La esclavitud, una práctica que muchos consideran parte del pasado, sigue presente en pleno siglo XXI bajo diversas formas y en diferentes partes del mundo. Esta esclavitud moderna, que incluye el trabajo forzado, la servidumbre y la explotación sexual, afecta a millones de personas, especialmente a las más vulnerables. En Ecuador, a pesar de los avances en materia de derechos humanos, la esclavitud moderna es una realidad oculta que se manifiesta en diversos sectores de la economía y que afecta principalmente a comunidades empobrecidas y marginadas.
LA ESCLAVITUD MODERNA, UN FENÓMENO GLOBAL
La esclavitud moderna es un problema global que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo, la Organización Internacional para las Migraciones y Walk Free, en su informe titulado “Estimaciones mundiales sobre la esclavitud moderna: trabajo forzoso y matrimonio forzado”, en 2021 había 50 millones de personas viviendo en situación de esclavitud moderna, de las cuales, 28 millones estaban sometidas a trabajos forzados y 22 millones atrapadas en matrimonios forzados. Estas cifras representan un aumento significativo en comparación con las estimaciones de 2016, lo que demuestra que la esclavitud moderna sigue siendo un desafío apremiante para la comunidad internacional.
Según el Índice Global de Esclavitud 2023, la región alberga a una parte significativa de las víctimas de este flagelo, con cifras que varían entre los diferentes países pero que revelan una problemática común y preocupante. En Ecuador, se estima que hay 135.000 personas sometidas a esta condición, lo que representa una prevalencia de 7,6 por cada 1.000 habitantes. Estas cifras ponen en evidencia la magnitud del problema y la necesidad de tomar medidas urgentes para erradicar todas las formas de esclavitud moderna en el país (Gráfico 1).
Gráfico 1
Índice Global de Esclavitud en América del Sur 2023
Venezuela encabeza la lista de los países con mayor prevalencia de esclavitud moderna en la región, con 9,5 personas por cada 1.000 habitantes sometidas a esta condición, lo que equivale a unas 270.000 víctimas, según los datos. Le siguen Haití, con una prevalencia de 8,2 por cada 1.000 habitantes (94.000 víctimas), y El Salvador, con 8,1 por cada 1.000 habitantes (52.000 víctimas).
Otros países con cifras alarmantes son Guatemala, con una prevalencia de 7,8 por cada 1.000 habitantes (140.000 víctimas), Colombia, con 7,8 por cada 1.000 habitantes (397.000 víctimas), y Ecuador, con 7,6 por cada 1.000 habitantes (135.000 víctimas). Estos datos revelan que la esclavitud moderna está presente en toda la región, desde el Caribe hasta Sudamérica, y que afecta tanto a países con altos niveles de pobreza y conflicto como a naciones con economías más desarrolladas.
En términos absolutos, los países con mayor número de víctimas de esclavitud moderna en la región son Brasil, con más de un millón de personas sometidas a esta condición, seguido por Estados Unidos, con casi 1,1 millones de víctimas, y México, con 850.000 personas afectadas. Estas cifras demuestran que la esclavitud moderna no distingue fronteras ni niveles de desarrollo económico, y que puede prosperar incluso en las sociedades más avanzadas.
LAS DIVERSAS FORMAS DE ESCLAVITUD MODERNA EN ECUADOR
La esclavitud moderna en Ecuador se manifiesta de diversas maneras, adaptándose a los diferentes sectores de la economía y aprovechando las vulnerabilidades de ciertos grupos poblacionales. Una de las formas más comunes es el trabajo forzado, que se presenta en sectores como la agricultura, la minería, la construcción y el servicio doméstico. Según el informe “El trabajo forzoso, formas modernas de esclavitud y trata de seres humanos” de la Organización Internacional del Trabajo, en Ecuador se han identificado casos de trabajadores agrícolas sometidos a condiciones de explotación, con jornadas extenuantes, salarios miserables y sin acceso a derechos laborales básicos.
Otra forma de esclavitud moderna presente en el país es la explotación sexual, que afecta principalmente a mujeres y niñas. De acuerdo con el informe “Trata de personas, formas modernas de esclavitud y trata de seres humanos” de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en Ecuador se han reportado casos de mujeres y niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual, tanto a nivel interno como con fines de explotación en otros países.
FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA PERSISTENCIA DE LA ESCLAVITUD MODERNA
La persistencia de la esclavitud moderna en Ecuador responde a diversos factores estructurales, como la pobreza, la desigualdad, la discriminación y la falta de oportunidades laborales. Según el informe “El racismo y discriminación laboral: afrodescendientes en Quito” de Lydia Andrés, en Ecuador el hecho de ser afrodescendiente está asociado a la pobreza y a la discriminación en el acceso al empleo y a las oportunidades de ascenso laboral. Esta situación de vulnerabilidad hace que las comunidades afrodescendientes sean más propensas a caer en redes de explotación laboral y otras formas de esclavitud moderna.
Otro factor que contribuye a la persistencia de este fenómeno es la debilidad institucional y la falta de mecanismos efectivos para prevenir, detectar y sancionar los casos de esclavitud moderna. A pesar de que Ecuador cuenta con un marco legal que prohíbe y sanciona la trata de personas y el trabajo forzado, en la práctica la aplicación de estas normas es limitada y los casos de esclavitud moderna muchas veces quedan en la impunidad.
Además, la falta de sensibilización y el desconocimiento sobre la esclavitud moderna en la sociedad ecuatoriana también contribuyen a perpetuar este problema. Muchas veces, las víctimas de esclavitud moderna no son reconocidas como tales y son invisibilizadas o estigmatizadas, lo que dificulta su acceso a la justicia y a los mecanismos de protección y asistencia.
EL CASO FURUKAWA: EJEMPLO EMBLEMÁTICO DE SERVIDUMBRE Y EXPLOTACIÓN LABORAL
Uno de los casos más emblemáticos de esclavitud moderna en Ecuador es el de la empresa japonesa Furukawa Plantaciones C.A., que durante décadas sometió a cientos de trabajadores afroecuatorianos a condiciones de servidumbre y explotación laboral en sus plantaciones de abacá ubicadas en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Los trabajadores de Furukawa vivían en campamentos improvisados sin acceso a servicios básicos, trabajaban jornadas extenuantes sin equipos de protección adecuados y recibían salarios miserables. Además, muchos de ellos sufrían de enfermedades crónicas y discapacidades como resultado de las pésimas condiciones laborales. Según el informe de la Defensoría del Pueblo de Ecuador titulado “Caso Furukawa: informe de verificación de derechos humanos”, la empresa cometió más de 30 violaciones a los derechos laborales de sus trabajadores y los sometió a condiciones de vida indignas.
En 2019, tras años de denuncias y lucha por parte de los trabajadores y organizaciones de derechos humanos, la justicia ecuatoriana finalmente condenó a la empresa por el delito de servidumbre de gleba o trabajo esclavo. Este fallo histórico sentó un importante precedente en la lucha contra la esclavitud moderna en Ecuador y visibilizó la gravedad de este problema en el país.
EL RACISMO ESTRUCTURAL Y SU RELACIÓN CON LA ESCLAVITUD MODERNA
El caso Furukawa también puso en evidencia el racismo estructural que persiste en la sociedad ecuatoriana y que contribuye a perpetuar la esclavitud moderna en el país. La mayoría de los trabajadores afectados por la explotación laboral en las plantaciones de Furukawa eran afroecuatorianos provenientes de comunidades empobrecidas y marginadas.
El racismo estructural en Ecuador se manifiesta en diversos ámbitos, como la educación, la salud, el acceso a la justicia y el mercado laboral. Según el informe “Afroecuatorianos: Reparaciones y Acciones Afirmativas” de Jhon Antón Sánchez, las comunidades afroecuatorianas enfrentan mayores niveles de pobreza, desempleo y exclusión social en comparación con otros grupos poblacionales, lo que las hace más vulnerables a caer en redes de explotación y esclavitud moderna.
De acuerdo con el autor, en Ecuador existe una estructura racialmente jerárquica que se mantiene a través del racismo estructural y que se expresa en la jerarquización de los pueblos y comunidades del país. Esta situación hace que las comunidades afroecuatorianas sean especialmente vulnerables a la explotación laboral y a otras formas de esclavitud moderna.
ACCIONES DEL ECUADOR EN LA LUCHA CONTRA LA ESCLAVITUD MODERNA
Según el artículo publicado por Walk Free en 2023, Ecuador obtuvo una puntuación de 51% en su respuesta gubernamental frente a la esclavitud moderna, ubicándose en el puesto 11 de los 32 países evaluados en la región de América.
En términos de identificación y apoyo a las víctimas, Ecuador alcanzó un 50%, mientras que en mecanismos de justicia penal logró un 58%. En cuanto a coordinación a nivel nacional y regional, el país obtuvo un 63%. Respecto a abordar los factores de riesgo, Ecuador consiguió un 57%. Finalmente, en lo referente a cadenas de suministro gubernamentales y empresariales, el país logró un 13% (Gráfico 2).
Gráfico 2
Puntuación de la respuesta del gobierno, por país y etapa.
Uno de los aspectos destacados de la respuesta de Ecuador es el programa de Bono de Desarrollo Humano (BDH), que desde 1998 ha proporcionado transferencias monetarias no condicionadas a familias de bajos ingresos. Este programa ha demostrado ser efectivo en la reducción del trabajo infantil, una forma de esclavitud moderna.
Según una evaluación realizada con una muestra de 1.488 hogares seleccionados aleatoriamente, el BDH condujo a una disminución del 78% en el trabajo infantil fuera del hogar entre todos los participantes, mientras que dentro del hogar el trabajo infantil decreció en un 32%. Este programa evidencia la importancia de las transferencias monetarias no condicionadas para empoderar y proteger a los individuos vulnerables.
A pesar de estos avances, Ecuador aún enfrenta desafíos en la lucha contra la esclavitud moderna. El país debe fortalecer sus marcos legales e institucionales, mejorar la coordinación interinstitucional y promover un cambio cultural que erradique la tolerancia hacia la explotación y la servidumbre. Además, es necesario abordar los factores estructurales que contribuyen a la vulnerabilidad de ciertos grupos poblacionales, como la pobreza, la desigualdad y la discriminación. Solo a través de un enfoque integral y multidimensional será posible avanzar hacia la erradicación definitiva de la esclavitud moderna en Ecuador.
(*) Elaborado por Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.
Last modified on 2024-06-12