Sorprendentemente, en Cuba hay emprendedores. Esto es algo que puede parecer una contradicción ya que no es lo que se espera en un país gobernado por un partido comunista. Poco se sabe de cómo los emprendedores inician sus negocios, sobreviven y prosperan en Cuba, un país con una economía controlada por el Estado y en la que la oferta es muy limitada.
De ahí que hayamos investigado las variables que influyen en los resultados empresariales de los emprendedores cubanos: la capacidad de gestión, los problemas de la cadena de suministro y los factores institucionales.
CRISIS TRAS CRISIS
Muchos acontecimientos históricos han afectado al emprendimiento en Cuba desde mediados del siglo XX. Con la Revolución cubana de 1959, la mayoría de los negocios privados fueron tomados bajo el control del Estado. Casi diez años después, en 1968, la “Ofensiva Revolucionaria” nacionalizó las cerca de 58 000 pequeñas empresas privadas que seguían en funcionamiento.
Además, desde los primeros años de la Revolución, las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos han afectado seriamente a su desarrollo económico, el acceso a los mercados y las cadenas de suministro.
Aunque Cuba ha atravesado otras crisis económicas, desde principios de esta década está sufriendo una de las peores, con el cierre de negocios, la subida en los precios de la energía, la caída en los salarios y el aumento del desempleo.
CUENTAPROPISMO CUBANO
Las dificultades económicas han hecho del trabajo por cuenta propia una opción para que las familias cubanas puedan satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y vivienda. Estos empresarios por necesidad suelen tener problemas de falta de recursos y de acceso a la financiación, y no suelen contar con la formación necesaria para dirigir sus empresas en condiciones de mercado inestables. Así, deben aprender sobre emprendimiento y a desarrollar sus capacidades de gestión a través de la experiencia (en el sector estatal o las multinacionales extranjeras) y las universidades.
En 2021, Cuba lanzó una serie de cambios para estimular su crecimiento económico. Entre otras medidas, aprobó la apertura de pequeñas empresas privadas con hasta 100 empleados a su cargo, yendo más allá del cuentapropismo (trabajo por cuenta propia, TCP). Aunque la gestión de estos negocios tiene menos interferencias del Estado, siguen contando con una fuerte regulación y control.
También hay que tener en cuenta que la mayoría de los empleados cubanos trabaja para el sector estatal. Al permitir operar a pequeñas empresas privadas, el Estado reduce sus gastos y, además, apuesta por aumentar la eficiencia del suministro en muchos sectores económicos.
No obstante, la situación de economía de guerra, en palabras del propio gobierno cubano, le ha llevado a tomar medidas extremas que, seguramente, repercutirán en los negocios de los emprendedores cubanos.
DESAFÍOS PARA EMPRENDEDORES
Los emprendedores cubanos deben enfrentarse a dificultades provenientes de múltiples flancos: desde cadenas de suministro volátiles hasta un entorno institucional restrictivo. Además, deben operar sus negocios en un entorno que cambia constantemente por la aceleración y desaceleración de las reformas económicas. En nuestra investigación, exploramos cómo se enfrentan a estas dificultades y cómo afectan al rendimiento empresarial.
La rigidez y los controles generan negocios subóptimos y sistemas logísticos ineficaces. Las reformas en el sector financiero han sido lentas y a los empresarios les resulta imposible obtener préstamos o créditos de cualquier otra fuente formal para financiar sus negocios.
Además, hay graves problemas en la cadena de suministro (falta de electricidad, agua, infraestructura de transporte, materias primas y otros insumos relevantes), lo que fomenta la corrupción y el mercado negro.
También las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos son un obstáculo para el emprendimiento en Cuba. Cuando la Administración Obama propició la apertura comercial hacia Cuba (desde finales de 2014), surgieron oportunidades en el sector turístico: alojamientos gestionados a través de plataformas digitales, taxis, restaurantes, visitas guiadas por la isla, etcétera. Sin embargo, la decisión de la Administración Trump de endurecer las sanciones fue perjudicial para estas pequeñas empresas.
GESTIONAR UN NEGOCIO EN UN ENTORNO CAMBIANTE
Los emprendedores necesitan tener habilidades empresariales dinámicas que les permitan adaptarse rápidamente a un entorno económico inestable. Y si bien estas habilidades influyen directamente en los resultados de las pequeñas empresas, no son suficientes para mitigar los problemas externos a los que se enfrentan los emprendedores cubanos. Entre ellos, la burocracia y la complejidad de la normativa legal, el sistema fiscal y los procesos de registro y puesta en marcha de una empresa.
A diferencia de los países con economías estables, donde sólidas habilidades empresariales se traducen a menudo en una mejor gestión de la cadena de suministro, los problemas en las cadenas de suministro cubanas (controladas por el Estado) no se reducen aumentando estas habilidades.
En las pequeñas empresas, ciertas habilidades empresariales, como la creación de redes y la predicción de cambios en el mercado, permiten a los emprendedores navegar en un contexto de cadenas de suministro complejas y desafíos institucionales.
EL CONTROL ESTATAL CREA BARRERAS INNECESARIAS
En un entorno cambiante, las empresas se enfrentan a dificultades de origen institucional que pueden aumentar la incertidumbre de los emprendedores y obstaculizar el rendimiento empresarial de sus proyectos.
Las lentas reformas del sector financiero cubano y el requisito de obtener suministros a través de los canales controlados por el Estado crean ineficiencias que exacerban los problemas de la cadena de suministro.
Estos problemas conducen a un aumento de los costos de transacción, ventas retrasadas y una rentabilidad reducida, lo que amenaza la viabilidad a largo plazo de las pequeñas empresas cubanas.
PARA FAVORECER EL EMPRENDIMIENTO
Hemos abordado las debilidades internas (capacidades dinámicas de gestión) y externas (trabas institucionales) a las que deben hacer frente los pequeños emprendedores cubanos en un contexto cambiante que condiciona el funcionamiento (y el rendimiento) de las empresas.
Los responsables políticos deben ser conscientes de que las trabas institucionales dificultan el desarrollo del espíritu empresarial. El Estado debe proporcionar a los empresarios redes de seguridad (como fondos de emergencia) ante la inestabilidad del mercado en una economía de transición como la cubana.
Las universidades, el gobierno y las grandes empresas podrían trabajar conjuntamente con las redes informales de apoyo a los empresarios para desarrollar programas de formación adecuados como gestión empresarial, financiera y de la cadena de suministro.
El fin de las sanciones comerciales de EE UU también sería una forma efectiva de fomentar el emprendimiento y la transición económica y política en Cuba. Obviamente, esta es una medida de política internacional que, en todo caso, queda fuera del control de los pequeños empresarios que, mientras tanto, hacen uso de sus habilidades empresariales para mantener a flote sus negocios y contribuir, en alguna medida, al saneamiento de la economía nacional.
Last modified on 2024-10-11