La brecha de género laboral sigue siendo una realidad persistente en muchos países, incluyendo Ecuador. A pesar de los avances logrados en materia de igualdad de oportunidades, las mujeres aún enfrentan desafíos significativos para acceder a puestos de liderazgo y cargos directivos. Según los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) 2023, solo 30,43% de las mujeres ocupan cargos como directoras generales y gerentes en Ecuador. En el marco del Día Internacional de la Mujer, exploramos algunos desafíos que aún persisten en torno a la igualdad de género.
Esta situación refleja un desequilibrio profundamente arraigado en la sociedad, donde las mujeres se enfrentan a barreras invisibles que limitan su ascenso en las jerarquías empresariales y organizacionales. Las causas de esta brecha son multifacéticas y abarcan desde estereotipos de género arraigados hasta la falta de políticas y prácticas inclusivas en los lugares de trabajo.
LA BRECHA DE GÉNERO EN ECUADOR: UN DESAFÍO PERSISTENTE
Según los datos más recientes del año 2023 del Índice de Brecha Global de Género del Foro Económico Mundial, Ecuador se ubica en el puesto 50 de 142 a nivel mundial en cuanto a la brecha de género, con un índice de 73,7%. Esta cifra representa un retroceso significativo en comparación con el año 2022, cuando el país ocupaba la posición 41. Sin embargo, también es importante mencionar que esta situación desde una perspectiva histórica ha logrado avances significativos en el país. Ya que en el año 2006 Ecuador se encontraba en el puesto 86, lo que refleja un progreso sustancial.
Este índice es una medición integral que analiza cuatro áreas fundamentales: la participación económica y oportunidad, que contempla factores como la brecha salarial, los niveles de participación laboral femenina, el acceso a empleos altamente calificados y las oportunidades económicas para las mujeres; la educación, donde se examinan el acceso a niveles de educación básicos y más elevados; la participación política, considerando la representación femenina en estructuras de toma de decisiones como parlamentos nacionales, gobiernos locales y puestos ministeriales, entre otros cargos de liderazgo; y la salud y supervivencia, que evalúa la esperanza de vida de las mujeres en comparación con los hombres, además de analizar la razón de mortalidad entre ambos sexos, reflejando así las disparidades en el acceso a servicios de salud y las condiciones de vida.
La posición de Ecuador en este índice refleja las desigualdades estructurales que aún persisten en la sociedad ecuatoriana. Como señala Ana Cristina Avilés, directora técnica de la Cámara de Industrias y Producción, el 70% de la población inactiva, es decir, aquellas personas que no buscan empleo, son mujeres. Además, dos tercios de estas mujeres se encuentran en situación de inactividad debido a su rol como amas de casa.
Esta realidad pone de manifiesto los desafíos que enfrenta Ecuador en materia de igualdad de oportunidades y participación laboral de las mujeres. A pesar de los avances en materia legal y de políticas públicas, persisten barreras culturales y sociales que limitan el pleno desarrollo de las mujeres en el ámbito profesional y económico (Gráfico 1).
Gráfico 1
Evolución de la brecha de género a nivel mundial
UNA MIRADA GLOBAL A LOS DESAFÍOS DE LA MUJER
El reciente informe “La Mujer, la Empresa y el Derecho 2023” del Grupo Banco Mundial arroja luz sobre la persistente y alarmante brecha de género en el ámbito laboral a nivel global. A pesar de los avances legales, la realidad demuestra que las mujeres siguen enfrentando desventajas significativas en comparación con los hombres.
Uno de los hallazgos más preocupantes es que, al considerar factores como la violencia y el cuidado infantil, las mujeres gozan de menos de dos tercios de los derechos que tienen los hombres. Esto evidencia que la brecha de género es aún mayor en la práctica real, más allá de las reformas legales.
En cuanto a la brecha salarial, 98 economías han promulgado leyes que exigen que las mujeres reciban igual remuneración por trabajo de igual valor. Sin embargo, en solo 35 de las 190 economías analizadas, se han adoptado medidas de transparencia o mecanismos de cumplimiento para abordar este problema. Pues señalan que si bien 151 economías cuentan con leyes que prohíben el acoso sexual en el lugar de trabajo, solo 39 lo prohíben en los espacios públicos. Esto a menudo impide que las mujeres usen el transporte público para ir a trabajar.
Otro aspecto alarmante es el referente al cuidado infantil. La mayoría de los países obtuvieron puntajes bajos en las normas relacionadas con este tema. Las mujeres dedican, en promedio, 2,4 horas al día más que los hombres a tareas de cuidado no remuneradas, gran parte de ellas dedicadas a los niños.
El informe presenta un índice de cuidado infantil que evalúa los marcos legales que rigen la provisión de cuidado para niños desde su nacimiento hasta los 2 años y 11 meses. Además, examina si la legislación contempla algún tipo de apoyo, ya sea financiero o fiscal, para las familias o los proveedores de servicios de cuidado infantil. Esta métrica busca identificar las brechas existentes y promover políticas que faciliten un reparto más equitativo de las responsabilidades de cuidado entre hombres y mujeres (Gráfico 2).
Gráfico 2
Marcos legales de cuidado infantil
El informe también aborda el indicador de movilidad, el cual evalúa las restricciones legales a la libertad de movimiento de la mujer, que influye directamente en su decisión de ingresar a la fuerza laboral y participar en actividades emprendedoras. En este sentido, el informe señala que en 28 economías, las leyes no permiten que una mujer pueda transferir su nacionalidad a sus hijos de la misma forma que un hombre. Además, en 50 economías, las mujeres no gozan del mismo derecho que los hombres para otorgar la ciudadanía a sus cónyuges extranjeros (Gráfico 3).
Gráfico 3
Marcos legales de movilidad
Esta disparidad en las leyes socava la igualdad de género y tiene un efecto perjudicial en las oportunidades económicas de la mujer, limitando sus derechos de herencia, propiedad y empleo, además de plantear desafíos para mantener la unidad familiar. Las disposiciones discriminatorias en este ámbito perpetúan las brechas de género y restringen la movilidad y autonomía de las mujeres, factores clave para su plena participación en la economía.
Según los expertos del Grupo Banco Mundial, cerrar la brecha de género en el ámbito laboral y emprendimiento podría impulsar significativamente el crecimiento económico global. Indermit Gill, economista en jefe, señala que las leyes y prácticas discriminatorias impiden que las mujeres puedan trabajar o emprender negocios en igualdad de condiciones que los hombres. Esto representa una barrera que limita el potencial productivo mundial. En sus propias palabras: “Si se cerrara esta brecha, el producto interno bruto mundial podría aumentar más del 20%”.
Por su parte, Tea Trumbic, autora principal del informe, considera fundamental “reformar las leyes y promulgar políticas públicas que empoderen a las mujeres para que puedan trabajar, crear empresas y hacerlas crecer”. Esta afirmación pone de manifiesto la necesidad de implementar cambios estructurales que remuevan los obstáculos legales y promuevan el empoderamiento económico femenino.
EMPODERAMIENTO FEMENINO EN ECUADOR
En Ecuador, la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (CONAFIPS) para el 2023 promovió la denominada “economía violeta” en el programa “Emprendiendo con Equidad: Cómo la Economía Violeta Promueve el Empoderamiento y la Igualdad en los Negocios” , cuyo enfoque se basa en principios fundamentales como: la igualdad de oportunidades, el empoderamiento, la inclusión y la sostenibilidad. Esta visión económica busca empoderar a las mujeres y promover su participación equitativa en todos los ámbitos.
Según la CONAFIPS, una de las formas en que las empresas ecuatorianas pueden adoptar la economía violeta es mediante la implementación de políticas y prácticas concretas. Estas incluyen mantener una política de igualdad salarial, asegurando que las mujeres reciban la misma remuneración que los hombres por trabajos de igual valor, eliminando la brecha salarial de género.
Asimismo, promover procesos de contratación equitativos que brinden las mismas oportunidades a mujeres y hombres, sin discriminación por razones de género. Fomentar la inclusión y la representación equilibrada de mujeres en todos los niveles jerárquicos y áreas de la empresa, incluyendo puestos de liderazgo y toma de decisiones, lo cual promueve la diversidad en la fuerza laboral. Además, facilitar el acceso a recursos financieros y programas de capacitación que permitan a las mujeres emprendedoras desarrollar sus negocios y adquirir nuevas habilidades.
Por otro lado, según Primicias, para el 2023, a pesar de las brechas económicas por género existentes, en el sector de microcréditos en Ecuador se evidencia una tendencia equitativa en cuanto al acceso al financiamiento para mujeres. Los datos revelados indican que, para octubre de 2023, el 59% de las nuevas operaciones de microcrédito se han otorgado a mujeres durante el periodo de enero a junio de 2023. Este hallazgo es alentador, ya que demuestra que las instituciones financieras están tomando medidas para promover la inclusión financiera de las mujeres y brindarles oportunidades de desarrollo económico. El acceso a líneas de financiamiento les permite asumir el control de sus vidas financieras, empoderándolas y facilitando su participación en actividades productivas y emprendimientos.
MUJER A LA DIRECTIVA
Otro eje importante para analizar es la participación de las mujeres en cargos directivos. Según los datos presentados por el medio Primicias, se evidencia un avance significativo en la participación de la mujer en cargos directivos a lo largo del tiempo. En el año 2010, solo el 29% de los puestos de alta dirección eran ocupados por mujeres. Sin embargo, esta cifra aumentó considerablemente al 39% para el año 2021, lo que demuestra una tendencia positiva en la inclusión femenina en posiciones de liderazgo. Los últimos datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) para diciembre de 2023 refuerzan esta tendencia, ya que muestran que el 30,43% de las personas que ocupan cargos como directores y gerentes generales son mujeres (Gráfico 4).
Gráfico 4
Directores y gerentes generales por sexo
Verónica Artola, economista y exgerente del Banco Central del Ecuador, en una entrevista con el medio Primicias, destacó que uno de los retos que enfrentan las mujeres para acceder a puestos directivos es la falta de redes de cuidado para sus hijos, especialmente cuando son madres trabajadoras. Artola señaló que, en muchos casos, las mujeres no aceptan o no se les ofrecen ascensos y cargos más altos porque son madres y no tienen con quién dejar a sus hijos, sobre todo cuando son pequeños.
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de implementar políticas y programas que brinden apoyo a las madres trabajadoras, como la creación de guarderías en los lugares de trabajo o incentivos para el cuidado infantil. Además, es fundamental promover una cultura organizacional que valore la igualdad de oportunidades y la conciliación entre la vida laboral y familiar.
Si bien se han logrado avances significativos en la participación de la mujer en puestos directivos, aún existen desafíos por superar, como los señalados por Artola, para garantizar una mayor inclusión y desarrollo profesional de las mujeres en cargos de liderazgo y toma de decisiones.
A pesar de los avances logrados en materia de igualdad de género y el empoderamiento femenino en el ámbito laboral, los datos analizados evidencian que aún persisten brechas significativas que impiden el pleno desarrollo profesional de las mujeres en Ecuador y a nivel global. Si bien se han implementado reformas legales y políticas públicas encaminadas a promover la equidad, es fundamental complementarlas con acciones concretas que aborden las causas estructurales de la desigualdad.
Es imperativo superar los estereotipos de género arraigados en la sociedad y fomentar una cultura organizacional más inclusiva, que valore la diversidad y brinde oportunidades equitativas a mujeres y hombres. Además, es crucial fortalecer las redes de cuidado infantil y promover una conciliación efectiva entre la vida laboral y familiar, para que las madres trabajadoras puedan desarrollar su potencial sin obstáculos.
Asimismo, es necesario impulsar la transparencia salarial y adoptar mecanismos que garanticen la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, eliminando así la brecha salarial de género. Paralelamente, se deben promover procesos de contratación equitativos y fomentar la representación equilibrada de mujeres en todos los niveles jerárquicos, incluyendo cargos de liderazgo y toma de decisiones.
(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2024-03-07