El Ecuador se encuentra en una encrucijada histórica entre su tradicional dependencia del petróleo como pilar económico y la necesidad de transitar hacia fuentes de energía más limpias. Este proceso de transformación presenta desafíos y oportunidades para el país, considerando que el sector petrolero sigue siendo un componente fundamental de la economía nacional, mientras que las presiones globales y los compromisos ambientales empujan hacia una matriz energética más sostenible. La complejidad de esta transición se evidencia en la necesidad de mantener los ingresos petroleros mientras se desarrolla la infraestructura necesaria para las energías renovables, un balance delicado que requiere una planificación estratégica cuidadosa.
EL PESO DEL PETRÓLEO EN LA ECONOMÍA ECUATORIANA
La contribución del sector petrolero a la economía ecuatoriana continúa siendo fundamental, como lo demuestran los datos más recientes. Según el Análisis Semanal del Grupo Spurrier, para 2023, el sector mantiene una posición estratégica en múltiples dimensiones de la economía nacional. La producción petrolera representa el 6,45% del total nacional, generando un efecto de USD 10.462 millones, una cifra que subraya su papel como motor económico (Gráfico 1).
Gráfico 1
Impacto económico del petróleo en 2023
El análisis detallado del valor agregado revela que el sector aporta el 4,90% del total nacional, equivalente a USD 4.568 millones. Esta contribución se materializa no solo en términos monetarios directos, sino también en la generación de empleo, creando 200.085 puestos de trabajo que representan el 2,63% del empleo total nacional.
En términos de consumo intermedio, el sector alcanza una participación del 8,54% del total nacional, con USD 5.894 millones, lo que demuestra su importante papel en la cadena productiva del país. Las remuneraciones generadas por el sector ascienden a USD 1.389 millones, representando el 3,70% del total nacional. Estas cifras evidencian que el sector petrolero continúa siendo un pilar fundamental para el desarrollo económico del país, generando importantes efectos multiplicadores en diversos sectores productivos.
EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN PETROLERA NACIONAL
Los datos del Banco Central del Ecuador revelan patrones en la producción petrolera durante el período 2022-2024. El primer trimestre de 2024 mostró un repunte importante, alcanzando un promedio diario de 486,37 mil barriles, un incremento notable respecto a los 461,05 mil barriles del mismo período en 2023, representando un aumento del 5,5%. Sin embargo, esta tendencia positiva no se ha mantenido constante a lo largo del año (Gráfico 2).
Gráfico 2
Producción nacional de petróleo promedio diario
(miles de barriles diarios)
Según Alberto Acosta, consultor y editor de Análisis Semanal del Grupo Spurrier, en entrevista para GESTIÓN, “el petróleo en el Ecuador está estancado y en declive”, pues en los últimos 10 años la producción ha caído alrededor de 100.000 barriles por día. “
Es un sector que tiene mucho potencial y que simplemente está detenido porque, al igual que en otros sectores estratégicos, se crearon monopolios estatales, hecho establecido en la Constitución de 2008, en donde se restringe la inversión privada”, afirma. Esta observación resalta los desafíos estructurales que enfrenta el sector y la necesidad de cambios en el modelo de gestión.
La producción ha mostrado una tendencia decreciente en el tercer trimestre de 2024, cayendo a 470,32 mil barriles diarios, lo que representa una disminución del 2,1% respecto al mismo período de 2023. Esta reducción muestra los desafíos operativos y estructurales que enfrenta el sector, incluyendo la necesidad de inversión en infraestructura y tecnología para mantener y optimizar la producción.
EXPORTACIONES PETROLERAS Y SU IMPACTO ECONÓMICO
Las exportaciones petroleras han experimentado fluctuaciones significativas tanto en volumen como en valor durante el período 2022-2024. Los datos del BCE muestran que en el tercer trimestre de 2024, las exportaciones alcanzaron 31,01 millones de barriles, generando ingresos por USD 2.114,85 millones. Esta cifra, aunque significativa, representa una disminución del 10,2% en valor respecto al mismo período de 2023, cuando se registraron ingresos por USD 2.355,19 millones (Gráfico 3).
Gráfico 3
Evolución del volumen y valor de exportaciones de petróleo
El comportamiento de las exportaciones muestra que el punto máximo se registró en el segundo trimestre de 2022, con ingresos de USD 2.847,99 millones por la exportación de 28,51 millones de barriles, beneficiándose de precios internacionales favorables. Sin embargo, los valores han mostrado una tendencia a la baja desde entonces, reflejando la volatilidad del mercado petrolero global.
El primer trimestre de 2024 tuvo una recuperación importante, con exportaciones de 32,64 millones de barriles valoradas en USD 2.263,95 millones. Sin embargo, en el tercer trimestre de 2024 se registró una contracción tanto en volumen como en valor. Las exportaciones de este período alcanzaron los 31,01 millones de barriles, totalizando USD 2.114,85 millones. En comparación con el trimestre anterior, esto representa un incremento en volumen del 3,9%, resultando en una caída del valor total de 4,2%. Esta volatilidad en los ingresos petroleros no solo plantea desafíos significativos para la planificación fiscal y económica del país, sino que también subraya la necesidad de diversificar la matriz energética ecuatoriana.
CONFIGURACIÓN Y DESAFÍOS DE LA MATRIZ ENERGÉTICA
Considerando la matriz energética ecuatoriana, se puede observar características distintivas en comparación con el panorama energético mundial. Según el Análisis Semanal del Grupo Spurrier, Ecuador mantiene una alta dependencia de hidrocarburos y carbón, que representan el 81,70% de su matriz energética, ligeramente por encima del promedio mundial de 80,30%. Esta similitud en la dependencia de combustibles fósiles sugiere que Ecuador enfrenta desafíos similares a los de la comunidad internacional en términos de transición energética.
Un aspecto destacable es la significativa participación de la energía hidroeléctrica en Ecuador, que alcanza el 14,90%, muy por encima del promedio mundial de 2,50%. Como señala Alberto Acosta en su entrevista para GESTIÓN, “Ecuador tiene un potencial muy grande en hidroelectricidad, geotérmica, eólica, etcétera. No obstante, necesita recursos, y precisamente el petróleo es la clave de esa transición energética”. Esta ventaja comparativa en hidroelectricidad proporciona una base sólida para la transición hacia energías más limpias (Gráfico 4).
Gráfico 4
Mix energético de Ecuador y el mundo 2021
Sin embargo, el país tiene un rezago significativo en otras energías renovables. La participación de energía solar y eólica es apenas del 0,10%, muy por debajo del 2,70% mundial, mientras que los biocombustibles representan el 3,40% frente al 9,50% global. Esta brecha evidencia tanto el potencial de crecimiento como los desafíos que enfrenta Ecuador en su proceso de diversificación energética.
PERSPECTIVAS Y ESTRATEGIAS PARA LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
La estrategia de transición energética en Ecuador debe considerar múltiples dimensiones y plazos. El país necesita establecer un equilibrio entre el aprovechamiento de sus recursos petroleros actuales y la inversión en infraestructura para energías renovables. La producción petrolera, que muestra tendencias variables, sigue siendo crucial para financiar esta transición.
En el corto plazo, como indica Acosta, “se necesita trabajar en destrabar el petróleo en el Ecuador para financiar la transición energética”. Esto implica mejorar la eficiencia en la producción petrolera actual mientras se canalizan recursos hacia el desarrollo de energías renovables. En este contexto, el comportamiento de las exportaciones petroleras sugiere la necesidad de optimizar la gestión de estos recursos para maximizar su contribución a la transición energética.
La planificación a largo plazo debe considerar el desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas. El país necesita fortalecer su infraestructura de transmisión y distribución eléctrica, desarrollar marcos regulatorios adecuados y fomentar la inversión en nuevas tecnologías energéticas. La experiencia internacional sugiere que una transición exitosa requiere de un enfoque integral que considere aspectos técnicos, económicos y sociales.
La transición energética de Ecuador representa un desafío complejo que requiere un delicado balance entre el aprovechamiento de los recursos petroleros existentes y el desarrollo de fuentes de energía renovable. Los datos analizados muestran que el sector petrolero mantiene una importancia crucial en la economía nacional, pero también revelan la necesidad de diversificar la matriz energética para asegurar un futuro sostenible.
La evidencia sugiere que Ecuador tiene un potencial significativo en energías renovables, pero necesita desarrollar más agresivamente otras fuentes como la solar y eólica. El éxito de esta transición dependerá de la capacidad del país para utilizar estratégicamente sus recursos petroleros actuales mientras construye la infraestructura necesaria para un futuro energético más limpio y sostenible.
La planificación estratégica a largo plazo, el desarrollo de marcos regulatorios adecuados y la inversión en infraestructura y tecnología serán elementos clave para asegurar una transición energética exitosa. El desafío será mantener la estabilidad económica durante este proceso mientras se avanza hacia un modelo energético más sostenible y resiliente.
(*) Elaborado por economista Liz Ortiz, analista económica Revista
Last modified on 2024-12-01