América Latina ha sido testigo de una amplia variedad de modelos económicos en las últimas décadas. Chile, Costa Rica y Ecuador representan tres casos interesantes de estudiar. Ecuador y Chile poseen una población similar, en torno a los 17-19 millones de habitantes, lo que los ubica en un rango medio en Suramérica. Sin embargo, sus economías han seguido trayectorias notoriamente divergentes en las últimas décadas. Por su parte, en 1980, Costa Rica presentaba un ingreso per cápita ligeramente mayor al de Ecuador, partiendo ambos de condiciones similares como economías pequeñas centradas en productos primarios, pero sus caminos fueron distintos.
La divergencia en las trayectorias económicas de estos países se hace latente al contrastar la evolución de sus respectivos PIB per cápita en las últimas décadas. Entre 1990 y 2021, Chile multiplicó por más de tres veces su PIB per cápita a precios corrientes, expandiéndolo de USD 2.521,57 a USD 16.092,15; en el mismo periodo, Costa Rica también exhibió un crecimiento notable de su PIB per cápita, incrementándolo de USD 1.881 a USD 12.473. No obstante, en Ecuador el PIB per cápita prácticamente permaneció estancado con un escaso incremento de USD 1.458,32 en 1990 a USD 5.965,13 en 2021.
Mientras Chile y Costa Rica evidencian un progresivo dinamismo económico traducido en un sostenido aumento del ingreso por habitante, Ecuador muestra un panorama de virtual estancamiento, con su PIB per cápita creciendo a un ritmo comparativamente muy lento. Esta marcada divergencia entre países que partieron de condiciones iniciales similares, plantea interesantes interrogantes sobre los factores subyacentes.
ECONOMÍA Y CONTEXTO DE CHILE
Chile, un país situado en el extremo sudoeste de América del Sur, es conocido por su impresionante geografía que se extiende desde el desierto de Atacama en el norte hasta los glaciares de la Patagonia en el sur. Con una población que supera los 19 millones de habitantes (2021), similar a la de Ecuador, Chile destaca por ser una de las economías más estables y prósperas de América Latina.
Durante las últimas décadas, ha experimentado un crecimiento económico significativo, impulsado por la exportación de cobre, pues según datos del Banco Central de Chile, para el año 2020 las exportaciones de concentrados de cobre representaron el 55,1% de las exportaciones totales de productos de cobre, junto con otros sectores como la agricultura, la minería y los servicios. Sin embargo, el país ha enfrentado desafíos económicos. El Banco Central de Chile, en su último informe del tercer trimestre de 2023, señala que el PIB muestra tasas de crecimiento trimestrales levemente positivas, no obstante, experimentará un nulo crecimiento en 2023 y se expandirá moderadamente, en un rango de entre el 1,25% y el 2,25% para el presente año (Gráfico 1).
Gráfico 1
PIB de Chile y su evolución
Chile destaca en América Latina por haber logrado importantes avances económicos y una relativa estabilidad política en las últimas décadas. Luego de un difícil periodo caracterizado por el gobierno socialista de Salvador Allende y el subsiguiente régimen militar de Augusto Pinochet, el país retomó su democracia en 1990 y ha seguido predominantemente políticas económicas neoliberales.
Esto ha convertido a Chile en uno de los países más atractivos de la región para la inversión extranjera, focalizándose en sectores mineros, financieros y agroindustriales. Sin embargo, aún persisten brechas sociales y descontento sobre el modelo económico imperante. A pesar de su éxito económico, Chile lucha contra altos niveles de desigualdad, que han sido fuente de descontento social y político, como lo evidenciaron las protestas masivas de 2019. Estos eventos subrayaron la demanda de reformas significativas en áreas como la educación, la salud y las pensiones. La pobreza ha disminuido en las últimas décadas gracias al crecimiento económico y a las políticas sociales, pero aún persisten desafíos para asegurar que los beneficios del crecimiento se distribuyan de manera más equitativa entre su población.
ECUADOR Y CHILE, UN CAMINO DIVERGENTE
En términos poblacionales, Ecuador y Chile presentan ciertas similitudes, aunque también diferencias notables debido a sus contextos geográficos, históricos y sociales únicos. Según estimaciones recientes, la población de Ecuador supera los 17 millones de habitantes, mientras que la población de Chile se aproxima a los 19 millones. Estas cifras colocan a ambos países en un rango de población similar dentro de Sudamérica, destacándose por no ser ni los más ni los menos poblados de la región (Gráfico 2).
Gráfico 2
Crecimiento de la población ecuatoriana y chilena 2001 – 2021
Ambos países exhiben una diversa composición demográfica con una significativa concentración urbana. En Ecuador, ciudades como Quito y Guayaquil concentran una gran parte de la población, mientras que en Chile, la capital Santiago alberga a una porción considerable de sus habitantes. Esta tendencia hacia la urbanización refleja patrones comunes en el desarrollo y las oportunidades económicas centradas en las áreas urbanas.
Asimismo, el académico Richard W. Rahn considera a Chile y Ecuador como dos economías perfectas para comparar visiones rivales, pues según Rahn, en 1980, Ecuador tenía un ingreso per cápita ligeramente superior al de Chile. Sin embargo, durante los últimos 33 años, mientras Ecuador apenas ha triplicado su ingreso per cápita, durante el mismo periodo Chile lo hizo por un factor de más de seis.
¿POR QUÉ CHILE CRECIÓ Y ECUADOR SE ESTANCÓ?
Chile y Ecuador presentan trayectorias económicas divergentes debido a una combinación de factores políticos, sociales y, especialmente, políticas económicas implementadas a lo largo de las últimas décadas. Según el Banco Mundial, Chile ha experimentado un notable crecimiento económico y reducción de la pobreza desde la década de 1990, atribuible a su modelo de economía abierta, estabilidad política y sólidas políticas de inversión en educación y salud. En contraste, Ecuador ha enfrentado desafíos económicos más significativos, marcados por una mayor volatilidad política y dependencia de las exportaciones de petróleo, lo que ha resultado en un crecimiento económico más lento y menos sostenible.
Asimismo, las diferencias en el manejo de políticas macroeconómicas también ha jugado un papel crucial. Pues el Banco Central de Chile, en su Informe de Política Monetaria, señala que Chile ha mantenido una política de ahorro fiscal e inversión extranjera directa que ha fomentado la estabilidad económica y el crecimiento a largo plazo; mientras que Ecuador ha enfrentado desafíos en la implementación de reformas estructurales y en el manejo de su deuda externa, lo que ha limitado su capacidad para atraer inversión extranjera y diversificar su economía.
Esto se ha traducido en que Chile ha logrado establecer un marco económico más estable y diversificado, mientras que Ecuador aún trabaja en superar la dependencia de recursos naturales y estabilizar su marco político y económico. Estas diferencias son el reflejo de cómo las decisiones políticas y económicas influyen significativamente en el desarrollo económico de un país. Asimismo, según Rahn, la principal diferencia entre las rutas que los dos países eligieron se centra en la libertad económica y el tamaño del Estado.
CONTEXTO DE COSTA RICA Y SU ECONOMÍA
Por otro lado, Costa Rica ha mostrado un destacado compromiso con la sostenibilidad y conservación ambiental, construyendo una sólida reputación en ecoturismo. Según cifras del Banco Mundial, en 2022 el país evidenció un crecimiento promedio anual de su PIB del 4,6%, ubicándose entre las economías más dinámicas de América Central. Bloomberg señala que Costa Rica posee el salario mínimo más alto de Latinoamérica, actualmente en USD 630. Mientras que el informe “Perspectivas 2023” de la consultora EXOR resalta a Costa Rica como una de las economías más robustas en Centroamérica y el Caribe (Gráfico 3).
Gráfico 3
Crecimiento del PIB de Costa Rica 2001 - 2022
No obstante, como apunta el especialista César Addario Soljancic en la Revista Summa, el alto endeudamiento público ejerce presión sobre las cuentas fiscales de Costa Rica. Pese a ello, “el crecimiento estable y el manejo de las políticas de atracción de inversiones colocan a Costa Rica en una posición fortalecida para afrontar lo que se viene este año”.
Por su parte, el Banco Mundial reconoce al país como líder global en políticas y logros ambientales que han reforzado su imagen-país y marca verde con beneficios al crecimiento. Subraya que la estabilidad política, el modelo de desarrollo sostenible y el dinamismo económico le han permitido alcanzar uno de los índices de pobreza más bajos en América Latina y el Caribe.
COSTA RICA Y ECUADOR, DOS ECONOMÍAS DISTINTAS
Costa Rica y Ecuador partieron en los años 60-70 de una base económica centrada en productos primarios, con retos similares de diversificación. Sin embargo, adoptaron estrategias diferentes. Según el análisis de Isabel Bortagaray, a inicios de los 60 Costa Rica promovió activamente la industria sustitutiva de importaciones. Posteriormente, desde los 90 apuesta por el turismo, así como sectores de alta tecnología, atrayendo inversión extranjera directa (IED). Este cambio de modelo catalizó una transformación. Como indica Bortagaray, la instalación en 1997 de una planta de Intel en Costa Rica “contribuyó al 60% del rápido crecimiento de 8,4% en su PIB”. Esto le dio mayor visibilidad global.
Asimismo, Bortagaray añade que para 1997 Intel seleccionó a este país para instalar una nueva planta, lo cual contribuyó a darle al país una mayor visibilidad internacional. El Estudio Económico de América Latina y el Caribe 1999-2000 de la CEPAL corrobora que la llegada de Intel explica aproximadamente el 60% del acelerado crecimiento del PIB costarricense en ese periodo. Esta captación de inversiones en sectores sofisticados impulsó la diversificación económica del país.
En contraste, en la década del 70, en Ecuador se produjo el boom petrolero que tempranamente introdujo cambios en su estructura económica, con expansión de sectores asociados, pero generando dependencia de precios internacionales. Junto a otros productos primarios como banano, flores y mariscos, representaban la mayoría de exportaciones de Ecuador. Pero a diferencia de Costa Rica, el país enfrentaba el reto de una industria manufacturera menos desarrollada en la región y una economía poco diversificada.
La comparación entre dos economías pequeñas con recursos limitados resalta la visión de Costa Rica para dirigir inversiones estratégicamente hacia actividades sofisticadas de alto valor, lo cual impulsó su despegue económico. Caso contrario observamos en Ecuador, con una productividad estancada por concentración persistente en productos primarios.
¿QUÉ HICIERON DIFERENTE?
Costa Rica y Ecuador partieron de condiciones similares como economías pequeñas y muy dependientes de la exportación de productos primarios. Sin embargo, en las últimas décadas implementaron estrategias de desarrollo marcadamente distintas.
Ambos países han mostrado resiliencia frente a los desafíos económicos globales, aunque sus estrategias para el crecimiento y desarrollo varían. Costa Rica ha destacado por su modelo de desarrollo basado en el turismo ecológico y la exportación de tecnología avanzada, lo que ha propiciado un crecimiento económico estable y una notable atracción de inversión extranjera directa. Ecuador, por su parte, ha dependido más significativamente de la exportación de petróleo y productos agrícolas, enfrentando desafíos adicionales debido a las fluctuaciones en los precios del petróleo en el mercado global. La inversión en educación y una estrategia de desarrollo sostenible también jugaron un papel clave en el éxito de Costa Rica.
Las trayectorias opuestas de estas economías subrayan que no basta contar con recursos naturales o acceso a financiamiento, sino que se requiere una visión pragmática y de largo plazo, con fuertes inversiones en el talento humano nacional, para dar el salto hacia actividades económicas más rentables e integradas a cadenas globales de valor. Costa Rica es hoy por hoy un modelo en la región de transformación económica exitosa.
A pesar de estas diferencias, ambos países enfrentan desafíos similares, como la necesidad de diversificar sus economías y reducir las desigualdades internas. Costa Rica y Ecuador han trabajado en políticas para mejorar la inclusión social y reducir la pobreza, aunque los niveles de desigualdad siguen siendo un tema de preocupación. En términos de desarrollo humano, ambos países han hecho inversiones significativas en salud y educación, lo cual se refleja en sus respectivos índices de desarrollo humano.
La comparación entre Costa Rica y Ecuador revela dos naciones empeñadas en superar sus vulnerabilidades económicas mediante estrategias que reflejan sus ventajas comparativas y sus valores sociales. Mientras Costa Rica avanza hacia una economía basada en servicios y tecnología de alto valor agregado, Ecuador busca estabilizar su economía y diversificar sus fuentes de ingreso, enfrentando ambos el reto común de promover un desarrollo económico que sea sostenible e inclusivo.
TLC DE ECUADOR CON COSTA RICA
Los gobiernos de Costa Rica y Ecuador anunciaron el 19 de diciembre de 2022 la culminación de las negociaciones para un acuerdo bilateral. Luego de dos meses de revisar los detalles técnicos, ambos países firmaron el documento final el 1 de marzo de 2023, sin embargo, el 20 de febrero de 2024, el pleno de la Asamblea, con 118 votos a favor, ratificó el acuerdo comercial firmado entre Ecuador y Costa Rica.
Según el exministro de Producción José Julio Prado, los sectores que eran más sensibles en otros TLC son ganadores en este acuerdo comercial. Afirma que no se busca vender banano o piñas a Costa Rica, pero sí hay una importante lista de productos exportables industriales y alimentos elaborados que tienen potencial y entrarán con 0% de arancel. Entre ellos, enlatados y conservas de pescado, manufacturas de metal, tableros de madera, medicamentos, camarón, línea blanca, porcelana y cerámica sanitaria, pastas alimenticias y manufacturas de cuero y textil.
Con este acuerdo, el 84% de las exportaciones de Ecuador entran sin arancel a Costa Rica. Según el BCE, los acuerdos comerciales se convierten en instrumentos internacionales que aportan a los países al mejor desenvolvimiento de sus economías y propenden hacia un mejor relacionamiento con sus socios comerciales.
Este análisis comparativo entre tres países latinoamericanos (Chile, Costa Rica y Ecuador) pone de relieve trayectorias económicas divergentes como resultado de opciones distintas en términos de políticas públicas, apertura comercial e inversión en capital humano. Chile emerge como un caso de crecimiento económico sostenido gracias a su temprana apuesta por el libre mercado y la integración global. Costa Rica resalta por una transformación hacia sectores de alto valor agregado apuntalada en educación e innovación tecnológica. En contraste, Ecuador exhibe un desempeño menos dinámico aún muy dependiente de recursos primarios, con la tarea pendiente de diversificación productiva y mayor estabilidad institucional.
Más allá de sus marcadas diferencias, estos países enfrentan desafíos comunes en términos de desigualdad, sostenibilidad ambiental y resiliencia ante crisis externas. El reciente acuerdo bilateral entre Costa Rica y Ecuador es una muestra de la voluntad de cooperación e intercambio de experiencias entre economías latinoamericanas con miras a un progreso compartido. Las lecciones extraídas de este estudio comparado pueden iluminar mejores prácticas para impulsar un crecimiento inclusivo en la región.
(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2024-02-27