gobiernos autónomos para utilizar su sistema de seguimiento nominal, que permite monitorear caso por caso. “La idea es que todos estemos activos, que sepamos cómo canalizar los recursos para que no se dupliquen los esfuerzos, sino que sean más bien reforzados”, explica, subrayando la importancia de una intervención precisa y coordinada en el territorio.
Entre los aspectos positivos, Muñoz destaca la obtención de USD 40 millones adicionales para fortalecer la estrategia nacional, recursos que se destinarán en parte al programa del Bono de los 1.000 días, una iniciativa que ha demostrado efectividad al ser un bono condicionado. “Lo interesante del bono es que es condicionado, se le da un monto fijo y también se va educando a la mamá para que vaya cumpliendo los hitos, como registrar al niño en los primeros 45 días en el Registro Civil y que pueda estar en la red de servicios”, apunta. Este enfoque integral combina apoyo económico con educación y seguimiento, buscando asegurar que los recursos sean canalizados efectivamente en el proceso de crianza de los niños.
La desnutrición crónica infantil en Ecuador presenta un panorama complejo donde los avances y retrocesos varían significativamente según la región y el grupo etario. El análisis de la segunda ronda ENDI 2023-2024 revela que, más allá de las cifras, el éxito en la reducción de la DCI depende de una combinación de factores que incluyen sistemas de agua segura, aspectos socioculturales y la calidad de las intervenciones, más que solo su cobertura.
El seguimiento continuo a través de la ENDI y el SUUSEN será fundamental para evaluar la efectividad de estas intervenciones y realizar los ajustes necesarios para alcanzar los objetivos nacionales de reducción de la DCI. Adicionalmente, el desafío futuro radica en lograr que las intervenciones se traduzcan en mejoras sostenibles, especialmente en las zonas rurales donde persisten las mayores brechas en acceso a servicios básicos y atención integral.
(*) Elaborado por economista Liz Ortiz, analista económica Revista
Last modified on 2024-11-12