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Autor: Revista Gestión *

El Women Economic Forum Ecuador 2024, realizado el pasado 26 de septiembre en Quito, ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de analizar y fortalecer el liderazgo femenino en el país. Este encuentro internacional ha servido como catalizador para examinar la situación actual de la mujer en posiciones de liderazgo, evidenciando tanto los avances logrados como los desafíos pendientes en la búsqueda de la equidad de género en el ámbito profesional ecuatoriano.

En un contexto global donde la equidad de género se ha convertido en un imperativo económico y social, Ecuador enfrenta el reto de acelerar la inclusión femenina en posiciones de liderazgo. Se ha puesto de manifiesto tanto la vulnerabilidad como la resiliencia de las mujeres en el ámbito laboral, evidenciando la necesidad de fortalecer su participación en la toma de decisiones a todos los niveles.

RADIOGRAFÍA DEL EMPLEO POR GÉNERO

Los datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) de septiembre 2024 revelan disparidades significativas en las condiciones laborales entre hombres y mujeres en Ecuador. El empleo adecuado muestra una de las brechas más pronunciadas: mientras el 42,3% de los hombres accede a estas condiciones óptimas, solo el 27,6% de las mujeres lo logra, evidenciando una diferencia de casi 15 puntos porcentuales (Gráfico 1).

Gráfico 1

Condiciones laborales por sexo

Las cifras más preocupantes se encuentran en el empleo no remunerado, donde las mujeres triplican la proporción de los hombres (18% frente a 5,8%) y en el desempleo, donde la tasa femenina (5%) casi duplica la masculina (2,8%). La categoría otro empleo no pleno también refleja una desventaja para las mujeres con 30,8% frente al 25,7% de los hombres. Estas disparidades proporcionan el contexto necesario para entender la subrepresentación femenina en posiciones de liderazgo, a pesar de los avances en educación y capacitación profesional.

LA REALIDAD DEL LIDERAZGO FEMENINO EN ECUADOR 

Bajo ese panorama, las cifras actuales del liderazgo femenino en Ecuador reflejan una realidad compleja y desafiante. Según un documento de Deloitte publicado en junio de 2024, apenas el 15% de las mujeres ocupa cargos directivos en Ecuador, una estadística que evidencia la persistente brecha de género en las altas esferas corporativas. Esta cifra resulta particularmente preocupante considerando que las mujeres representan un porcentaje significativo de la fuerza laboral calificada del país (Gráfico 2).

Gráfico 2

Porcentaje de mujeres en cargos directivos

En el ámbito académico, la situación muestra algunos avances, aunque todavía insuficientes. La participación femenina alcanza el 30% de las rectorías de universidades públicas y privadas, un incremento notable respecto a décadas anteriores, pero aún lejos de la paridad. Por otro lado, el sector de las organizaciones no gubernamentales presenta un panorama más alentador, con una presencia femenina que supera el 50% en áreas de derechos humanos y desarrollo social.

Esta distribución desigual entre sectores sugiere la existencia de barreras específicas en ciertos ámbitos profesionales, particularmente en el sector corporativo tradicional. Los datos revelan no solo una brecha numérica, sino también las diferentes dinámicas y culturas organizacionales que pueden estar facilitando u obstaculizando el ascenso de las mujeres a posiciones de liderazgo.

DESAFÍOS ESTRUCTURALES Y BARRERAS PERSISTENTES

Según Luis Vega, José Alvarado, Reina Vega, Ignacia Murillo y otros autores, en su artículo titulado “Liderazgo de la mujer latinoamericana en el contexto profesional científico e investigativo”, la participación de la mujer en puestos de alta jerarquía continúa enfrentando obstáculos significativos, particularmente en los ámbitos científicos y de investigación. Estas barreras no son solo institucionales sino también culturales, manifestándose en forma de prejuicios implícitos y estructuras organizacionales tradicionalmente masculinas.

La segregación vertical sigue siendo una realidad palpable en el mercado laboral ecuatoriano. Como señala el mismo autor, este fenómeno impide que las mujeres avancen hacia puestos de liderazgo durante su desempeño profesional de la misma forma que la mayoría de los hombres. La distribución inequitativa de recursos económicos y las bajas asignaciones presupuestarias para proyectos liderados por mujeres agravan esta situación.

Los “techos de cristal” persisten incluso cuando las mujeres poseen las mismas o superiores cualificaciones que sus contrapartes masculinas. Según los datos presentados en el Women Economic Forum Ecuador 2024, estas barreras invisibles se manifiestan particularmente en sectores tradicionalmente dominados por hombres, como la tecnología y las finanzas.

IMPACTO DEL LIDERAZGO FEMENINO EN LA PRODUCTIVIDAD ORGANIZACIONAL

Un caso emblemático es el del Banco Central del Ecuador, que en 2019 obtuvo el reconocimiento al mejor clima laboral y gestión en el sector público bajo el liderazgo de Verónica Artola como gerente general. Este logro demuestra cómo el liderazgo femenino puede transformar positivamente la cultura organizacional y mejorar los indicadores de gestión.

La evidencia regional respalda estos resultados positivos. Según un análisis realizado por Colombia Productiva en marzo de 2024, las empresas lideradas por mujeres mejoran sus indicadores de productividad en promedio un 34,3%, superando a las dirigidas por hombres que promedian un 33,2%. En temas de calidad, las empresas dirigidas por mujeres lograron reducir en 55,8% los productos no conformes o con defectos, casi nueve puntos porcentuales por encima de la mejora registrada en empresas lideradas por hombres (46,6%).

Particularmente destacable es la eficiencia en la gestión de recursos y sostenibilidad. Las empresas lideradas por mujeres en Colombia reportaron una reducción promedio del 29% en los costos de disposición y tratamiento de residuos, un ahorro del 30,5% en costos por innovación y un aumento del 31,3% en los ahorros generados por reducción de desperdicios, superando significativamente los porcentajes registrados en empresas lideradas por hombres (22,5%, 24,1% y 26,3%, respectivamente). Estas tendencias regionales proporcionan un marco de referencia valioso para entender el potencial del liderazgo femenino en Ecuador.

En reconocimiento a la importancia del liderazgo femenino en el sector productivo, Ecuador se ha convertido en el primer país de Latinoamérica en implementar el “Sello Violeta”, una iniciativa presentada en junio de 2024 que reconoce a las empresas que promueven entornos laborales seguros, equitativos, inclusivos y libres de violencia de género. La implementación del Sello Violeta, enmarcada en la Ley Orgánica para Impulsar la Economía Violeta de 2023, promete fortalecer aún más estos avances al proporcionar incentivos concretos para que las empresas adopten prácticas que promuevan el liderazgo femenino y la equidad de género.

EL ROL DE LA EDUCACIÓN Y EL DESARROLLO PROFESIONAL

La educación emerge como un factor fundamental en la promoción del liderazgo femenino. Como enfatiza Catalina Cajías, directora del Women Economic Forum Ecuador, en entrevista con GESTIÓN, “la educación es el pilar fundamental para el cierre de cualquier brecha, pues brinda seguridad, además enriquece, lo que permite seguir avanzando y derribando barreras existenciales”. Esta perspectiva subraya la importancia de invertir en la formación y desarrollo profesional de las mujeres desde etapas tempranas.

Asimismo, como Cristóbal Sabando señala en su artículo “Reducción de la Brecha de Género en la Educación Ecuatoriana: una mirada a la perspectiva coeducativa”, la segregación en áreas de estudio y carreras técnicas y científicas continúa siendo un desafío significativo. Este fenómeno se manifiesta particularmente en la educación superior, donde las mujeres son frecuentemente dirigidas hacia áreas tradicionalmente consideradas “femeninas”, limitando su participación en campos técnicos y científicos que suelen conducir a posiciones de liderazgo.

Por otra parte, la transformación digital también está jugando un papel crucial en la educación y el desarrollo profesional. Como señala Cajías, “la transformación digital ha derribado barreras, permitiendo acceder a oportunidades de formación y trabajo que anteriormente estaban limitadas por barreras geográficas o logísticas”.

PERSPECTIVAS Y RECOMENDACIONES PARA EL FUTURO

El camino hacia una mayor equidad en el liderazgo requiere un enfoque multidimensional y sostenido. Las organizaciones internacionales, como ONU Mujeres, estiman que cerrar la brecha de género podría impulsar significativamente la economía global. Para Ecuador, esto representa una oportunidad de desarrollo económico y social que no puede ser ignorada.

La implementación de políticas corporativas que promuevan activamente el liderazgo femenino debe ir acompañada de cambios culturales profundos. Como señalan Vega, Alvarado, Murillo y otros en su investigación, es fundamental abordar tanto los aspectos formales como informales que influyen en el avance profesional de las mujeres, incluyendo la conciliación trabajo-familia y los sesgos inconscientes en los procesos de selección y promoción.

El futuro del liderazgo femenino en Ecuador dependerá de la capacidad de todos los sectores para trabajar de manera coordinada. Como Cajías enfatiza, “no se debe esperar solo de los Estados, sino que todos podemos gestionar desde cada rol y esferas de la vida”. Esta visión colaborativa y multinivel ofrece el camino más prometedor hacia un liderazgo verdaderamente inclusivo y equitativo en el país.

La experiencia de organizaciones como el Banco Central del Ecuador, que bajo el liderazgo femenino alcanzó reconocimientos significativos en gestión y clima laboral, demuestra el impacto positivo que las mujeres pueden tener en posiciones de poder. Cajías insiste en que “cuando hablamos de progreso y desarrollo también está la innovación y con esto los liderazgos compartidos son esenciales”. Esta visión resalta la importancia de la complementariedad y la colaboración en el liderazgo moderno.

Las conclusiones del Women Economic Forum Ecuador 2024 sugieren que el país se encuentra en un momento decisivo para acelerar el progreso hacia la equidad en el liderazgo. La transformación digital, es importante para cerrar brechas y sobrepasar límites tradicionales, permitiendo modalidades de trabajo más flexibles e inclusivas.

El camino hacia un liderazgo más equitativo en Ecuador requiere un compromiso sostenido de todos los sectores. Los avances logrados hasta ahora evidencian que la transformación es posible y sostenible cuando existe voluntad colectiva.

 

(*) Elaborado por economista Liz Ortiz, analista de Revista Gestión.

 

Last modified on 2024-11-07

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