Por años, los académicos han utilizado el acrónimo VUCA, que representa Volatilidad, Incertidumbre (uncertainty en inglés), Complejidad y Ambigüedad, como una manera de abordar el ambiente en el cual operamos. Con el COVID-19, hemos pasado de la teoría a la práctica. El trabajo y las condiciones laborales se han invertido en muchas organizaciones a causa de la cuarentena. Las compañías, en general, no tuvieron opción: cerraron sus oficinas, edificios y plantas, y la mayoría de sus empleados de pronto fueron despedidos o tuvieron que trabajar desde casa.
El teletrabajo obligatorio no solo reveló, sino que además reforzó las desigualdades entre los empleados masculinos y femeninos. Las mujeres, en particular las que forman parte de la comunidad BAME (grupos étnicos no blancos) y que suelen trabajar como niñeras, cajeras, limpiadoras, enfermeras, parteras o ayudantes en el hogar, y cuyos trabajos no pueden realizarse a distancia. Asimismo, este trabajo tiene un estatus bajo en nuestra sociedad y es mal pagado. Los economistas han advertido de la situación drástica en la que se encuentran todas las personas en estas profesiones durante la cuarentena.
La sensación de desigualdad social fue estimulada aún más por un evento crucial que se produjo el 25 de mayo: el asesinato de George Floyd por un policía estadounidense, lo que llevó a protestas en todo el mundo en contra del racismo y la violencia policial. Esto creó aún más ímpetu para el movimiento #BlackLivesMatter, el cual defiende a las personas afrodescendientes ante el acoso, la discriminación y cualquier forma de violencia.
En medio de las protestas globales por la brutalidad policial y el racismo, varias compañías de renombre analizaron sus marcas. Mars Food cambió el nombre de su marca de arroz más vendida en Estados Unidos, de Uncle Ben’s a Ben’s Original y removieron la imagen de un hombre afrodescendiente de cabello canoso sonriendo. Uncle Ben’s entró al mercado en la década de los 40. Su marketing siempre ha sido criticado por perpetuar estereotipos raciales. PepsiCo también decidió cambiar el nombre de su línea de alimentos y jarabes de 130 años, Aunt Jemima, reconociendo que la marca estaba basada en un estereotipo racial.
Hoy, las voces del cambio son cada vez más ruidosas: personas afrodescendientes, personas jóvenes, mujeres, ambientalistas y minorías. Todas quieren que sus causas sean escuchadas. El racismo ya no es aceptable. Las desigualdades están saliendo a la luz. ¿Se escuchará este llamado? ¿Podemos esperar por un mundo más inclusivo y organizaciones más igualitarias? ¿Los tomadores de decisión serán capaces de poner a las personas a la cabeza de sus preocupaciones? Nadie lo sabe, pero cualquier paso, por más pequeño que sea, nos puede acercar a la meta final: una sociedad humanista.
Un paso positivo hacia una sociedad más igualitaria supone brindar más apoyo a los progenitores, padres y madres por igual. En Francia, por ejemplo, a finales de septiembre de 2020, el gobierno anunció que duplicará la licencia paga por paternidad a los 28 días. Una licencia por paternidad más generosa es vital para asegurar mayor igualdad dentro de cada hogar y cada pareja. Es una medida que permite aumentar las posibilidades de compartir las responsabilidades parentales tras el nacimiento de un bebé, ayuda a cambiar la mentalidad y deconstruir los estereotipos de género.
También es importante permitir la flexibilidad con políticas parentales como las que existen en Suecia, muchas de las cuales lamentablemente no se encuentran en muchos países, incluyendo Francia. En algunos años, podremos ver si esta nueva ley ha tenido un impacto en la igualdad entre hombres y mujeres en los espacios de trabajo franceses.
Muchos nuevos artículos especulan acerca de cómo se verá el mundo post-COVID-19. La crisis de salud, la cuarentena y el hecho de que algunas personas han tenido que lidiar con la muerte de sus seres queridos y con su propia mortalidad, son todos factores que nos han forzado a revisar nuestras prioridades. Por ejemplo, hoy vi una publicación en LinkedIn de uno de mis antiguos alumnos, el CEO y fundador de una exitosa empresa internacional. Escribió acerca de la pérdida de su madre por causa del COVID-19 y cómo esto aceleró los cambios en su manera de ver la importancia del éxito.
Este CEO quería que su vida fuera más significativa a través de la liberación del poder de la “motivación intrínseca”, tal y como lo sugiere el Dr. Daniel Goleman en su libro más vendido, Inteligencia Emocional. Sus prioridades hoy son: hacer lo que le hace feliz, dedicar más tiempo a la familia y a amigos cercanos y cuidar mejor su mente y su cuerpo. Y en lo que respecta a su vida profesional, busca vivir y promover el lema “sé impaciente con acciones y paciente con resultados”.
La pandemia ha forzado a muchas personas a reflexionar acerca de lo que es realmente importante y qué es lo más significativo de sus vidas. Pero no debemos olvidarnos de que muchos otros no tienen el privilegio de poder reflexionar o hacer cambios, simplemente porque están muy ocupados intentando sobrevivir.
El mundo está cambiando y nosotros estamos cambiando. Nuestras prioridades también están cambiando. ¡Carpe Diem!
(*) Profesora de Recursos Humanos en Audencia.
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Last modified on 2020-11-03