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Autor: Revista Gestión *

El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural realizó la Encuesta de Seguridad Alimentaria y Alimentación en las provincias de Los Ríos y Guayas (excepto Guayaquil). Los resultados indican la crítica situación de los hogares pobres y con jefaturas de hogar femeninas durante la pandemia. Más del 60% de la muestra vio reducidos sus ingresos, siendo el área más afectada la rural de Los Ríos. Además, hay mayores dificultades para acceder a suficientes alimentos adecuados en el área urbana y con jefatura femenina. La inseguridad alimentaria severa (hogares con al menos un miembro que dejó de comer por un día) es mayor en el área urbana que en la rural en ambas provincias.

El proyecto Siembra Desarrollo de RIMISP – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, estudió en Ecuador los territorios de Guayas (excepto Guayaquil) y Los Ríos para generar evidencia de los impactos del COVID-19 sobre los sistemas agroalimentarios y la agricultura familiar. Como parte del proyecto se aplicó vía telefónica la Encuesta de Seguridad Alimentaria y Alimentación (ESAA) a 1.475 personas que participan en la toma de decisiones sobre la alimentación del hogar, entre diciembre de 2020 y enero de 2021. 

Los resultados de la encuesta indican la situación económica en medio de la pandemia de Guayas (excepto Guayaquil) y Los Ríos, los efectos que ha tenido en los ingresos y la alimentación, cómo los hogares han respondido para enfrentar la crisis y las ayudas que han recibido. 

Se escogió a esas provincias por la confluencia en ellas de variables como la incidencia del COVID-19 a inicios de la pandemia, la importancia relativa de la agricultura familiar o pequeña agricultura y la vulnerabilidad de los hogares ante shocks externos. 

MAYOR POBREZA EN ÁREAS RURALES Y EN HOGARES CON JEFATURA FEMENINA 

El estudio identifica los hogares que vieron reducidos sus ingresos a raíz de la pandemia, así como aquellos que tienen menos personas perceptoras de ingresos. Más del 60% de la muestra vio reducidos sus ingresos a raíz de la pandemia, el área más afectada fue la rural de la provincia de Los Ríos, donde el 77,5% de hogares lo hizo, además, el 40% perdió fuentes de ingreso. Para el resto de las áreas el porcentaje estuvo entre 29% y 37%. 

Se observó mayor vulnerabilidad en las áreas urbanas, especialmente en Los Ríos, debido a la mayor proporción de hogares con bajos ingresos, el número de perceptores promedio en esta provincia fue menor al mínimo necesario para cubrir la canasta básica. Es una situación preocupante porque el mínimo de perceptores en Ecuador para poder acceder a la canasta básica familiar es de 1,6. 

Además, al momento de la encuesta, 44% de los hogares de la muestra poseía un ingreso menor a $ 350, sugiriendo que un número importante de hogares habría caído o estaría muy cerca de caer bajo la línea de la pobreza. 

La línea de la pobreza a diciembre de 2020, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, se define en $ 84,05 mensuales per cápita. Multiplicando dicho valor por el tamaño promedio del hogar en Ecuador (4 personas), se llega a una línea de pobreza por hogar de $ 336,20 mensuales. 

Adicionalmente, hay un mayor efecto de la pandemia sobre hogares con jefatura femenina en el área urbana de Guayas. La reducción de ingresos en los hogares con jefatura femenina en el área rural de la provincia de Guayas es de 71,9%, mientras que los hogares con jefatura masculina fue 59,1%, una diferencia significativa (Gráfico 1). 

Gráfico 1

Hogares con reducción en los ingresos por área en Guayas y Los Ríos

 

En el área urbana, el mayor impacto de la pandemia en cuanto a pérdida de ingresos se observa sobre los hogares más pobres, es decir, los quintiles menores de riqueza. En el quintil 1, la pérdida de ingresos fue de 78% en comparación con el quintil 5 que fue de 44% (Gráfico 2). En el área rural, los resultados son distintos, se observa mayor proporción de hogares con pérdida de ingreso en el quintil 3 (81%) y un incremento en dicha proporción al pasar de los quintiles 1 al 3. 

Gráfico 2

Proporción de hogares que perdió ingresos por quintil

 

Un dato importante adicional es que hay una mayor frecuencia de reducción de ingresos y de pérdida de perceptores de ingresos entre hogares con niños menores a 5 años.

LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA AUMENTÓ A CAUSA DE LA PANDEMIA

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), se considera que una persona está en inseguridad alimentaria cuando no cuenta con acceso a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y preferencias alimenticias, de forma que pueda mantener su vida activa y sana. Las limitaciones a dicho acceso a los alimentos pueden ser de origen físico, social y/o económico.

Actualmente se mide la Inseguridad Alimentaria con la Escala de Inseguridad Alimentaria basada en la experiencia. Se obtienen resultados de acuerdo con dos conceptos: el primero, la inseguridad alimentaria moderada a severa, que corresponde a una situación en la que la persona se ha visto en la necesidad de reducir, en ciertos momentos durante el año, la cantidad y calidad de alimentos que consume por falta de dinero y otros recursos. El segundo es la inseguridad alimentaria severa, la que se refiere a una situación más crítica, en la cual la persona ha debido saltar comidas y, en el peor de los casos, dejar de comer todo un día. 

El último reporte de FAO sobre el estado de la seguridad alimentaria en el mundo muestra para Ecuador un incremento en la inseguridad alimentaria moderada a severa de 12 puntos porcentuales entre los periodos 2014-2016 (20,7%) y 2018-2020 (32,7%), y de casi 6 puntos en la inseguridad alimentaria severa entre esos mismos periodos (6% en 2014-2016 y 11,6% en 2018-2020).

Los resultados de la ESAA, indican que hay mayores dificultades para acceder a suficientes alimentos adecuados en el área urbana: al ser la inseguridad alimentaria severa (hogares con al menos un miembro que dejó de comer por un día) mayor en el área urbana que en la rural en ambas provincias; 9,8% de los hogares del área urbana presentan inseguridad alimentaria severa. 

Al diferenciar entre los hogares con jefatura femenina y masculina, se observa una diferencia mucho más significativa en la prevalencia de la inseguridad alimentaria total, siendo esta mucho mayor en el caso de los hogares con jefatura femenina (diferencia de cerca de 11%) tanto en Guayas como en Los Ríos.  

En Los Ríos, la inseguridad alimentaria total, la cual incluye tanto la inseguridad alimentaria moderada como la severa, fue mayor para el área urbana que para la rural.

Tabla 1

Inseguridad alimentaria entre los hogares del estudio por área y jefatura de  hogar

  

GASTAR LOS AHORROS, ESTRATEGIA PRINCIPAL PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA

La pandemia generó preocupación o dificultades para acceder a los alimentos, la razón principal fue porque los ingresos no alcanzaban (82%). El 41% de la muestra respondió que los precios de los alimentos han subido y el 11% que la comida es escasa. La mayor diferencia entre las áreas rurales y urbanas se observa con la escasez de la comida, siendo mucho mayor en el área urbana (15%) que en la rural (6%), lo que resulta consistente con la realidad productiva de cada una de estas áreas. 

Para enfrentar la pandemia, los hogares tomaron varios tipos de medidas, sobresaliendo los cambios en activos (79%), ya sea gastando ahorros, reduciendo gastos en educación o salud o vendiendo activos. La estrategia principal fue el gasto de ahorros, seguido de los cambios en la dieta del hogar (63%), ya sea reduciendo el consumo de frutas y verduras, el de carne o pescado o aumentando el consumo de envasados. 56% de los hogares solicitaron préstamos a proveedores de alimentos, amigos, familiares o empleados o a instituciones financieras. Los hogares que reportaron la migración de alguno de sus miembros fue mínimo, el 9%. 

Gráfico 3

Estrategias para enfrentar la pandemia

 

El gasto de ahorros fue mayor en el área rural, así como el aumento de consumo de productos envasados. En el área urbana, en cambio, fue mayor el cambio de dieta, la migración de alguno de los miembros del hogar y el uso de préstamos bancarios. El mayor uso de préstamos bancarios refleja el mayor acceso a dichos servicios en el área urbana. La reducción en el consumo de frutas y verduras o de carne/pescado se dio con mucha más frecuencia entre los hogares más pobres.

EL 60% DE LOS HOGARES ENCUESTADOS RECIBIÓ ALGÚN TIPO DE APOYO

Para enfrentar la crisis, 60% de los hogares encuestados recibió algún tipo de apoyo. La ayuda recibida por parte del sector público fue escasa y más bien fue la comunidad (amigos, familiares y organizaciones comunitarias) la que apoyó a los hogares, reflejando la importancia del capital social local, en especial en las áreas rurales. 

Los resultados sí rescatan que los receptores de las ayudas del gobierno central fueron en su mayoría los hogares más vulnerables (quintiles más pobres, hogares que perdieron ingresos, u hogares que tuvieron preocupación/incertidumbre acerca de su habilidad para poder acceder a alimentos). 

Por otro lado, los apoyos otorgados por los gobiernos locales aparecen distribuidos menos favorablemente hacia los hogares más vulnerables, comparado con lo realizado por parte del gobierno central. Las ayudas obtenidas fueron mayoritariamente en forma de alimentos, seguidas, pero en mucha menor proporción, por dinero, aunque en el caso de la ayuda por amigos o familiares, le sigue la ayuda en forma de préstamos. 

EL USO DE SUPERMERCADOS SE REDUJO EN UN 43%

Los patrones de consumo de alimentos revelan la dependencia de los hogares hacia fuentes de abastecimiento como mercados, tiendas de barrio y supermercados, y la escasa frecuencia de compras directas a productores y autoabastecimiento (producción propia), aún entre hogares rurales. 

Debido a la pandemia, 84% de los hogares de la muestra realizaron cambios (aumento y/o disminución) en por lo menos una fuente de abastecimiento. El aumento más reportado fue la compra en tiendas locales, especialmente en el área rural (37%).

El canal que experimentó mayor reducción entre los hogares que realizaron cambios en las fuentes de abastecimiento fueron los supermercados, con una disminución neta de 43% de estos hogares (-40% en Guayas y -45% en Los Ríos). 

También se observa un incremento significativo en la compra de alimentos a domicilio (aumento del 4% antes de la pandemia a 21% en los hogares urbanos), lo cual parece abrir una oportunidad para las compras directas a productores, dependiendo de las preferencias de los consumidores: alimentos frescos, medidas sanitarias e higiene y producción agroecológica. 

Los alimentos frescos y las medidas sanitarias son apreciados con mayor intensidad en el área rural que en la urbana, mientras que la producción agroecológica se aprecia más en el área urbana. 

 

*Elaborado por Maí Suárez, redacción Revista Gestión

 

 

 
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Last modified on 2022-01-13

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