La informalidad laboral representa uno de los mayores desafíos socioeconómicos que enfrenta Ecuador. Al cierre de diciembre de 2024, las cifras oficiales de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) revelaron un alarmante 58% de informalidad, el nivel más alto registrado en los últimos tres años. Este fenómeno, caracterizado por relaciones laborales que operan al margen de los marcos regulatorios, tiene profundas implicaciones tanto para los trabajadores que se ven privados de protecciones legales y beneficios sociales como para el Estado, que enfrenta una significativa reducción en su capacidad recaudatoria y una distorsión en la planificación de políticas públicas.
La informalidad en Ecuador no es un fenómeno nuevo ni aislado, es el resultado de múltiples factores estructurales, coyunturales y culturales que han configurado el mercado laboral ecuatoriano a lo largo de décadas. Sin embargo, la tendencia al alza que se ha acelerado en los últimos meses.
EVOLUCIÓN RECIENTE DE LA INFORMALIDAD EN ECUADOR
Los datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestran una preocupante tendencia al alza en los niveles de informalidad en Ecuador durante los últimos años. Si observamos la evolución mensual desde inicios de 2022 hasta enero de 2025, se puede apreciar que la informalidad ha experimentado un incremento sostenido, con algunas fluctuaciones estacionales.
La tendencia general muestra cómo el empleo formal ha disminuido del 41,8% en enero de 2022 a tan solo 38,4% en diciembre de 2024, mientras que la informalidad ha crecido del 53,1% a un alarmante 58% en el mismo período (Gráfico 1).
Gráfico 1
Evolución del sector informal en el Ecuador
Este deterioro de los indicadores laborales coincide con un período de bajo crecimiento económico, presiones fiscales y otros factores estructurales. Karla Arias, Paúl Carrillo y Janeth Olmedo, en su artículo “Análisis del sector informal y discusiones sobre la regulación del trabajo en plataformas digitales en el Ecuador”, explican que existe una correlación negativa de 0,61 entre la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y el empleo informal, lo que indica que “a medida que el crecimiento económico disminuye, el empleo informal aumenta y viceversa”.
Es particularmente preocupante el salto observado entre noviembre y diciembre de 2024, cuando la informalidad aumentó de 53,5% a 58%, representando uno de los incrementos más significativos en todo el período analizado. Aunque en enero de 2025 se observa una ligera recuperación del empleo formal (40,5%) y una reducción de la informalidad (56%), estos valores siguen siendo considerablemente peores que los observados a inicios de 2022.
DISPARIDADES URBANO-RURALES EN LA INFORMALIDAD
Una de las características más notables de la informalidad en Ecuador es su marcada desigualdad entre zonas urbanas y rurales. Los datos de diciembre de 2024 revelan una brecha considerable: mientras que en las áreas urbanas el sector formal representa el 52,8% del empleo, en las zonas rurales apenas alcanza el 19,5%. En contraste, el sector informal abarca el 43,3% del empleo urbano, pero se dispara hasta un 77,6% en el ámbito rural (Gráfico 2).
Gráfico 2
Empleo formal e informal por sector y área
Esta disparidad refleja problemas estructurales profundos relacionados con el acceso desigual a oportunidades laborales, infraestructura, servicios públicos y mercados. Las zonas rurales, tradicionalmente caracterizadas por actividades agrícolas de pequeña escala, presentan condiciones que dificultan la formalización, como la estacionalidad de los empleos, la baja productividad y la limitada presencia institucional del Estado.
Arias, Carrillo y Olmedo señalan en su investigación que “existe más empleo informal en el área rural, 93% en el año 2007, en comparación con el área urbana, que era del 75% en el mismo año”. Su tendencia ha variado a lo largo de los años, llegando a 89% en 2019 para el área rural y 66% para la urbana”. Los datos de diciembre 2024 muestran que esta brecha persiste y sigue siendo uno de los grandes desafíos para las políticas públicas de formalización.
También es interesante observar la distribución del empleo doméstico, que representa el 2,7% en zonas urbanas y apenas el 0,7% en áreas rurales, reflejando diferentes patrones de organización social y económica entre ambos contextos.
FACTORES DETERMINANTES DE LA INFORMALIDAD EN ECUADOR
Múltiples factores inciden en los altos niveles de informalidad laboral en Ecuador. Entre los más relevantes podemos identificar:
El bajo crecimiento económico constituye un factor determinante, ya que la desaceleración económica limita la capacidad del sector formal para absorber mano de obra, empujando a más personas hacia la informalidad como estrategia de supervivencia. Los datos del Banco Central del Ecuador muestran una tendencia preocupante en el crecimiento del PIB: después de una recuperación temporal en 2021 (con crecimientos de 3,8%, 3,2%, 2,0% y 1,0% para los cuatro trimestres respectivamente).
La economía ecuatoriana ha experimentado varios trimestres de contracción. Particularmente alarmante resulta la situación de 2023 y 2024, donde se registran tasas de crecimiento negativas en el tercer trimestre de 2023 (-2,7%) y los tres primeros trimestres de 2024 (-0,7%, -1,1% y -0,2%). Este estancamiento económico sostenido coincide perfectamente con el aumento de la informalidad durante el mismo período. (Gráfico 3).
Gráfico 3
Crecimiento del PIB de Ecuador
La rigidez normativa representa otro obstáculo significativo. Según Arias, Maldonado y Torres, “uno de los nodos críticos mencionados por algunos autores, empresarios y gobierno es la rigidez normativa que no permite que se dinamice el mercado laboral y es poco flexible para la contratación y por lo tanto para la generación de empleo”. Esta rigidez incrementa los costos de formalización para empleadores y trabajadores, desincentivando la creación de empleo formal.
Las migraciones internas y externas también juegan un papel importante. Los mismos autores indican que “en el Ecuador, el crecimiento del empleo informal responde a la migración del campo a la ciudad, que ocasiona incrementos en la demanda de trabajo”. A esto se suma el impacto de las migraciones internacionales que han generado presiones adicionales sobre el mercado laboral, aumentando la competencia por puestos de trabajo formales.
Finalmente, la digitalización de la economía ha introducido nuevas dinámicas en el mercado laboral. La creciente participación de plataformas digitales como opción de empleo ha contribuido al aumento de la informalidad. Los autores mencionan que “las plataformas digitales han aportado al incremento de la informalidad laboral debido a que se encuentran poco (o nada) reguladas”, creando un segmento del mercado laboral que opera en un limbo jurídico.
EL FENÓMENO DEL TRABAJO EN PLATAFORMAS DIGITALES
Un factor cada vez más relevante en la configuración del empleo informal en Ecuador es la expansión de la economía digital, particularmente del trabajo mediado por plataformas. Desde 2017, diversas plataformas digitales como Uber, Uber Eats y Rappi han ingresado al mercado ecuatoriano, generando nuevas modalidades de trabajo que frecuentemente operan al margen de la formalidad.
Según Arias, Carrillo y Torres, “la introducción de nuevos modelos de negocios a través de la tecnología ha generado mayor empleo de cuenta propia con facilidades laborales (horario flexible, es su propio jefe, etc.), como un método de autoexclusión de las relaciones de dependencia laboral tradicionales que hasta el momento no se logra controlar y supervisar para garantizar calidad de empleo en América Latina”.
Este fenómeno plantea desafíos regulatorios importantes, ya que las plataformas digitales operan en un vacío legal, donde ni los trabajadores ni las empresas están claramente regulados. Los trabajadores de estas plataformas suelen carecer de protección social, estabilidad laboral y derechos básicos, mientras que las empresas operan en condiciones que podrían considerarse de competencia desleal frente a los sectores tradicionales.
DELINCUENCIA E INFORMALIDAD
Por otra parte, la economía ecuatoriana enfrenta actualmente uno de sus mayores desafíos estructurales: la creciente informalidad laboral, junto con el incremento de la inseguridad ciudadana, está reconfigurando significativamente la dinámica de los salarios urbanos en el país. Estos fenómenos no operan de manera aislada, sino que interactúan para erosionar la prima salarial urbana tradicionalmente asociada con las grandes ciudades.
En este contexto, el análisis de la prima salarial urbana resulta fundamental para comprender cómo la informalidad distorsiona el mercado laboral. La prima salarial, entendida como el diferencial de salarios que favorece a las zonas de mayor densidad poblacional, se ve sistemáticamente erosionada por la informalidad
La investigación de Christian Cumbal titulada “Impacto de la delincuencia e informalidad en la prima salarial del Ecuador” aporta evidencia cuantitativa sobre cómo estos factores erosionan la prima salarial urbana que tradicionalmente caracteriza a las grandes ciudades. Sus hallazgos revelan que por cada punto de aumento en la tasa de robos por cada 1.000 habitantes, el salario real por hora disminuye entre 1,08% y 2,12%, dependiendo del nivel de ingresos de los trabajadores. Este efecto es particularmente pronunciado en los segmentos de mayores ingresos, donde la reducción salarial alcanza más del 2% por cada punto adicional en la tasa de robos.
Paradójicamente, en ciudades como Quito y Guayaquil, el análisis econométrico muestra que en algunos segmentos salariales el efecto de los robos puede generar aumentos salariales del 1,06%, posiblemente debido a primas compensatorias que las empresas ofrecen para atraer trabajadores. Este fenómeno contrasta con lo observado en ciudades de provincias como Guayas, Manabí y Los Ríos, donde un aumento en la tasa de robos se asocia con una disminución salarial del 19,4%.
Las perspectivas a corto plazo no son alentadoras. Para un individuo ecuatoriano con características promedio, el análisis proyecta que en escenarios de alta criminalidad, el salario real por hora podría reducirse hasta en un 8,16% en ciudades grandes. Esta situación requiere intervenciones urgentes que aborden simultáneamente la inseguridad y la informalidad como factores interconectados que están reconfigurando el mercado laboral ecuatoriano y limitando su potencial de desarrollo.
En síntesis, Ecuador enfrenta una realidad laboral compleja en la que la informalidad y la inseguridad se entrelazan, configurando un panorama económico preocupante. El incremento sostenido de la informalidad hasta el 58% en 2024 refleja un deterioro estructural del mercado de trabajo, exacerbado por la contracción económica reciente.
La digitalización ha transformado el panorama laboral con plataformas que, si bien ofrecen flexibilidad, operan en vacíos regulatorios que perpetúan condiciones precarias. Paralelamente, las marcadas diferencias entre zonas urbanas y rurales evidencian un desarrollo territorial desigual que requiere intervenciones específicas.
Revertir esta tendencia exige un replanteamiento integral de la política pública que supere enfoques fragmentados. Es necesario diseñar estrategias que contemplen simultáneamente la dinamización económica, la seguridad ciudadana y la inclusión territorial. El futuro del trabajo en Ecuador dependerá de la capacidad para construir un modelo que equilibre protección social, productividad y adaptabilidad a las nuevas realidades laborales.
(*) Elaborado por economista Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2025-03-06