Desde 2016, la emigración ha vuelto a crecer y junto a ello los ingresos percibidos por concepto de remesas. Estos envíos de dinero tienen relevante participación en el PIB del país, llegando a representar en 2019 el 3% del PIB. Sin embargo, los efectos de la pandemia recaerán fuertemente en las remesas, pues el COVID ha afectado a los principales países de donde provienen estas transferencias, por lo que se estima que en 2020 Ecuador recibirá, al menos, $ 1.000 millones menos que el año pasado.
Desde la crisis de 1999, las remesas se convirtieron en una fuente de ingresos de divisas al país. Para finales del 2000, cerca de 450.000 ciudadanos emigraron a los distintos países del mundo, sobre todo a Estados Unidos, España e Italia; es decir, se duplicaron en solo una década. La salida de población es prácticamente creciente en el tiempo y las remesas recibidas aumentan en tiempos de crisis (Gráfico 1).
Esta tendencia creciente de emigración y remesas tuvo un freno y leve decrecimiento entre 2012 y 2015. Parte de ello tiene que ver con la implementación del plan de retorno del gobierno de Rafael Correa para incentivar a los ciudadanos ecuatorianos a que regresen al país. Como se observa en los gráficos siguientes, la iniciativa tuvo resultados, pero no fue sostenible, pues desde 2016 la emigración retomó su curso creciente.
Gráfico 1
Remesas recibidas en millones de $ vs número de emigrantes
En 2019, los ingresos por remesas fueron de $ 3.234,6 millones, esto equivale a $ 204,1 millones más que en 2018. La tasa de variación anual para 2019 sería de 6,7%, un crecimiento significativo. Las remesas alcanzaron su máximo valor en 2007, con ingresos por $ 3.335 millones, que está muy cerca de ser alcanzado por 2019.
Esto significa que en 2019 las remesas representaron el 3% del PIB. Pero para este año se espera que esta proporción caiga de manera importante pues esta crisis ha afectado a todos a consecuencia de la pandemia.
En el año 2000 fue cuando hubo mayor participación de las remesas como porcentaje del PIB, llegando a representar 7,2% (Gráfico 2). Evidentemente, con el gran flujo migratorio y dada la crisis económica del país, fue el año donde mayor aporte generó. Posteriormente, en 2007, la participación de las remesas sobre el PIB fue del 6,5%, el segundo año más alto.
A partir de 2008, la participación de las remesas cayó en resbaladera. La crisis de la burbuja inmobiliaria trajo una dura situación económica para muchos países, entre ellos los destinos preferidos por los migrantes ecuatorianos. Tal situación hizo que el plan de retorno a casa de migrantes ecuatorianos tenga éxito y retornen al menos 21.686 ciudadanos.
No obstante, el terremoto de 2016 hizo nuevamente que muchas personas migren al exterior. La difícil situación económica del país al estar con sobreendeudamiento, baja productividad y próximo cambio mandatario no proporcionaba un panorama favorable ni un futuro próspero. Esto hizo que las remesas se incrementen otra vez y aumente su contribución dentro del PIB. Así, para 2019 las remesas ocuparon el 3,3% de la economía nacional.
Gráfico 2
Participación de las remesas en el PIB
SE DEJARÁN DE RECIBIR MÁS DE $ 1.000 MILLONES EN 2020
Generalmente, las crisis han tenido dos respuestas en torno a las remesas por parte de la población. La primera: si la crisis es mundial, las remesas caen notablemente, como se evidenció en la Gran Recesión (2008); y segundo: si la crisis es de alcance nacional, como en la crisis bancaria del 99, la emigración aumenta exponencialmente. En los últimos cuatro años nos hemos visto afectados por un estancamiento económico nacional, por lo que la emigración aumentó; sin embargo, hoy enfrentamos una profunda crisis global.
Los países que estarán más afectados por la pandemia son los mismos donde residen mayoritariamente los migrantes ecuatorianos (88%). Según reporta el Banco Central, el principal destino del que el país recibía remesas era Estados Unidos, con el 58,4%, seguido de España (24,7%) e Italia (4,9%) (Gráfico 3).
Gráfico 3
Remesas recibidas por país de procedencia
Estos países han sido de los más afectados por la pandemia y con los consecuentes estragos drásticos en su economía. Esto ya se pudo evidenciar en la caída de remesas provenientes de estos países en el primer trimestre (I-q) de este año.
De Estados Unidos se recibieron $ 403,9 millones, es decir, un 18,8% menos que el trimestre anterior y 4,1% menos con respecto al mismo trimestre de 2019. De España ingresaron $ 192,5 millones de remesas, 6,5% menos con respecto al anterior trimestre y 3,1% menos del primer trimestre del año pasado. Lo mismo sucedió con Italia, con una caída respecto al anterior trimestre del 7,3%.
Como muestra el Gráfico 4, hay una notable caída en el trimestre que ha transcurrido del 2020. Aunque las remesas tienen un componente estacional, siendo el primer trimestre cuando se reciben la menor cantidad de ingresos, siempre han tenido una tasa de crecimiento con respecto a los años anteriores. Sin embargo, este año ya tuvo una tasa de variación negativa de -1,4%.
Se estima que en el mejor de los casos las remesas en este año serían de $ 2.100 a $2.300 millones, es decir, que se recibirían casi $ 1.000 millones menos, según Fidel Márquez prorrector de la Universidad Tecnológica de Guayaquil. Esto significaría que solo por la variación de esta transferencia ya tendríamos una repercusión en el PIB cercano al 1%.
Gráfico 4
Remesas recibidas por trimestre (2016 – 2020)
Las consecuencias de la disminución tan drástica de las remesas tendrán un impacto en el sector monetario de la economía pues se deja de contar con esta fuente de liquidez directa para la economía. Además, muchas familias que dependían de las transferencias que les hacían sus familiares ya no dispondrán de estos ingresos o al menos no en la misma cantidad. Poco a poco la gente se verá obligada a reducir sus ahorros, adquirir préstamos, reducir su consumo o desplazarse a la población en pobreza.
Por: Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.
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Last modified on 2020-05-13