La malnutrición es un mal permanente en la población ecuatoriana desde edades tempranas. Cerca de 23% de niños menores a 5 años tiene desnutrición crónica. Mientras se avanza en la edad, otras son las principales problemáticas. En los adultos, el factor común es el sobrepeso y obesidad (64% del total). Si bien se han implementado esfuerzos gubernamentales, como programas de alimentación escolar y el semáforo en los alimentos, el cambio en los patrones de consumo depende de manera importante de la cultura y la economía del hogar.
Los patrones de alimentación de una población son un importante indicador de las condiciones de vida de las personas. Por una parte, según la UNICEF, la nutrición de los niños en sus primeros años determina su desarrollo futuro en cuestión física y cognitiva. En segundo lugar, la alimentación durante la adultez es un factor clave en cuanto a explicar ciertas enfermedades atribuibles a dietas poco saludables.
Varios aspectos influyen en la conducta alimenticia, por ejemplo, la educación que dota de conocimiento a las personas sobre los beneficios de consumir alimentos balanceados y en cantidades no excesivas.
La cultura también ejerce influencia en la dieta de las personas, debido a que el hábito alimenticio es en gran parte adquirido por el ambiente sociocultural. Finalmente, un factor económico asegura el acceso a alimentos de mejor calidad y dietas más equilibradas.
MALNUTRICIÓN, UN PROBLEMA DESDE LA NIÑEZ
En los niños menores a 5 años el problema preponderante es la desnutrición crónica, es decir, la baja talla para la edad. A nivel nacional, la reducción de este indicador es menor al 1% (de 23,9% a 23%) entre 2014 y 2018 (Gráfico 1). Incluso en las zonas rurales la desnutrición se incrementó de 19,6% en 2014 a 20% en 2018 del total de niños entre 0 y 5 años.
Gráfico 1
Porcentaje de niños menores a 5 años con desnutrición crónica
El problema se agrava si consideramos a los niños de hogares autoidentificados como indígenas, en donde el porcentaje de desnutrición crónica en 2018 fue de 40,71% del total, en contraste con 21% de niños de identificación étnica mestiza. Asimismo, la provincia de Chimborazo es en donde este problema de nutrición es mayor, con 35% de niños que no obtienen los nutrientes necesarios en cantidad y calidad adecuadas.
Sin embargo, en edades posteriores, los niños presentan un problema distinto a causa de la mala alimentación: el sobrepeso y la obesidad (Gráfico 2 y 3).
Gráfico 2
Porcentaje de niños entre 5 y 11 años con sobrepeso y obesidad
Gráfico 3
Porcentaje de niños entre 12 y 19 años con sobrepeso y obesidad
Entre 2014 y 2018, el porcentaje de niños entre 5 y 19 años que sufre sobrepeso y obesidad se ha incrementado, tanto en las zonas urbanas como rurales, un problema que habla por sí solo de los hábitos alimenticios incorrectos. En los niños de 5 a 11 años el sobrepeso y la obesidad se incrementó de 31,2% en 2014 a 35,3% en 2018; el mismo indicador para niños de 12 a 19 años muestra que hubo un crecimiento de 27,7% a 29,5% del total. Estos hábitos a futuro tienen relación con enfermedades cardiovasculares, diabetes, entre otras.
En América Latina han entrado en vigencia programas para mejorar la disponibilidad de alimentos para los niños, especialmente en la etapa escolar. Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, México, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay “cuentan con normas obligatorias para los alimentos disponibles en las escuelas, incluidas las restricciones a los productos alimentarios que no promueven una alimentación adecuada”, aseguran la FAO, OMS, UNICEF, entre otras organizaciones.
A más de ello, en Ecuador se han tomado medidas de regulación para la publicidad y comercialización de cierto tipo de alimentos en los entornos escolares.
HÁBITOS ALIMENTICIOS: UNA CUESTIÓN CULTURAL Y ECONÓMICA
El factor común en los adultos ecuatorianos es la persistencia del sobrepeso y obesidad. Tales problemas están directamente relacionados con la alimentación y actividad física. En este artículo se aborda la primera causal.
Gráfico 4
Indicadores de salud sobre hábitos alimenticios en adultos
Si consideramos los adultos (de 19 a 59 años) que tienen sobrepeso y obesidad, nos referimos al 64,4% del total, es decir la mayor parte no tiene un peso adecuado con respecto a su altura (Gráfico 4). A pesar de que en el Ecuador la producción de alimentos es suficiente, se identifica que las personas siguen una dieta “poco diversa y baja en calidad nutricional como consecuencia de un limitado acceso a una alimentación variada por parte de la población y a la falta de conocimientos sobre hábitos de alimentación nutritiva y saludable que les permita cubrir sus requerimientos diarios”, indica la FAO, OPS, WFP y UNICEF. La alimentación tradicional de los ecuatorianos consiste principalmente en carbohidratos (arroz y fideo, sobre todo), siendo pobres nutricionalmente.
Gráfico 5
Costo en dólares de una dieta para una familia de cinco personas que cumple con los requerimientos de energía vs una dieta nutritiva en 2018 en Ecuador
Sin embargo, no todo el problema recae en la cultura. Una alimentación balanceada demanda de una importante cantidad de recursos monetarios. El costo diario para un hogar de cinco personas de una dieta nutritiva ($ 8,6) es 3,4 veces más que el costo de una dieta diaria que cumpla con los requerimientos energéticos ($ 2,5). En términos mensuales, representaría $ 258 y $ 75, respectivamente. Tomando como referencia el salario básico de $ 400 al mes, se necesitaría más de 50% del ingreso para llevar una dieta saludable al menos para 15,8% (497.564 de personas) del total de trabajadores con empleo adecuado (3’146.297) que a diciembre de 2019 percibían un salario mínimo, según datos del IESS.
De igual manera, se tiene considerar que en los adolescentes el gasto en alimentación es mayor. Por ejemplo, un hogar conformado por cinco personas en 2018 distribuía su presupuesto de alimentos de la siguiente forma: 39% adolescente, 28% mujer lactante, 19% hombre, 8% niño de 3 a 5 años y 7% niño de 3 a 36 meses.
Gráfico 6
Porcentaje de personas bajo la línea de subalimentación
“La subalimentación o hambre crónica es la incapacidad de las personas para consumir alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de energía alimentaria”, según la FAO. A pesar de que en Ecuador se producen una gran cantidad de alimentos de toda clase, el problema de personas que no acceden a alimentos persiste.
Las campañas del gobierno, por ejemplo la del semáforo en los alimentos para resaltar su contenido de ingredientes poco saludables, ha dado resultado. Según datos de Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (2014) y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2018), en 2014, 84% de los ecuatorianos consumía alimentos con etiqueta roja a nivel nacional. Para 2018 se redujo su consumo a 47%, un importante y significativo avance.
Los problemas de alimentación y nutrición surgen desde la niñez y se acentúan en ciertos grupos por su condición y falta de educación sobre qué nutrientes adquirir. A pesar de los esfuerzos gubernamentales, la desnutrición persiste e incluso entre los últimos años se ha agudizado. También la cultura y hábitos tienen incidencia. Pero uno de los factores que se puede medir, y que tiene un peso considerable, es la condición económica.
Una dieta saludable tiene un costo elevado en comparación con una alimentación poco diversa que cubra únicamente con el requerimiento energético diario. A futuro, las consecuencias de una mala alimentación recaerán en enfermedades como problemas al corazón, diabetes e incluso cáncer, que además se encuentran entre las principales causas de muerte de los ecuatorianos.
Por: Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.
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Last modified on 2020-09-16