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Autor: Revista Gestión *

Ecuador, al igual que el resto del mundo, enfrenta un preocupante retroceso en la lucha contra el hambre y la malnutrición. Según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” (SOFI) 2024, publicado por cinco organismos de las Naciones Unidas, “el mundo ha retrocedido 15 años, con niveles de subalimentación comparables a los de 2008-2009”. Esta realidad plantea serios cuestionamientos sobre el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2) - Hambre Cero, tanto a nivel global como en el contexto ecuatoriano. 

En este escenario, Ecuador se encuentra en una encrucijada. Por un lado, el país ha logrado avances significativos en algunas áreas relacionadas con la nutrición y la seguridad alimentaria en las últimas décadas. Sin embargo, persisten desafíos importantes que amenazan con revertir los progresos alcanzados, especialmente en un contexto global marcado por crisis superpuestas.

INSEGURIDAD ALIMENTARIA: UNA REALIDAD PERSISTENTE 

Ecuador enfrenta una situación alarmante en términos de seguridad alimentaria, posicionándose como uno de los países con mayor prevalencia del hambre en América Latina. Según el informe “Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2023”, publicado por la FAO y otras agencias de la ONU, Ecuador registra una tasa de prevalencia del hambre del 13,9%, la tercera más alta a nivel regional, lo que evidencia la magnitud del desafío que enfrenta el país para garantizar el acceso a una alimentación adecuada para toda su población  (Gráfico 1).

Gráfico 1

Prevalencia del hambre en Ecuador 2023 

Este dato es particularmente alarmante al compararlo con otros países de la subregión sudamericana. Según el informe, Bolivia presenta la mayor prevalencia del hambre (19,4%), seguido por Venezuela (17,9%) y Ecuador (13,9%), afectando a 2,3 millones, 5,1 millones y 2,5 millones de personas, respectivamente.

Analizando la evolución del hambre en la última década, tanto Ecuador como Venezuela han experimentado un marcado deterioro en este indicador, con incrementos sustanciales en la prevalencia de la subalimentación entre los períodos 2013-2015 y 2020-2022 de 5,2 y 14,2  puntos porcentuales, respectivamente. Según el reporte,  este aumento podría estar vinculado a la fuerte caída de los precios de las materias primas energéticas que estas naciones exportan, lo cual ha tenido un impacto severo en sus economías desde 2014.

El deterioro de la situación alimentaria en Ecuador y otros países de la región plantea serios desafíos para el cumplimiento del ODS 2 - Hambre Cero. Se hace evidente la necesidad de abordar no solo las consecuencias inmediatas del hambre, sino también sus causas estructurales, que incluyen la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad económica frente a las fluctuaciones en los precios de las materias primas.

DESNUTRICIÓN EN EL ECUADOR

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2) busca poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible para 2030. Sin embargo, el mundo no está bien encaminado para alcanzar este objetivo. A nivel global, se estima que cerca de 690 millones de personas padecen hambre, lo que representa el 8,9% de la población mundial. Si las tendencias actuales continúan, este número podría superar los 840 millones para 2030.

En este contexto global desafiante, Ecuador enfrenta sus propios retos en la lucha contra la desnutrición. A pesar de la preocupante situación de seguridad alimentaria en Ecuador, recientemente se han presentado algunos avances en la lucha contra la Desnutrición Crónica Infantil (DCI). La Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI) 2023 reveló una disminución de 4,2 puntos porcentuales en la prevalencia de desnutrición crónica en niños menores de cinco años, pasando de 21,7% a 17,5% (Gráfico 2).

Gráfico 2

Desnutrición infantil crónica en menores de 5 años

Por otro lado, Ecuador también enfrenta el creciente desafío de la malnutrición por exceso. La ENDI 2022-2023 reveló que el 5,5% de los niños menores de 5 años tienen sobrepeso u obesidad. Esta cifra, muestra la necesidad de abordar no solo la inseguridad alimentaria, sino también la calidad de la dieta y los hábitos alimentarios.

LACTANCIA MATERNA: UN PILAR EN LA LUCHA

En este contexto, la lactancia materna emerge como un pilar fundamental en la lucha contra la malnutrición infantil. Ecuador ha mostrado avances significativos en este ámbito, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018. El 72,7% de los niños menores de 2 años recibieron leche materna en su primera hora de vida, un aumento considerable respecto al 50,6% registrado en la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) 2014 (Gráfico 3).

Gráfico 3

Inicio temprano de lactancia materna

Además, la lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida también ha mejorado notablemente. La ENSANUT 2018 reveló que el 62,1% de los niños menores de 6 meses recibieron lactancia materna exclusiva, un aumento sustancial frente al 46,4% registrado en 2014. Este progreso es crucial, ya que la lactancia materna proporciona nutrientes esenciales y anticuerpos, sentando las bases para un desarrollo saludable.

Sin embargo, persisten disparidades significativas. La lactancia materna exclusiva es más prevalente en áreas rurales (70,1%) que en áreas urbanas (58,4%). También se observa una tendencia decreciente en esta práctica a medida que aumenta el nivel de instrucción de la madre: 66,3% en madres con educación básica, 63,1% en aquellas con educación media/bachillerato, y 50,2% en madres con educación superior (Gráfico 4).

Gráfico 4

Comparativo lactancia materna exclusiva

El progreso en la lactancia materna en Ecuador es una señal positiva en la lucha contra la malnutrición infantil y contribuye significativamente al objetivo de reducir la desnutrición crónica infantil. Sin embargo, para alcanzar el ODS 2 - Hambre Cero, es fundamental seguir trabajando en la promoción y protección de esta práctica

DESAFÍOS EN LA ASEQUIBILIDAD DE DIETAS SALUDABLES

Uno de los principales obstáculos para combatir el hambre y la malnutrición en Ecuador es la falta de asequibilidad de una dieta saludable. Este problema se encuentra en el centro de la lucha por alcanzar el ODS 2 - Hambre Cero y tiene implicaciones profundas para la salud y el bienestar de la población ecuatoriana.

Según Eve Crowley, representante a.i. de la FAO en Ecuador, el costo diario de una dieta saludable en el país asciende a USD 2,92. Esta cifra, aparentemente modesta, se convierte en una barrera infranqueable para un segmento significativo de la población. De hecho, el 21,4% de los ecuatorianos, lo que equivale a 3,8 millones de personas, no tiene la capacidad económica para acceder a una alimentación que cumpla con los estándares nutricionales básicos.

Esta situación tiene múltiples implicaciones. En primer lugar, contribuye a perpetuar el ciclo de la pobreza y la malnutrición. Las personas que no pueden permitirse una dieta saludable son más propensas a sufrir deficiencias nutricionales, lo que a su vez puede afectar su capacidad de trabajo y aprendizaje, limitando sus oportunidades de desarrollo personal y económico.

Además, la falta de acceso a alimentos nutritivos puede llevar a la población a optar por alternativas menos saludables pero más económicas, como alimentos ultraprocesados altos en calorías, azúcares y grasas saturadas. Esto explica, en parte, la paradoja de la coexistencia de desnutrición y obesidad en el país, como lo evidencia el 5,5% de niños menores de 5 años con sobrepeso u obesidad según la ENDI 2022-2023.

El desafío de la asequibilidad de dietas saludables también tiene una dimensión geográfica y social. Las zonas rurales y las poblaciones indígenas suelen enfrentar mayores dificultades para acceder a alimentos variados y nutritivos, ya sea por razones económicas o de disponibilidad.

Ante esta realidad, el Gobierno ha emprendido diversas iniciativas para erradicar la pobreza y combatir el hambre. Según Sariha Moya, secretaria nacional de Planificación, el país ha reorganizado su estructura en gabinetes sectoriales para desarrollar políticas de corto, mediano y largo plazo. Además, se ha destinado el 52% del Plan Anual de Inversiones al Eje Social y el 33% del Presupuesto General del Estado a Salud, Educación y programas de bienestar social. Aunque los resultados no han sido notorios, o al menos no todavía.

En definitiva, el desafío de alcanzar el Hambre Cero en Ecuador requiere un enfoque multidimensional y sostenido. Mientras el país ha logrado avances en áreas como la reducción de la desnutrición crónica infantil y la promoción de la lactancia materna, la persistencia de la inseguridad alimentaria y las disparidades socioeconómicas demandan acciones más contundentes.

 Es crucial que Ecuador fortalezca sus políticas de protección social, mejore la asequibilidad de dietas saludables y promueva prácticas agrícolas sostenibles. Además, la articulación entre sectores públicos, privados y de la sociedad civil será fundamental para abordar las causas estructurales del hambre y la malnutrición. 

(*) Elaborado por economista Liz Ortiz, analista económica Revista Gestión.

 

Last modified on 2024-08-21

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