Ecuador se encuentra experimentando una serie de desafíos económicos y sociales que Daniel Noboa tendrá que enfrentar. Estos desafíos son complejos y requieren un enfoque integral y de largo plazo. En medio del malestar económico y social, el Ecuador requerirá de especial atención en los ejes de crecimiento, inflación, deuda e inversión, así como también en cuestiones sociales como la creciente inseguridad, el escaso empleo pleno, la corrupción, que ha derivado en desconfianza de la ciudadanía hacia las autoridades, así como la sostenibilidad fiscal en los diversos proyectos que están en marcha.
CUENTAS NACIONALES, BALANZA DE PAGOS Y PROYECCIONES
A finales de septiembre, el Banco Central del Ecuador (BCE) publicó las Cuentas Nacionales correspondientes al segundo trimestre del año. Estas cifras muestran un repunte de la economía, sin embargo, las proyecciones del mismo BCE y de otros organismos especializados coinciden en que el crecimiento se desacelerará en lo que resta de 2023.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es la más optimista. A principios de septiembre actualizó su proyección de crecimiento para Ecuador en 2,3% (Gráfico 1). No obstante, la Cepal reconoce que el país y la región enfrentan un escenario macroeconómico desafiante. El crecimiento económico se desacelera, la inflación permanece alta, la deuda pública sigue elevada y el espacio fiscal es limitado. Según las cifras oficiales, la economía creció 2,2% en el primer semestre. Por lo tanto, la previsión del BCE implica que la economía crecerá por debajo del 1% en la segunda mitad del año.
Gráfico 1
Proyecciones de crecimiento anual del PIB 2023
Junto a las cuentas trimestrales, el BCE también publicó el boletín de balanza de pagos. Este balance es un registro de todas las transacciones económicas entre el país y el resto del mundo. Al segundo trimestre de 2023, las cuentas corriente y financiera muestran un saldo positivo, pero también exhiben un deterioro respecto al mismo período del año pasado. Al cierre de 2023, el saldo de la cuenta corriente sumaría USD 1.700 millones, acumulando una caída de casi USD 500 millones respecto a 2022. Este resultado se explicaría por una reducción de la balanza comercial y por el aumento en los pagos de intereses de deuda externa.
EL 2023 CERRARÁ CON DÉFICIT
A mediados de septiembre, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) actualizó la programación macroeconómica, destacando un deterioro en la cuenta corriente respecto al saldo estimado en abril (Gráfico 2). El mayor cambio se registra en 2024, año afectado por el cese de la producción del Bloque 43 y por el impacto del fenómeno de El Niño. Como resultado, la cuenta corriente mostraría saldo negativo luego de cuatro años seguidos de superávits.
Gráfico 2
Proyecciones de la cuenta corriente (2023 – 2026)
Lo positivo es que el país volvería a una cuenta corriente superavitaria casi de inmediato gracias a la entrada en producción de dos proyectos mineros: La Plata y Curipamba, y a la ampliación del proyecto de gran escala Mirador. Además, el crecimiento del sector exportador bananero y camaronero, así como las entradas de divisas por turismo y remesas podrían contribuir al superávit corriente.
Para 2023, el MEF estima una reducción de casi USD 1.000 millones en el saldo de la balanza comercial. Esto obedece a una contracción importante de la balanza petrolera (caída del volumen disponible para la exportación y del precio del crudo nacional). En 2024, la balanza comercial presentaría un déficit de USD 750 millones. Pero en los siguientes años se espera mejores resultados, una vez que se superen las secuelas que deje el fenómeno de El Niño, gracias al buen desempeño del sector no petrolero.
Respecto a balanza de servicios, esta bordearía un déficit de USD 1.500 millones para 2023 y de USD 1.100 millones en promedio para el período 2024-2027. El turismo y el transporte marítimo son los principales factores que contribuyen a esta leve mejora. Con respecto al turismo, el MEF espera un incremento del flujo de turistas, impulsado por el aumento de los viajes a las Islas Galápagos. Sin embargo, si persisten eventos que afecten la imagen y percepción del país como un destino inseguro, se podría esperar una reducción del número de turistas y menos divisas entrantes.
DESEMBOLSOS PROGRAMADOS E INVERSIÓN
Con respecto a la cuenta financiera, en 2023 se tienen desembolsos programados de deuda externa por USD 3.600 millones (USD 2.250 millones de multilaterales). Las amortizaciones ascienden a USD 2.650 millones. En este año se incluye además el pago del saldo por el laudo arbitral a la empresa Perenco (USD 271 millones). A partir de 2024, las amortizaciones son crecientes debido al perfil de vencimientos de la deuda (Cuadro 1). En 2025, por ejemplo, aumentan las amortizaciones a multilaterales en 83%. Y el año siguiente, se empieza a pagar los bonos PDI 2030 y los nuevos bonos Soberanos 2030.
Cuadro 1
Proyecciones de la cuenta financiera
En el caso de la Inversión Extranjera Directa (IED), se estima un flujo de USD 170 millones para 2023 (Gráfico 3), pero con tendencia al alza hasta 2026 debido al crecimiento de las inversiones mineras relacionadas con los proyectos Cascabel y Mirador. El MEF menciona que en caso de no existir nuevas inversiones en otros sectores o frenarse las actuales entradas, el flujo de IED podría tender a cifras negativas.
Gráfico 3
Proyecciones del flujo de IED
La programación macroeconómica también destaca que, en 2023, la inflación ha disminuido, pasando de 3,12% en enero al 2,23% en septiembre. El MEF espera que la inflación cierre el año en 2,12% y que se estabilice en niveles inferiores al 2% en el mediano plazo. De acuerdo con el Gráfico 4, la inflación anual promedio se estabilizaría en valores de 1,48% en el mediano plazo. Se observa que el efecto del fenómeno de El Niño afectaría la inflación anual promedio en 2023 y 2024, incrementando la inflación anual promedio hasta niveles de 2,56% y 2,07%.
Gráfico 4
Senda inflacionaria a mediano plazo
DESAFÍOS EN EL ÁMBITO SOCIAL
Aunque la problemática económica es innegable, no se pueden pasar por alto los desafíos sociales que han encendido las alarmas entre la población respecto a las expectativas que se tienen del próximo gobierno. Una vez que las elecciones concluyan, Daniel Noboa deberá abordar con determinación una serie de problemáticas que han cobrado una importancia crítica. Entre estas, destaca la creciente inseguridad que aqueja al país, un panorama laboral afectado por el empleo no pleno y las altas tasas de corrupción.
LA INSEGURIDAD, LO MÁS PREOCUPANTE
Ecuador enfrenta una alarmante situación de inseguridad que lo sitúa como uno de los países más violentos de Latinoamérica y el mundo. Según el observatorio ecuatoriano de crimen Organizado (OECO), en comparación con el primer semestre de 2019, se ha registrado un impresionante incremento del 528,10% en el número de homicidios intencionales. Si esta tendencia persiste, el país podría superar las 7.000 muertes violentas para finales de 2023, alcanzando una tasa de homicidios de más de 35 por cada cien mil habitantes.
En particular, la situación se torna aún más grave en la zona de frontera sur, donde se registran los mayores incrementos en la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes. Este fenómeno se atribuye al avance del narcotráfico, contrabando, minería ilegal y tráfico de armas desde Perú, factores determinantes en el aumento de la violencia en esta región. Una tendencia preocupante es el reclutamiento por parte de grupos de delincuencia organizada en cantones como Guayaquil, Esmeraldas y Quevedo. Esto añade una capa adicional de complejidad a los esfuerzos por combatir la violencia y el crimen organizado en el país.
Es importante destacar que las cifras en el país duplican la tasa registrada en Venezuela, considerado el país más violento de Sudamérica en 2022. Estos datos evidencian la gravedad de la situación y la necesidad urgente de abordar esta problemática de manera integral.
EL EMPLEO INFORMAL CARACTERIZA AL MERCADO LABORAL
En agosto de 2023, la tasa de empleo informal en Ecuador alcanzó un preocupante 54,6%, representando un incremento de 2,4 puntos porcentuales respecto al periodo anterior. Esta tendencia se ve agravada por el persistente aumento del subempleo entre los jóvenes, quienes experimentan una disminución en sus salarios.
El empleo informal es un problema grave porque los trabajadores informales no tienen acceso a beneficios laborales como la seguridad social, el seguro de salud o el seguro de desempleo. Esta situación los deja en una situación de mayor vulnerabilidad, al quedar expuestos a la pobreza y la inseguridad económica. Por otro lado, el crecimiento del subempleo entre los jóvenes es una problemática de gran relevancia, ya que limita sus posibilidades de acceder a empleos formales y de calidad. Esto no solo restringe su desarrollo profesional, sino también su crecimiento personal y su capacidad para planificar su futuro.
Además, esta situación puede desencadenar tensiones sociales, ya que la falta de oportunidades laborales formales puede contribuir a un aumento en la violencia y la delincuencia, generando una preocupante espiral de inseguridad en la sociedad. El incremento del empleo informal y el subempleo juvenil también contribuye a agravar la desigualdad en Ecuador, ya que estos trabajadores suelen percibir ingresos considerablemente más bajos que aquellos empleados en trabajos formales y de calidad, exacerbando la brecha entre los estratos económicos.
NULA CONFIANZA EN EL GOBIERNO
En el año 2022, el Barómetro de la Corrupción Ecuador proporcionó datos impactantes que indican una falta significativa de confianza por parte de la ciudadanía hacia el Gobierno. Con 9 de cada 10 ecuatorianos afirmando no tener confianza en las instituciones gubernamentales, se evidencia un profundo descontento y escepticismo con relación a la gestión pública. Asimismo, el 73% de los encuestados percibían un incremento en los casos de corrupción, lo cual agrega peso a la percepción generalizada de que este problema está en aumento en el país. Además, un contundente 75% de la población consideraba que el Gobierno estaba desempeñándose deficientemente en la lucha contra la corrupción, subrayando la urgencia de medidas efectivas para abordar esta preocupante situación.
El Corruption Perception Index proporciona un indicador cuantitativo adicional de la percepción de corrupción en Ecuador. Con una puntuación de 36 sobre 100, el país se encuentra en una posición que sugiere una notable presencia de corrupción en sus instituciones. Esta calificación es una llamada de atención para las autoridades y reitera la importancia de implementar estrategias efectivas para combatir la corrupción y restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones gubernamentales.
En este contexto, la ausencia de confianza en el Gobierno es un desafío ineludible para Daniel Noboa, quien deberá demostrar un compromiso genuino y acciones concretas para abordar la corrupción de manera efectiva. La ciudadanía busca por transparencia, rendición de cuentas y una gestión pública ética y responsable. Es esencial que el nuevo líder demuestre un accionar firme y decidido, con el fin de restaurar la confianza de la población en las instituciones.
¿A QUÉ SE ENFRENTA EL NUEVO PRESIDENTE?
Daniel Noboa se encuentra frente a una encrucijada de desafíos económicos y sociales. A nivel global, la desaceleración económica amenaza con una menor demanda de productos exportables y la presión sobre los precios de commodities, particularmente en el sector petrolero. Esta situación podría llevar a una disminución en la llegada de turistas y en los flujos de remesas, impactando la economía nacional. La inflación, impulsada por el alza en las tasas de interés de la FED, representa un riesgo adicional al aumentar el servicio de la deuda externa, lo que podría restringir el acceso a financiamiento y afectar la demanda interna, lo que resultaría en un menor crecimiento económico y desequilibrios en las cuentas externas.
Respecto a los desastres naturales, eventos como El Niño y otros fenómenos exógenos representan una amenaza latente para la economía ecuatoriana. Podrían tener un impacto significativo en la producción agrícola, comercio y turismo, así como afectar el sector petrolero, como se evidenció con la erosión regresiva del río Coca. La incertidumbre política también es un factor crítico que considerar. Con un gobierno de transición y un tiempo limitado de gestión, la toma de decisiones de inversión y las oportunidades de financiamiento podrían estar condicionadas. Además, dependiendo de la configuración de bloques en la Asamblea Nacional, se pueden presentar limitaciones para la acción ejecutiva. Esta situación ha contribuido a un aumento en el indicador del riesgo país y a la rebaja en la calificación de riesgo por parte de la agencia Fitch.
Sin embargo, en medio de estos desafíos, existen oportunidades para la mejora económica. La entrada de proyectos mineros, el crecimiento del sector exportador bananero y camaronero, así como las remesas, pueden ofrecer una contribución significativa. Una gestión cuidadosa de la balanza comercial, especialmente en un contexto de reducción en la producción minera, también será clave para impulsar la economía del país.
La efectividad en el abordaje de estos desafíos no solo impactará en el bienestar de la población, sino que también determinará la confianza y la estabilidad de su gobierno. La inseguridad y la precariedad laboral son también dos pilares fundamentales que requieren soluciones concretas y focalizadas. Además, la lucha contra la corrupción se erige como una necesidad imperante para restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones gubernamentales. Estos desafíos, abordados con determinación y políticas efectivas, forjarán el rumbo de la nación ecuatoriana en los años venideros.
Last modified on 2023-10-15