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Autor: Diego Olmedo *

Diciembre es un mes, por lo general, de grandes responsabilidades en materia financiera para el Gobierno y la Asamblea Nacional. Este año, el primer escollo fue superado con la aprobación de la Ley de Simplicidad y Progresividad Tributaria que está estrechamente vinculada con el Presupuesto General del Estado. Por el lado de los ingresos tributarios se esperan recaudar cerca de $ 620 millones para dar un relativo alivio a las presiones fiscales del próximo año.

El 5 de diciembre, el presidente Lenín Moreno envió las respuestas a las observaciones planteadas por los asambleístas para definir el futuro de la Proforma considerando que estamos a días de cerrar el 2019 y es prioridad empezar a debatir sobre cómo vamos a reactivar la economía.

De los 17 puntos que observó la Asamblea, apenas dos fueron rectificados por el Ejecutivo y prácticamente el resto fue ampliado para discusión y aprobación. Debido a la falta de acuerdo en el Legislativo, la Proforma finalmente pasará por el Ministerio de la Ley.

Lo cierto es que luego de ver todos los posibles escenarios, desde la perspectiva exclusivamente financiera, el Presupuesto pone a temblar no solo al equipo del Ministerio de Economía y Finanzas, sino al sector empresarial y a la sociedad en general.

EL PROBLEMA DE LOS INGRESOS

La Proforma Presupuestaria 2020 muestra un nivel de ingresos bastante parecido al de este año. Los ingresos tributarios serán menores en un 6%, cuando estos deberían ir en aumento con el apoyo de un plan de reactivación económica que le permita al Ecuador lograr un crecimiento sostenido por encima del 3% anual y un sistema de recaudación más estricto que evite la evasión y la elusión tributaria que para el Ecuador asciende a $ 5 mil millones, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE). Con la aprobación de la Ley Tributaria, deberían ingresar a las arcas fiscales más de $ 620 millones que avalarían los $ 492 millones que el FMI espera aprobar la siguiente semana.

Los ingresos petroleros se mantendrán en un nivel similar al 2019, por encima de los $ 2,5 mil millones, lo que significa que con una producción de 533 mil barriles diarios a $ 51,3 el barril, las entradas de dinero no tendrán crecimiento alguno y siendo el producto de exportación más importante del país desde hace 50 años, no aportará a la solución del problema fiscal, lo que lleva a preguntarse por qué seguimos siendo dependientes del petróleo cuando no ha contribuido de manera sostenida al progreso de la economía ni al bienestar de la sociedad.

LO QUE SE ESPERA DE LA MONETIZACIÓN DE ACTIVOS

El Ministro de Economía y Finanzas le apuesta a la monetización de activos públicos como CNT, Banco del Pacífico y Sopladora, que sumados generarían $ 2 mil millones en calidad de ingresos permanentes. De acuerdo con la explicación del ministro Richard  Martínez, esto no es una venta sino una concesión programada cuyos resultados se verán en los próximos seis meses. Sobre este rubro tengo serios cuestionamientos; cada empresa tiene un ROE (Return Over Equity o Rendimiento sobre el Patrimonio) sobre el 15% y para considerar una posible concesión deberían aportar por sobre los $ 5 mil millones que se igualan con las necesidades de financiamiento público.

RECORTES DOLOROSOS PERO INSUFICIENTES

En cuestión de gastos y egresos, se mantiene un ajuste al gasto corriente de sueldos y salarios, en el que habrá un recorte de $ 400 millones, lo que representa la salida de 100.000 servidores públicos cuya capacidad de consumo se verá reducida hasta que se reinserten en el mercado laboral nuevamente. Esta caída perjudica al gasto consumo final de los hogares ecuatorianos y el efecto es más fuerte para el crecimiento ya que el gasto consumo tiene un peso del 60% con respecto al PIB. De igual forma, el ajuste se ve en $ 200 millones en compras de bienes y servicios públicos, aunque el monto total de este rubro supera los $ 6 mil millones. Recortes dolorosos, necesarios e insuficientes a todas luces.

LA CUENTA DE CAPITAL NO SE CORRIGE

Si hacemos las sumas y las restas, el resultado total del Presupuesto General del Estado es de $ 3,4 mil millones que se identifican como déficit fiscal y $ 5,2 mil millones en calidad de necesidades de financiamiento. Las correcciones advertidas por la Asamblea Nacional al Presidente no fueron tomadas con seriedad puesto que no reflejan un plan de contingencia convincente y apenas $ 530 millones fueron reclasificados en una nueva cuenta que tendrán como destino costear el Censo 2020.

La cuenta de capital, que contiene inversión, transferencias sociales y amortizaciones de deuda, es la que más dolores de cabeza genera al país. Por ahí se forma y se fortalece el déficit; sin embargo, esto ocurre principalmente por el peso que tienen los egresos permanentes respecto de los ingresos permanentes que será casi de 100%. El superávit primario de cuenta corriente no supera los 10 millones de dólares.

Bajo este escenario, la opción de destinar fondos a la inversión pública se vuelve improbable, tal es así, que para el siguiente año dicha inversión no supera los $ 3,7 mil millones y aquella inversión destinada a infraestructura no va más allá de los 300 millones. Esta realidad en un contexto de estancamiento económico es claramente desventajosa.

NUEVOS ENDEUDAMIENTOS SON INELUDIBLES

El Presupuesto 2020 sigue sin mirar el problema principal del Ecuador. Se resolverá el déficit fiscal acudiendo a nuevos endeudamientos; no hay muestras de un ajuste radical y no se ven señales hacia donde se dirige la economía. El camino correcto y que dictan las mejores prácticas fiscales debe ser mediante la vía del crecimiento de producción y de las capacidades productivas, esto se lograría generando un ahorro de $ 2 mil millones en gasto corriente y moviendo esos recursos para incentivar la tasa de inversión pública que no llega al 8% del PIB. La OCDE recomienda a los países en vías en desarrollo tener una tasa cercana al 15% y aún estamos muy lejos del objetivo.

URGEN ACUERDOS SOCIALES Y ECONÓMICOS

Adjunto un resumen ejecutivo de la Proforma Presupuestaria 2020 para que usted pueda hacerse una idea eficaz de la realidad fiscal. Seguramente coincidirá conmigo en tres hechos claros: primero, tenemos números rojos, lo que significa que por noveno año consecutivo repetimos el déficit fiscal y será necesario financiarlo con recursos del exterior; segundo, no existen variaciones importantes respecto de 2019. Si este año fue malo, el próximo no se diferenciará en lo absoluto y más crítico aún, no hay visión que muestre hacia dónde van las finanzas públicas; y tercero, el resultado primario que refleja la capacidad del Estado para responder a los compromisos adquiridos, es muy débil pero arroja oportunidades.

Tabla 1

Resumen ejecutivo de la Proforma Presupuestaria 2020

Gráfico 1

Elaboración: Autor.

En conclusión, es clara la intención del Gobierno de maniobrar a corto plazo, hipotecar el futuro de las finanzas y dejar la responsabilidad de solucionar este laberinto a la próxima administración. Los acuerdos de tipo económico, político y social se tornan imperantes para sacar adelante el país y no repetir los errores del último boom petrolero que dejo al Ecuador rezagado por más de 20 años.

(*) Economista, inversionista y analista económico.

 

 

 

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Last modified on 2020-01-07

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