Aunque la balanza comercial se mantuvo excedentaria durante el primer semestre de 2019, se evidencia una reducción sostenida en los últimos años. Esto sucede porque las importaciones crecen a un ritmo acelerado frente a las exportaciones, especialmente luego de que se eliminaron las salvaguardas. El auge petrolero que terminó en 2014 puso en evidencia las falencias de la economía ecuatoriana, que mantiene una alta dependencia de los precios del crudo y de los productos manufacturados y elaborados afuera. La balanza comercial en lo que va del año llegó a $ 110 millones, cuando en 2017 esta cifra superó los $ 612 millones. Dentro de una economía dolarizada, con política monetaria restringida, un excedente de exportaciones frente a importaciones siempre es positivo, por lo que el escenario actual preocupa.
La balanza comercial (BC) se entiende como la diferencia entre las exportaciones (X) e importaciones (M) que una economía realiza en un periodo de tiempo determinado. La BC es uno de los aspectos más estudiados en términos de desarrollo y de comercio internacional en los distintos países del mundo. De hecho, hoy en día el intercambio de bienes y servicios se caracteriza por la especialización que tienen los países en la elaboración de ciertos productos; países en vías de desarrollo aún exportan materias primas, mientras que las economías centrales comercian productos con valor agregado y tecnología aplicada, lo que genera desigualdad en el intercambio y una serie de dificultades a escala global.
Periodo tras periodo, el Banco Central del Ecuador (BCE) publica el denominado Boletín de Información Estadística Mensual (IEM), en el cual se recopilan los datos más pertinentes en cuanto al desarrollo de los sectores de la economía ecuatoriana: real, externo, fiscal y monetario. En el aspecto externo están los principales indicadores en cuanto a exportaciones e importaciones realizadas cada mes.
En el periodo enero-junio 2019, la balanza comercial se posicionó en los $ 110 millones, siendo 26% menor que la del primer semestre de 2018 ($ 150 millones) y 82% más pequeña que la de 2017 ($ 612 millones). Esto quiere decir que la balanza ha caído a un promedio de 54% en los últimos dos años. Sin duda son resultados alarmantes para una economía dolarizada, la cual depende sobremanera de una balanza sana y excedentaria (Gráfico 1).
Gráfico 1
Balanza comercial (primer semestre)
EL PETRÓLEO SOSTIENE LA BALANZA
En el primer semestre de 2019, las exportaciones se compusieron en 60% por bienes no petroleros y 40% por productos relacionados con el crudo de petróleo. Esto evidencia una clara dependencia hacia el recurso natural, pues de cada $ 10 exportados, $ 4 se recaudan gracias al denominado “oro negro”.
Por el otro lado, las importaciones se conformaron en 80% por bienes no petroleros y en 20% por recursos petroleros; las importaciones se basan principalmente en bienes de capital y productos manufacturados que no son producidos localmente.
En general, en el transcurrir de estos seis meses se han exportado $ 4.436 millones en petróleo y $ 6.629 millones en otros bienes que se producen dentro del territorio ecuatoriano, mientras las importaciones no petroleras superan los $ 8.758 millones, lo que se traduce en una disparidad en la caracterización de los productos exportados e importados, es decir, Ecuador es altamente dependiente del recurso fósil (Gráfico 2).
Gráfico 2
Balanza comercial por tipo de producto (primer semestre)
EL PROBLEMA ES ESTRUCTURAL
Si bien el petróleo sostiene a la balanza comercial, la dependencia no puede ser permanente, pues las fluctuaciones del precio del crudo y los vaivenes del mercado internacional generan malestares en todos los sectores de la economía nacional. Esto se ha evidenciado en periodos como 2014, cuando debido al bajo precio del petróleo, el Estado ecuatoriano sufrió complicaciones al momento de elaborar y ejecutar la hoja de ruta fiscal.
Actualmente, el precio del petróleo no supera los $ 70 –frente a los $ 120 de 2018- , lo que influye directamente en la reducción de la magnitud de la balanza comercial de los últimos años. Paralelamente está el aumento de las importaciones, por la antes falta de desarrollo de industrias nacionales, pues cuando el precio del petróleo superó los $ 100, los sectores que se desarrollaron y se vieron favorecidos fueron los importadores-comerciantes, dejando de lado a las manufacturas y tecnologías.
Por: Eduardo Cobos, redacción Revista GESTIÓN.
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Last modified on 2019-08-25