La deuda pública**, con una nueva metodología desde agosto del 2021, sigue incrementándose. Para octubre pasado aumentó al 69,6% del PIB, cuando en septiembre se había colocado en 68,8%, pasó de $ 72.499 millones a $ 73.338 millones. El aumento se da principalmente en la deuda externa, que pasó de $ 44.056 millones a $ 45.179 millones. Aun así, ¿a qué gobierno se le atribuye la mayor parte de la deuda actual? Respecto a la deuda externa, casi 70% le pertenece al gobierno de Lenín Moreno. Las obligaciones internas, que ahora incluyen nuevos rubros, como la deuda a los GAD y al IESS, vienen acumulándose desde el gobierno de Rafael Correa. La administración de Guillermo Lasso también tiene su parte, en especial con organismos multilaterales.
LA DEUDA PÚBLICA NO PARA DE CRECER
Los ingresos del país son insuficientes para cubrir los gastos, por lo que los gobiernos acuden al endeudamiento y financiamiento de otras fuentes. En el artículo 81 del Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas (Coplaifp), se establece como norma de sostenibilidad fiscal que los egresos permanentes se financiarán única y exclusivamente con ingresos permanentes. Sin embargo, esa norma no se ha cumplido en el tiempo, y desde el 2016 la brecha entre ingresos y egresos permanentes se ha agrandado exponencialmente.
Desde el 7 de enero de 2022, el Ministerio de Finanzas publica semanalmente los boletines de deuda pública pendientes de agosto a diciembre 2021. Para agosto, el valor de la deuda se incrementó considerablemente por la incorporación de nuevos rubros, ya que se cambió la metodología de cálculo. El incremento en ese mes se dio principalmente en la deuda interna, a la cual se sumaron $ 11.321 millones por nuevos rubros, que no corresponden en su totalidad al gobierno actual, sino que contabilizan deudas pasadas. Sin embargo, sin contabilizar estos nuevos rubros, la deuda interna y externa registra incrementos permanentes desde el 2009.
El gobierno de Rafael Correa coincidió con la bonanza petrolera, la cual duró hasta el 2014 y se caracterizó por generar altos ingresos al país. Esto permitió un modelo económico enfocado en el gasto público; sin embargo, en el 2014 hubo una caída mundial de los precios del petróleo y se apreció el dólar. El gobierno, para mantener su modelo de gasto público, para enfrentar la gran reducción de ingresos causó un gran déficit, pues los gastos superaban a los ingresos, y acudió a la deuda externa como una importante fuente de financiamiento.
Durante ese periodo, los gastos estuvieron desproporcionados. Por ejemplo, en 2013, cuando el precio del barril de petróleo se encontraba en $ 90, el déficit fiscal ya equivalía a -5,74% del Producto Interno Bruto.
El gobierno de Lenín Moreno (mayo 2017 a mayo 2021), a pesar de tomar políticas de austeridad y reducción del gasto, continuó con el gran endeudamiento del país, en especial con organismos multilaterales, antes y durante la pandemia. Desde mayo del 2021, con Guillermo Lasso, los préstamos con organismos multilaterales siguen aumentando.
Gráfico 1
Evolución deuda pública agregada
El porcentaje de la relación deuda/PIB ha crecido sin parar desde el Gobierno de Rafael Correa; en mayo del 2017 la relación deuda/PIB fue de 41,7%. Durante el período de Lenín Moreno se disparó, al final de su mandato llegó a 62,9%. Para el gobierno actual, el porcentaje siguió aumentando, en octubre del 2021 fue de 69,6%, sin embargo, esa cifra no es comparable con las anteriores por el cambio en la metodología de cálculo.
$ 31.236 MILLONES DE LA DEUDA EXTERNA ACTUAL SON DEL GOBIERNO DE MORENO
El saldo de la deuda externa para octubre del 2021 fue de $ 45.179 millones. De los cuales, $ 31.236,1 millones fueron adquiridos en el gobierno de Lenin Moreno; $ 11.603,3 en el de Rafael Correa, y $ 558 millones de mayo a octubre 2021, en el gobierno de Guillermo Lasso. Los boletines de deuda de noviembre hasta la actualidad no se han publicado aún, sin embargo, para finales del 2021 y con ciertos préstamos del 2022 se estima que habrá nuevos desembolsos por aproximadamente $ 3.000 millones, que corresponderían a deuda realizada por el gobierno actual.
Las cifras de deuda externa, en porcentajes, son atribuibles casi en 70% al gobierno de Lenín Moreno y 25% al de Rafael Correa. Con respecto a la deuda externa adquirida por Moreno, el 79% corresponde al 2020, año de la crisis sanitaria, el 20% fue en su período previo a la pandemia (mayo 2017 a 2019) y el restante 1% en el año 2021.
Además del incremento de la deuda, es importante tener en cuenta las características de los acuerdos, las tasas de interés y los plazos. La mayoría de los bonos adquiridos en el gobierno de Correa tienen una tasa de interés muy alta y un plazo muy corto, algunas llegaron incluso a superar el 10%. Con Moreno, a pesar de que algunos préstamos se renegociaron, el incremento de los montos fue exorbitante. De los saldos pendientes actuales, aún quedan montos con tasas de interés cercanas al 8% cuyo vencimiento es el 2022 y el 2023.
Los préstamos realizados durante el gobierno de Guillermo Lasso tienen tasas de interés mucho menores, la más alta es 1,95% con la CAF, y a plazo mucho mayores (año 2038, 2044). Pero hay que tomar en cuenta que el préstamo con el FMI sí tiene otro tipo de condiciones, como es la reducción del déficit fiscal y del gasto público.
Gráfico 2
Saldo deuda externa a octubre 2021 según el gobierno que la contrajo
Con respecto a la deuda interna, no se obtienen las cifras exactas que pertenecen a cada gobierno, sin embargo, los nuevos rubros incorporados, como las deudas con los Gobiernos Autónomos Descentralizados y con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), provienen en gran parte de gobiernos anteriores. En especial, la deuda con el IESS que proviene de hace 20 años atrás.
LA DEUDA EXTERNA SIGUE PARA ARRIBA CON LASSO
El incremento de la deuda presentado en el Boletín de Deuda Pública y otras obligaciones del Sector Público no Financiero y la Seguridad Social de septiembre y octubre de 2021, sí corresponde completamente al gobierno de Guillermo Lasso, pues la incorporación de nuevos rubros se realizó únicamente en agosto.
La deuda pasó de $ 61.532 millones en septiembre a $ 62.635 millones en octubre, un incremento importante que se atribuye especialmente a la deuda externa, pues aumentó de $ 44.056 millones a $ 45.179 millones, el mayor incremento fue la deuda con multilaterales, la cual creció de $ 18.890 millones a $ 20.161 millones.
Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), dijo a El Universo que la deuda externa tuvo un incremento sobre todo por la llegada de los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI), tanto los provenientes del acuerdo de financiamiento ($ 800 millones) como unos $ 300 millones más del FLAR.
Para los futuros boletines, se espera que este monto siga incrementando, por los desembolsos que existieron a finales del 2021 y aquellos que están pendientes, tanto del acuerdo con el FMI, como de otros organismos multilaterales. Lasso indicó que se espera un crédito del Banco Mundial de $ 700 millones para febrero.
Para el 2022, el país necesitará menos financiamiento: un total de $ 11.256 millones, un 3% menos que lo previsto en el Presupuesto del Estado inicial aprobado para 2022. Además, el barril del petróleo se encuentra en $ 88, y con la reforma tributaria se esperarían ingresos mayores para el gobierno, por lo que se pone en duda si es justificable el incremento de la deuda externa como se ha realizado en años previos.
Gráfico 3
Deuda externa actual
EL PRESIDENTE LASSO BUSCA RENEGOCIAR LA DEUDA CON CHINA
Para octubre del 2021, la deuda con bancos chinos alcanzó los $ 5.119 millones. La deuda con el Banco de Desarrollo de China para octubre del 2021 fue de $ 2.241 millones, la de Eximbank de China $ 2.442,9 millones y la del Banco de China $ 434,9 millones. Estas deudas fueron en su mayoría adquiridas por el gobierno de Rafael Correa y el saldo actual corresponde a $ 4.093 millones por préstamos realizados en su mandato mientras que $ 1.025 millones son deudas adquiridas por Lenín Moreno.
Gráfico 4
Deuda externa con China
Esta semana, el presidente Guillermo Lasso viajará a China, y uno de los objetivos es tratar el tema de la deuda y los contratos petroleros. El desafío es la desvinculación de los contratos comerciales de petróleo de los temas financieros, para que el petróleo sea de libre disponibilidad para el gobierno ecuatoriano. Según El Universo, un informe de Petroecuador ratifica los perjuicios que generan esos contratos a largo plazo, pues aún restan por entregar 156 millones de barriles hasta 2024, lo cual equivale a un poco más de la exportación total de crudo que realiza el Ecuador en un año. El acuerdo de la venta anticipada de barriles de petróleo fue realizado entre 2009 y 2016.
El informe indica, además, que el precio final del barril está fijado por una fórmula que determina un “precio de crudo muy inferior al del mercado”. Simón Cueva, ministro de Finanzas, indicó que del total de la deuda con China, un monto de $ 2.000 millones estaría de alguna manera atado a los compromisos petroleros.
Para Carrera, Ecuador podría optar por pedir un alargamiento de plazos, aunque considera que se tratará un tema difícil ya que China analizará el incremento de los flujos de Ecuador por el precio del petróleo y por la aprobación de la reforma tributaria, lo que consideraría como un escenario positivo para el pago, desincentivando así la posible renegociación.
La recomendación de Petroecuador al presidente Lasso es realizar contratos modificatorios en los que se considere los precios acorde al WTI, lo cual significaría un ingreso adicional para el Estado de hasta $ 610 millones.
La sostenibilidad fiscal es un eje importante para el buen manejo de una economía, sin embargo, es fundamental también tener en cuenta el gasto público y el destino del dinero que ingresa al país. Los tres gobiernos mencionados han recurrido a la deuda como fuente de financiamiento, lo cual agrava la situación fiscal del país, hasta llegar a un punto crítico de endeudamiento. Reducir la deuda pública es necesario para el Ecuador, así como reducir el déficit, sin embargo, tampoco debe realizarse recortando presupuesto en sectores fundamentales para el país, más aún después de la crisis sanitaria que profundizó varios problemas sociales en los hogares vulnerables.