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Autor: Jorge Pérez *

La caída en los niveles de vida a raíz de la pandemia socavó el progreso reciente del país y la región,  mientras que el contexto actual supone un gran desafío para el país al verse afectado por la apreciación del dólar y el encarecimiento de financiamiento externo debido al alza de las tasas de interés por parte de la FED. Esto se suma al debilitamiento del mercado inmobiliario chino y a que la primera mitad de este año haya sido el  peor semestre para la bolsa de valores de Estados Unidos en los últimos 50 años, amenazando así el nivel de exportaciones de productos ecuatorianos. Queda por ver si el país está preparado para una posible recesión en los siguientes años.

La pandemia produjo la mayor caída en la esperanza de vida desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que el actual conflicto en Ucrania está elevando el costo de la energía, los alimentos e insumos. De esta manera, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) cayó en 2021 por segundo año consecutivo, siendo la mayor disminución seguida desde que se inició la contabilidad de este índice en 1990, eliminando así cualquier progreso desde 2016. Los países de América Latina y el Caribe fueron aquellos con mayor impacto. En específico, el Ecuador experimentó un retroceso de 2,70% respecto a cifras pre-pandemia (2019). 

Según criterios de expertos, es poco probable que las cosas mejoren pronto, ya que la inflación galopante y la caída en los mercados financieros amenazan el crecimiento a nivel mundial en los próximos años. 

¿SE AVIZORA UNA NUEVA CRISIS A NIVEL MUNDIAL?

El dólar ha alcanzado su valor máximo en los últimos 51 años (exceptuando los años de 1971 y 1980), debido al accionar de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que ha incrementado las tasas de interés. Una mayor tasa de interés atrae capitales hacia EEUU, ya que los inversores alrededor del mundo están incentivados a cambiar sus activos en monedas locales a una moneda mucho más fuerte, segura y con mejores rendimientos como el dólar, fortaleciéndolo aún más. 

Esto afecta directamente al país, pues encarece el endeudamiento externo ya que el gobierno de Ecuador tendría que pagar un interés mayor si quiere atraer esos capitales a través de bonos de deuda externa.

Un dólar más fuerte no solo conlleva al encarecimiento de las exportaciones y una relativa posición favorable del Ecuador para importar más productos -afectando así la balanza comercial- sino que también estudios recientes de la multinacional financiera Morgan Stanley revelan que cada vez que el dólar haya alcanzado un pico significativo, ha coincidido con eventos recesivos financieros a nivel mundial como: la crisis de la deuda en México en 1993, el default ruso en el 98, la recesión de la burbuja tecnológica en el 2000, entre otros.

 No obstante, no es el fortalecimiento del dólar lo que causa este tipo de estrés económico, sino una consecuencia del mismo ya que cuando el mercado financiero a nivel global está en incertidumbre, pone su dinero en dólares estadounidenses por defecto.

Consecuentemente, una subida del dólar puede ser un indicador muy útil para predecir posibles crisis a nivel global y tomar medidas que atenúen la volatilidad de la economía ecuatoriana y su exposición frente a shocks externos. En sí, expertos en el mundo de las inversiones como Michael Bury anunciaron que la bolsa de valores a nivel mundial seguirá cayendo, debilitando la economía global, la cual no terminó de estabilizarse por completo después de los estragos de la pandemia. 

Se pudo evidenciar que la primera mitad de este año fue el peor semestre para la bolsa de valores de Estados Unidos en los últimos 50 años, cayendo en más de $ 7,6 billones desde que Joe Biden ganó la presidencia.

Paralelamente, China atraviesa una situación muy complicada para su economía; expertos han predicho que está al borde del colapso debido al debilitamiento de su mercado inmobiliario, con una caída en la demanda de vivienda de 16,9% y de las ventas inmobiliarias en 25%. 

Este contexto es de suma importancia ya que el mercado inmobiliario chino representa más del 29% del total de su economía, y al ser este uno de los países más influyentes, no solo con el Ecuador sino a nivel mundial, podría causar efectos similares a los ocasionados por la crisis inmobiliaria que sufrió Estados Unidos en 2008. Se puede evidenciar que ambas economías presentan un decrecimiento en el último trimestre, siendo mayor para el caso chino, con 2,6%, mientras que Estados Unidos ya lleva dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo (Gráfico 1). 

Gráfico 1

Tasa de variación del PIB trimestral de China y USA (2019-2022)

Este decrecimiento repercute en los niveles de exportación del Ecuador, ya que ambos países son socios comerciales de gran relevancia al ser destinos de petróleo, banano, café, cacao, pescado, entre otros. Así, se puede observar que el nivel de exportaciones en los últimos dos trimestres presenta un crecimiento prácticamente nulo respecto al periodo de 2021. Por otra parte, el fortalecimiento del dólar y el incremento en los precios a nivel mundial ha coadyuvado a que las importaciones mantengan un mayor nivel de crecimiento, llegando a representar un 9,4% y 7,2% en los dos últimos trimestres (Gráfico 2).

Gráfico 2

Crecimiento interanual de las exportaciones e importaciones por trimestre (2019-2022)

Si bien la situación externa puede asemejarse a lo ocurrido en 2008, actualmente los altos niveles de inflación juegan un rol fundamental en el diseño y ejecución de políticas públicas alrededor del mundo, cosa que no sucedía en tal año. Para el Ecuador, la subida de precios llega a ser menor a los niveles observados en los países avanzados, no obstante, el hecho de que esté siendo impulsada por fuerzas externas como la inyección de liquidez a nivel mundial y los problemas en las cadenas de suministros podría hacer que su permanencia sea mayor a la prevista. 

LAS PREDICCIONES DE CRECIMIENTO NO ALCANZAN LOS NIVELES DE 2021

Por otra parte, los déficits financieros ocasionados por la pandemia llevaron a los formuladores de políticas a buscar la forma de elevar impuestos o recortar algunos tipos de gastos o costos públicos para aliviar el limitado espacio fiscal. Esto se vio evidenciado en el aumento del impuesto a la renta y el bajo nivel de inversión pública que ha experimentado el país post-pandemia.

Esto ha desencadenado en que el país haya sido el único de Sudamérica que aún no recupera sus niveles de producción pre-pandemia a pesar de mantener un balance fiscal mucho más favorable que el resto de la región, así como un volumen de reservas más robusto. Se puede observar que el crecimiento en los años 2021 y 2022 no alcanza la magnitud del decrecimiento de 7,8% de 2020 producto de la pandemia (Gráfico 3).

Gráfico 3

Perspectivas de crecimiento económico en la región (2020-2022)

A nivel regional, si bien los importadores netos de alimentos, como los países del Caribe y América Central, han sido duramente afectados y el alza en el precio de estos bienes impacta a los hogares de toda la región, la subida general de los precios de las materias primas ha sido una oportunidad para exportadores regionales como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. 

No obstante, se anticipa que los precios de las materias primas desciendan un 10% el próximo año, por lo tanto, las predicciones de crecimiento en el mediano plazo difieren de los valores alcanzados en 2021. A raíz de esta situación, el grupo de productores petroleros de la OPEP decidió recortar la producción para evitar una crisis posterior y frenar la marea de volatilidad. Bajo este contexto, los pronósticos de crecimiento para el Ecuador, de acuerdo con el Banco Mundial, son bastante conservadores, manteniéndose en los 3% y 2,8% para 2023 y 2024, respectivamente (Gráfico 4).

Gráfico 4

Evolución y pronósticos del crecimiento del PIB en el Ecuador (2019-2024)

En conclusión, la reducción en las previsiones de crecimiento se debe en gran medida a movimientos desfavorables en torno a cuatro factores, tanto financieros como productivos:

  • Cambios en la tasa interbancaria de la FED y  apreciación del dólar.
  • Fluctuación y posible recesión de las principales economías (EEUU y China), lo cual conlleva una baja en la demanda de las exportaciones del país.
  • La guerra en Ucrania y políticas contradictorias para luchar contra la inflación alrededor del mundo.
  • Disminución de los flujos de capital y encarecimiento del financiamiento externo.

No obstante, el desempeño posterior de la economía ecuatoriana dependerá también de la resiliencia de los factores asociados a la demanda interna y las políticas públicas que se puedan implementar para enfrentar shocks venideros. 

(*) Analista económico Revista Gestión.

 

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Last modified on 2022-11-14

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