El reciente incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12% al 15%, implementado el 1 de abril, ha desatado un intenso debate en Ecuador. Si bien el gobierno ha justificado esta medida como un paso necesario para financiar mejoras en la seguridad y estabilidad nacional, surgen preocupaciones significativas sobre su impacto en el costo de vida y en la economía en general, especialmente para la clase media.
Por un lado, se espera que el incremento en la tasa del IVA contribuya significativamente al fortalecimiento de las instituciones encargadas de la seguridad pública y de la implementación de programas de prevención del delito. Por otro, existe preocupación entre la población sobre el impacto que esta medida tendrá en el costo de vida y en la economía general.
AUMENTO DEL IVA: ¿DISMINUCIÓN DEL CONSUMO?
Según el economista Mateo Villalba, exgerente del Banco Central del Ecuador y actual docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), un aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) podría tener un impacto negativo en el consumo de los hogares ecuatorianos. Al ser uno de los principales impuestos indirectos y de mayor recaudación, su incremento reduciría el ingreso disponible de las personas antes de impuestos, lo que se traduciría en un menor consumo debido a la disminución de su capacidad adquisitiva (Gráfico 1).
Gráfico 1
Ingresos tributarios según categoría
Villalba sostiene que, desde una perspectiva teórica, elevar los impuestos cuando la economía atraviesa un período de bajo crecimiento no es recomendable, ya que esta medida procíclica podría agravar la desaceleración. En el caso de Ecuador, donde la tasa de crecimiento actual es cercana a cero, un aumento del IVA podría empeorar aún más esta situación (Gráfico 2).
Gráfico 2
Crecimiento de la economía ecuatoriana
El consumo privado es uno de los componentes clave de la demanda agregada y, por lo tanto, un factor determinante del crecimiento económico. Una reducción del ingreso disponible, como resultado de un aumento del IVA, puede llevar a los hogares a recortar su consumo de bienes y servicios, especialmente aquellos no esenciales; un claro ejemplo de ello fue lo que ocurrió en el 2016 cuando subió al 14% pues existió un caída aproximada del 3% en el poder de compra y la actividad económica. Según las últimas estadísticas disponibles del BCE sobre el Producto Interno Bruto con enfoque del Gasto para el año 2020, se tiene que el Consumo Final de los Hogares comprende el 58% del PIB (Gráfico 3).
Gráfico 3
PIB con enfoque del gasto
Además, el impacto negativo en el consumo podría generar un efecto multiplicador adverso en la economía, reduciendo la producción y el empleo en diversos sectores. Esto, a su vez, podría traducirse en una disminución adicional del ingreso disponible y, en consecuencia, un mayor deterioro del consumo y del crecimiento económico.
¿QUÉ OTRO PROBLEMA TIENE EL INCREMENTO DEL IVA?
Actualmente, Ecuador enfrenta un problema fiscal, ya que los ingresos tributarios del sector público no financiero, como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), han venido disminuyendo en los últimos 10 años. Esto significa que el gobierno tiene cada vez menos recursos fiscales disponibles en relación al tamaño de la economía. Ecuador se caracteriza por tener una presión fiscal relativamente baja, es decir, una recaudación tributaria baja en comparación con el tamaño de su economía (Gráfico 4).
Gráfico 4
Ahorro bruto en porcentaje del PIB
Además, como se puede observar, el ahorro bruto como porcentaje del PIB en Ecuador ha mostrado una tendencia ligeramente decreciente en los últimos años. Aunque se observan algunas fluctuaciones, el ahorro bruto ha pasado del 27,09% del PIB en 2013 al 24,85% en 2022. Esta disminución del ahorro nacional puede limitar la capacidad de inversión y crecimiento económico a largo plazo del país.
Es importante destacar que el ahorro bruto incluye tanto el ahorro público como el privado. Una disminución en el ahorro bruto puede indicar que tanto el gobierno como los hogares y las empresas están ahorrando menos en relación con el tamaño de la economía. Esto puede ser resultado de diversos factores, como una menor recaudación tributaria, un aumento del consumo o una menor rentabilidad empresarial.
En este contexto, el aumento del IVA podría tener un impacto negativo adicional en el ahorro. Si el incremento del impuesto reduce aún más el ingreso disponible de los hogares y, por lo tanto, su capacidad de ahorro, esto podría agravar los problemas fiscales y económicos existentes en Ecuador. Además, si el aumento del IVA desalienta el consumo, las empresas podrían enfrentar una menor demanda y, por lo tanto, una menor rentabilidad, lo que también podría afectar su capacidad de ahorro e inversión.
Villalba sostiene que, a pesar de que Ecuador tenía una de las tasas de IVA más bajas de Latinoamérica, el momento actual no es el más adecuado para implementar este incremento. En su opinión, dada la tendencia decreciente del ahorro bruto y los desafíos económicos que enfrenta el país, esta medida podría profundizar la recesión económica y agravar el problema fiscal, en lugar de solucionarlo (Gráfico 5).
Gráfico 5
Impuesto al Valor Agregado en América Latina y el Caribe
Además, Villalba sugiere que existen otras alternativas más efectivas y menos perjudiciales para el crecimiento económico, como la implementación de impuestos progresivos. Estos impuestos, que gravan en mayor medida a los contribuyentes de mayores ingresos, podrían tener un impacto menos severo en el consumo y la actividad económica en general.
Es importante destacar que el incremento del IVA no solo afecta el consumo, sino que también puede tener implicaciones en la equidad y la distribución del ingreso. Como impuesto regresivo, recae con mayor fuerza en los hogares de menores recursos, lo que podría exacerbar las desigualdades existentes en el país, pues “las personas con escasos recursos tienen una mayor propensión a consumir, pues se tiene muchas necesidades insatisfechas, mientras que si tienes más recursos tienes más propensión a ahorrar”.
¿A QUIÉN AFECTA MÁS ESTA SUBIDA?
El aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) tiene un impacto desproporcionado en los diferentes segmentos de la población debido a su naturaleza regresiva. Este tipo de impuesto indirecto afecta en mayor medida a los hogares de bajos ingresos, ya que destinan una proporción más alta de sus recursos al consumo de bienes y servicios básicos gravados con el IVA.
Un estudio realizado por Diana Arias titulado “Un análisis de incidencia distributiva para el IVA: una propuesta de reforma socialmente eficiente”, respalda empíricamente la regresividad de este impuesto.
Los hallazgos revelan que los percentiles más pobres de la población soportan una mayor carga impositiva en relación con sus ingresos disponibles en comparación con los segmentos más acomodados. Esta situación puede agravar las desigualdades existentes y erosionar el poder adquisitivo de los hogares de menores recursos, lo que a su vez podría tener implicaciones negativas en el consumo y, en consecuencia, en el crecimiento económico.
A pesar de ello, las personas en situación de pobreza extrema no se verían tan afectadas por el aumento del IVA, dado que su consumo se concentra en productos básicos exentos de este impuesto o se realiza en el mercado informal, donde no se grava el IVA. En cambio, los segmentos más afectados serían la clase media-alta y media-baja, cuyo consumo incluye una mayor proporción de bienes y servicios gravados con el IVA.
“Lamentablemente, el sistema tributario ecuatoriano está diseñado para exprimir a la clase media”, dice Villalba. Esto se debe a que la clase media tiene un mayor nivel de formalidad en sus ingresos y consumo, lo que los hace más susceptibles a la carga impositiva.
Además, el economista considera probable que el aumento del IVA pueda incentivar un mayor nivel de evasión y elusión tributaria, especialmente en los segmentos de la población que buscan preservar su poder adquisitivo frente al incremento de precios.
¿SUBEN LOS PRODUCTOS QUE ALIMENTAN A LOS ECUATORIANOS?
En Ecuador, de los 359 productos de la canasta básica, 151 están exentos del Impuesto al Valor Agregado (IVA), mientras que 208 estaban gravados con un 12% de IVA, ahora de 15%. Esta distinción tiene como objetivo proteger el acceso a alimentos esenciales y garantizar la asequibilidad de la canasta básica para la población, especialmente para los segmentos más vulnerables.
Entre los productos exentos del IVA se encuentran alimentos de origen agrícola, avícola, pecuario, apícola, cunícola, bioacuáticos y forestales, así como carnes en estado natural y embutidos sin procesar. También están exentas las leches, quesos, yogures, pan, azúcar, panela, sal, manteca, margarina, avena, maicena, fideos y harinas de consumo humano. Estos productos básicos no sufrirán un aumento de precios debido al incremento del IVA, lo que ayudará a mantener su asequibilidad para los hogares de menores ingresos.
Sin embargo, es importante destacar que 21 tipos de alimentos procesados que forman parte de la canasta básica, como galletas, snacks, café soluble, gaseosas, jugos de frutas, refrescos, gelatinas, aliños, mayonesa y salsa de tomate, sí están sujetos al IVA. Además, 47 servicios, incluyendo la preparación de alimentos, servicios de belleza, seguros, servicios bancarios, cursos de idiomas y computación, entretenimiento y telecomunicaciones, también están gravados con el impuesto.
El incremento del IVA del 12% al 15% en estos alimentos procesados y servicios puede tener un impacto significativo en el consumo de los ecuatorianos. Al aumentar los precios de estos productos y servicios, se reduce el poder adquisitivo de los consumidores, especialmente de la clase media, lo que puede llevar a una disminución en la demanda de estos bienes y servicios.
EL FMI Y SU RELACIÓN CON EL AUMENTO DEL IVA
El Fondo Monetario Internacional (FMI) desempeña un papel fundamental en la estabilidad económica y financiera de sus países miembros, incluyendo Ecuador. En el contexto actual, el país está buscando sellar un acuerdo con el FMI para acceder a financiamiento y hacer frente a los desafíos económicos que enfrenta. Una de las medidas clave implementadas por el gobierno para obtener la confianza del FMI es, precisamente, el aumento del IVA a través de la Ley para Enfrentar el Conflicto Interno.
Sin embargo, esta ley ha sido objeto de múltiples demandas presentadas ante la Corte Constitucional (CC) por diversos sectores, desde partidos políticos de izquierda hasta gremios empresariales. Estas demandas cuestionan la legalidad del aumento del IVA y han generado inquietud en el FMI, pues el aumento del IVA fue una de las razones para que el Fondo se siente a negociar el acuerdo.
En síntesis, aunque el gobierno busca fortalecer la seguridad y estabilidad nacional, los efectos adversos en el consumo, la equidad y el crecimiento económico son motivo de preocupación. La distinción entre productos exentos y gravados con IVA en la canasta básica refleja la necesidad de proteger a los segmentos vulnerables, pero también destaca el impacto desigual en diferentes estratos sociales.
La relación entre Ecuador y el FMI agrega una dimensión adicional al debate, pues el organismo busca garantías para avanzar en un acuerdo y una de ellas es el aumento del IVA. ¿Será posible, entonces, encontrar un equilibrio entre la recaudación fiscal y el bienestar de la población? Solo el tiempo lo dirá.