“Vidas Detenidas 2”, el estudio global de Plan International, que recaba información sobre el impacto del COVID-19 en niñas y jóvenes, que se realizó en 14 países en el mundo a lo largo del 2020, incluyendo a Ecuador, Brasil, y Nicaragua, revela que las niñas y las jóvenes de todo el mundo consideran que la educación es el ámbito de su vida que se ha visto más profundamente afectado por la pandemia del COVID-19.
El acceso limitado a la tecnología, el apoyo insuficiente de las escuelas y colegios, y el espacio físico para estudiar en casa, han sido las principales dificultades que han enfrentado las niñas y mujeres jóvenes al aprender desde casa. La soledad y las responsabilidades domésticas también han interferido en la capacidad de las chicas para seguir el ritmo de la educación a distancia mientras las escuelas y los colegios han estado cerrados, y para concentrarse y enfocarse cuando estudian en casa.
En el estudio, con su propia voz, las estudiantes también citaron la falta de dinero para los datos, los teléfonos móviles y otros costes relacionados con el aprendizaje en línea, y el hecho de no tener a nadie que les ayude a explicar las lecciones o los conceptos, como obstáculos frecuentes para el aprendizaje durante la pandemia. Una encuesta llevada a cabo por Plan International como parte del estudio en curso el año pasado reveló que el 19% de las niñas de todo el mundo creen que el COVID-19 las obligará a dejar de lado temporalmente su educación, mientras que el 7% teme tener que abandonar la escuela por completo.
En el momento álgido de la primera oleada de la pandemia, el año pasado, 1.500 millones de alumnos se vieron afectados por el cierre de escuelas, que se produjo en 194 países de casi toda Europa, África, América Latina y Asia. El estudio también encontró que la interrupción considerable en la educación de las niñas y mujeres jóvenes durante el último año, combinada con el miedo al virus en sí y la necesidad de adaptarse a las medidas de confinamiento, ha afectado su salud mental. El 80% de encuestadas mencionó haber experimentado episodios de ansiedad.
Se debe mejorar la formación tanto de las/os profesoras/os como de las/os alumnas/os en el uso de la tecnología, para mejorar la calidad del aprendizaje a distancia en los países donde las escuelas permanecen cerradas y para que la educación sea más resistente en caso de futuras crisis. Esto incluye la planificación para futuros cierres, identificando a las alumnas y alumnos más necesitados de apoyo e invirtiendo en métodos de alta y baja tecnología, como la radio, la televisión y el aprendizaje en línea, así como la distribución de kits escolares con planes de estudio, material de papelería y bolígrafos.
Fuente: Plan International
Last modified on 2021-05-14