El mercado laboral en 2023 ha comenzado con índices preocupantes. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en febrero el empleo pleno ha tenido una caída con respecto a enero de este año; mientras que el desempleo, subempleo y otro empleo no pleno se han incrementado, sobre todo para zonas rurales.
PANORAMA LABORAL GENERAL
A pesar de que se ha registrado una importante recuperación del empleo tras la crisis sanitaria por COVID-19, los mercados laborales en América Latina y el Caribe enfrentan un futuro complejo que podría estar caracterizado por un aumento en el desempleo, subempleo y la informalidad, según la Organización Internacional del Trabajo.
La estadísticas del INEC detallan que en febrero de 2023, a nivel nacional, el 71,2% de la población estuvo en edad de trabajar (PET). De ese porcentaje, 65,6% fueron económicamente activos y el 96,1% tuvo empleo, es decir, 8’507.794 personas. Los índices laborales no muestran datos favorables. Aunque el empleo adecuado muestra una mejora en 1,29 puntos porcentuales comparado con febrero de 2022, al realizar un análisis intermensual, este ha disminuido en 1,86 puntos porcentuales con respecto a enero, dado que paso de 34,81% a 32,95%.
Mientras que a nivel intermensual, el desempleo pasó de 3,75% a 3,86% y el otro empleo no empleo 30,09% a 30,42%. Sin embargo, el cambio más significativo y preocupante, que puede relacionarse con la caída del empleo adecuado, es el aumento del subempleo, que pasó de 19,33% a 21,58% (Gráfico 1).
Gráfico 1
Empleo adecuado, desempleo, subempleo y otro empleo no pleno
EL ÁREA RURAL, LA MÁS AFECTADA EN FEBRERO
Una persona con empleo adecuado trabaja 40 horas a la semana y recibe, por lo menos, el salario básico, que actualmente es USD 450. Bajo esa definición, al desagregar el empleo adecuado por área, se visualiza una caída en el empleo adecuado tanto para el área urbana como para la rural. No obstante, existen claras disparidades entre ambos grupos, pues se trata de dos realidades distintas.
En febrero, la tasa de empleo adecuado para el área urbana fue de 41,57%, en contraste con la del área rural, que fue de 16,38%. La brecha en términos de empleo adecuado se ha amplificado al comparar con febrero de 2022, puesto que actualmente es de 25,20 puntos porcentuales y el año anterior era de 23,21 (Gráfico 2). Adicionalmente, bajo una mirada interanual, el empleo adecuado ha tenido cambios ligeros, aumentado para la urbe y disminuyendo para la ruralidad.
Gráfico 2
Empleo adecuado según área
Estas diferencias se deben al escaso desarrollo de las zonas rurales, pues al estar destinadas a tareas de escaso valor añadido, generan menos ingresos. En consecuencia, muchas personas que habitan áreas rurales tienen un nivel de vida inferior al de las áreas urbanas. Precisamente, la pandemia profundizó el deterioro del mercado laboral rural. Según el Ministerio de Trabajo, los sectores de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca perdieron 30.418 empleos adecuados entre 2020 y 2021. La precaria situación laboral se refleja también en los índices de pobreza. Según el INEC, en 2022 el porcentaje de pobreza por ingreso en la ruralidad fue de 40% y en la urbe fue de 19%. En cambio, la pobreza extrema por ingresos fue de 17% y 5%, respectivamente (Gráfico 3).
Gráfico 3
Pobreza por ingresos y pobreza extrema según área
UN ALZA EN EL SUBEMPLEO Y EN LA INFORMALIDAD
El subempleo se entiende como un indicador laboral que ocurre cuando una persona capacitada no está ocupada plenamente, pues con el fin de subsistir opta por buscar trabajos con menos remuneración, sin derechos laborales y sin acceso a los beneficios sociales.
Para febrero de 2023, 1’835.936 ecuatorianos se encontraron en situación de subempleo, 179.251 personas más que en el mes anterior. Para Ecuador, un aumento en el subempleo significa percibir ingresos inferiores al salario mínimo y/o trabajar menos de la jornada legal, a pesar de poseer el deseo y disponibilidad de trabajar horas adicionales. Para febrero del 2023, comparando con enero, el subempleo pasó de 19,36% a 20,51%, mientras que para el área rural pasó de 19,27% a 23,63% (Gráfica 4). El incremento en la ruralidad fue mayor incluso que la tasa nacional, precisamente porque son ellos quienes más necesitan las entradas de ingresos, debido a las condiciones descritas anteriormente.
Gráfico 4
Subempleo según área
Por otro lado, la OIT explica que, en 2022, unos 2.000 millones de trabajadores tenían un empleo informal en el mundo. En realidad, la recuperación del empleo tras la pandemia de la COVID-19 se ha visto impulsada principalmente por el empleo informal, lo que ha provocado un ligero aumento de la incidencia de la informalidad alrededor del mundo. Esto quiere decir que la mejora en el mercado laboral ecuatoriano también se explica por un aumento en el sector informal.
De hecho, pese a que el empleo informal ha experimentado un decremento en febrero respecto al mes anterior, ha tenido un considerable crecimiento entre febrero del 2022 y 2023, pasando de 51,4% a 54,3%. Según un estudio de la economista Laura Pérez, las probabilidades de ingresar al sector informal son superiores en el área rural que en la urbana, debido a características socioeconómicas. Al realizar una interacción entre el empleo formal/informal con el área urbana/rural, surge la brecha anteriormente mencionada. Pero ahora, es incluso más significativa puesto que para febrero del 2023 el empleo informal en el área rural fue 35 puntos porcentuales más que en la urbe (Gráfico 5).
Gráfico 5
Empleo formal e informal según área
En suma, el incremento de desempleo, subempleo, otro empleo no pleno y de la informalidad en el Ecuador se traduce en un malestar social, donde más familias tienen una pérdida de ingresos para sustentar a los miembros de su familia, sobre todo en la ruralidad debido a sus características socioeconómicas.
Bajo este contexto, la creación de empleos debe ser una prioridad de política pública por las repercusiones en el bienestar. Como menciona el economista Andrés Mideros, se trata de un sistema circular donde para mejorar el mercado laboral debe existir producción, lo cual se traduce en un aumento de inversión y, para ello, una expectativa de ganancia que depende de que haya perspectivas de ventas y, en consecuencia, mayor consumo, que puede darse solo si aumenta el empleo. Adicionalmente, en el área rural, una estrategia principal para fomentar la transición de la economía informal a la formal es incrementar la productividad en sus actividades económicas, para tener mayores salarios y un mejor nivel de vida.
(*) Elaborado por Camila Marcayata, analista económica Revista Gestión.
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Last modified on 2023-03-29