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Autor: Revista Gestión *

Los cuidados paliativos según la Organización Mundial de la Salud (OMS) representan un componente esencial de los sistemas de salud modernos, enfocados en mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades crónicas avanzadas y sus familias. Este tipo de cuidado se centra en prevenir y aliviar el sufrimiento mediante el tratamiento del dolor y otros síntomas físicos, así como atender las necesidades emocionales, sociales y espirituales tanto del paciente como de su familia. ¿Pero cómo es la situación en Ecuador?

Los cuidados paliativos representan un componente esencial de los sistemas de salud modernos, enfocados en mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades crónicas avanzadas y sus familias. Según la OMS, anualmente cerca de 40 millones de personas necesitan cuidados paliativos a nivel global; sin embargo, solo el 14% logra acceder a este servicio. En Latinoamérica, el desarrollo de los cuidados paliativos presenta importantes variaciones entre países, reflejando las inequidades existentes en los sistemas de salud de la región.

En Ecuador, según el Atlas de Cuidados Paliativos en Latinoamérica 2020, la implementación de estos servicios ha experimentado un desarrollo significativo en las últimas décadas, aunque persisten importantes desafíos para alcanzar una cobertura universal. Con una tasa de 4,63 equipos por millón de habitantes, el país se encuentra en una posición intermedia en el contexto regional, implementando estrategias específicas para mejorar el acceso y la calidad de estos servicios esenciales.

EVOLUCIÓN Y ESTADO ACTUAL DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS EN LATINOAMÉRICA

La implementación de los cuidados paliativos en Latinoamérica comenzó en la década de los 80, estrechamente vinculada a las clínicas del dolor y especialmente impulsada por la campaña de la OMS “Alivio del color por cáncer” de 1982. En Ecuador, este proceso inició más tardíamente, en 1995, con la creación de la Unidad de Cuidados Paliativos en la Fundación ABEI bajo la dirección del Padre Alberto Redaelli, marcando el comienzo de una transformación significativa en la atención a pacientes con enfermedades terminales en el país.

El análisis actual de la provisión total de equipos por país revela disparidades significativas en la región. Según el Atlas de Cuidado Paliativos en Latinoamérica 2020, Argentina lidera con 482 equipos, seguida por Chile con 244 y Brasil con 198 equipos. Ecuador, con 78 equipos, se ubica en una posición intermedia, superando a países como Bolivia (20 equipos), Perú (19 equipos) y Honduras (6 equipos) (Gráfico 1). 

Gráfico 1

Provisión de cuidado paliativos en la región

Al analizar la tasa de equipos por millón de habitantes, se observa una realidad diferente a la distribución total de equipos. Uruguay lidera significativamente la región con 24,5 equipos por millón de habitantes, seguido por Costa Rica con 14,74 y Chile con 13,41, mostrando una concentración de recursos relativamente alta en países con menor población. 

Ecuador se posiciona en el sexto lugar, con 4,63 equipos por millón de habitantes, ubicándose en un punto medio de la región, pero significativamente por debajo de los países líderes. Esta métrica revela brechas importantes en el acceso a cuidados paliativos, con países como Perú, Honduras y Guatemala presentando tasas inferiores a 1 equipo por millón de habitantes (Gráfico 2).

Gráfico 2

Tasa de equipos para cuidados paliativos en la región

La estructura actual de los servicios de cuidados paliativos en Ecuador, de sus 78 recursos totales, se presenta de la siguiente forma: los servicios están organizados principalmente en recursos de primer nivel, con 33 unidades (42%), seguidos por 28 equipos móviles (36%). Las unidades de cuidados paliativos suman 14 establecimientos (18%), mientras que se cuenta con dos equipos mixtos (3%) y un hospicio (1%) (Gráfico 3). 

Gráfico 3

Estructura de cuidados paliativos en el Ecuador

DESAFÍOS Y BARRERAS PARA EL ACCESO EN ECUADOR

Según Diana Vahos, jefe de Capacitación y Relacionamiento de Adult Care Essity, en entrevista para GESTIÓN, una de las principales barreras es la falta de formación, ya que “los profesionales de la salud pueden tener dificultades para acceder a la información y formación necesaria para brindar cuidados paliativos, ya que no todos los profesionales tienen conocimiento en esta área y mucho menos las familias y cuidadores”.

Según el Atlas de Cuidados Paliativos en Latinoamérica, la disponibilidad y acceso a medicamentos opioides constituye uno de los principales obstáculos en Ecuador y la región latinoamericana. El análisis del consumo de morfina se mide a través del indicador DOME (equivalentes de morfina oral distribuida, por sus siglas en inglés), una medida estandarizada utilizada por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) que permite convertir diferentes tipos de opioides (como fentanilo, hidrocodona, oxicodona, entre otros) a una medida equivalente de morfina oral, facilitando así comparaciones objetivas entre países.

Las cifras del DOME revelan un panorama contrastante: Uruguay lidera el consumo con 42,7 mg/habitante, seguido por Chile con 26,3 mg/habitante, y Argentina con 17,1 mg/habitante. En un nivel intermedio se ubican Colombia (11,2 mg/habitante), Panamá (10,8 mg/habitante) y Costa Rica (8,5 mg/habitante). Esta distribución evidencia que los países con mayores índices de desarrollo humano y sistemas de salud más robustos tienden a presentar mejores indicadores de acceso a opioides.

Ecuador, con 2,5 mg/habitante, se sitúa significativamente por debajo de la media regional de 7,018 mg/habitante, compartiendo la franja inferior con países como Guatemala (2,2 mg/habitante), México (1,7 mg/habitante), Honduras (1,0 mg/habitante), Bolivia (0,9 mg/habitante) y Venezuela (0,2 mg/habitante). Esta situación refleja barreras estructurales importantes en el sistema sanitario que limitan el acceso a medicamentos esenciales para el control del dolor (Gráfico 4).

Gráfico 4

Distribución de opioides a nivel regional
(per cápita)

Por otra parte, la integración de los servicios de cuidados paliativos en los sistemas nacionales de salud continúa siendo un reto significativo. Según datos del Atlas, de los 17 países analizados, solo cinco cuentan con una ley específica de cuidados paliativos, y 10 han desarrollado programas nacionales, aunque no todos cuentan con el presupuesto adecuado para su implementación efectiva. 

La situación se torna más compleja considerando que, según los datos, la atención de pacientes en cuidados paliativos recae principalmente en los familiares quienes, en el 80% de los casos a nivel global, asumen esta responsabilidad sin contar con la experiencia ni el apoyo necesario, de acuerdo con la última Encuesta de Higiene y Salud de Essity 2023. Este escenario pone de relieve la necesidad de soluciones que no solo mejoren el bienestar de los pacientes, sino que también optimicen la labor de quienes los cuidan.

Sobre este punto, Vahos señala que “cada vez son más los cuidadores informales (familiares) que tienen que hacerse cargo de los enfermos de sus familias, son personas con toda la voluntad de cuidado pero sin ninguna preparación desde el que hacer ni desde el cómo afrontar este tipo de situaciones, las cuales además generan un alto desgaste física y emocionalmente”.

IMPORTANCIA DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS EN EL SISTEMA DE SALUD

Según Patricio Bayas, en su tesis “Conocimientos, actitudes y prácticas sobre cuidados paliativos dirigido al personal médico del Ministerio de Salud Pública de la ciudad de Quito”, los cuidados paliativos constituyen un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes y sus familias que enfrentan enfermedades potencialmente mortales, mediante la prevención y alivio del sufrimiento. 

En ese sentido, Corina Jiménez, en su investigación “Factores que influyen en el conocimiento de los familiares sobre cuidados paliativos en pacientes oncológicos” destaca que el cáncer es un problema de salud pública que afecta a muchas familias en el mundo, siendo necesario que tanto el paciente como sus familiares reciban información y formación adecuada sobre la enfermedad y sus cuidados, pues los cuidados paliativos no solo implican el control de síntomas físicos, sino también el apoyo emocional y espiritual tanto al paciente como a su familia durante todo el proceso de la enfermedad hasta el final de la vida. Para garantizar una atención integral de calidad, es fundamental que el personal de salud esté debidamente capacitado y sensibilizado en el abordaje de cuidados paliativos, así como establecer políticas públicas que aseguren el acceso universal a estos servicios especializados.

Los cuidados paliativos representan un área de la salud que requiere atención prioritaria, especialmente en el contexto latinoamericano donde persisten brechas significativas en su implementación. La experiencia regional demuestra que el éxito de estos programas depende no solo de la infraestructura y recursos disponibles, sino también de un marco normativo sólido que garantice su sostenibilidad. 

Para fortalecer el sistema, Vahos sugiere varias estrategias clave como “desarrollar la investigación, priorizando y probando prácticas de desarrollo comunitario; reubicar personal y recursos hacia los grupos con problemas de acceso; establecer servicios de calidad fortaleciendo los sistemas de salud basados en la atención primaria; e implementar políticas sanitarias adecuadas que garanticen la accesibilidad a los servicios de salud”.

El desarrollo de competencias en el personal sanitario, junto con el fortalecimiento de redes comunitarias de apoyo, puede contribuir significativamente a mejorar la calidad de la atención. Si bien Ecuador ha logrado avances importantes en la última década, existe un amplio margen para optimizar la distribución de recursos y el acceso a medicamentos esenciales. El camino hacia un sistema integral de cuidados paliativos requiere un esfuerzo coordinado entre instituciones, profesionales de la salud y la comunidad, siempre manteniendo como objetivo central el bienestar del paciente y su entorno familiar.

(*) Elaborado por economista Liz Ortiz, analista económica Revista 

 

Last modified on 2024-12-04

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