El censo poblacional de 2022 reveló que el país está experimentando un cambio demográfico importante. La población está creciendo, pero a un ritmo más lento que en el pasado. La tasa de fecundidad ha disminuido y el país está envejeciendo, hay más personas mayores que niños. La nueva cara del Ecuador se compone de 16’938.986 personas
¿QUÉ CAMBIÓ Y QUÉ NO?
El Censo de Población y Vivienda de Ecuador de 2022 (Gráfico 1) muestra algunos aspectos en los que, en comparación con el censo de 2010, se revelan como relativamente similares.
Gráfico 1
Perfil demográfico del Ecuador CENSO 2022
En lo que respecta a la urbanización, se tuvo un leve incremento de 0,5 puntos porcentuales en la población urbana desde el año 2010. Este moderado crecimiento puede atribuirse a una desaceleración en el fenómeno de migración desde zonas rurales hacia centros urbanos en los últimos años. Asimismo, el porcentaje poblacional de mujeres aumentó levemente en 0,9 puntos porcentuales.
En términos étnicos, se aprecia una estabilidad en la distribución de la población. El grupo poblacional más grande en Ecuador, el mestizo, experimentó un aumento de 5,5 puntos porcentuales, mientras que las poblaciones blanca y afrodescendiente mostraron disminuciones de 4 y 2,4 puntos porcentuales, respectivamente.
Por otro lado, entre los cambios más significativos para 2022 (Gráfico 2) se destaca el incremento en el porcentaje de hogares con representación femenina, un indicador positivo que refleja una mayor participación de las mujeres en la economía y sociedad ecuatoriana, con el indicador de género del representante de hogar para mujeres, pasando de 28,7% en 2010 a 38,5% para 2022.
Gráfico 2
Variaciones Censo 2010 vs. Censo 2022
Además, se presenta un aumento en la edad mediana de la población, pasando de 24 a 29, reflejando el proceso gradual de envejecimiento. Asimismo, se registra una disminución en el tamaño promedio de los hogares, que se redujo en alrededor de 0,5 respecto a 2010 y en casi 1 respecto a 2001, resultado de la reducción de la fecundidad (Gráfico 3) y el aumento de la edad de la población.
Gráfico 3
Evolución de la tasa de fecundidad
En los años más recientes, la tasa de fecundidad en Ecuador ha continuado su tendencia a la baja de manera gradual pero constante. En 2022, la tasa se situó en dos, lo que significa que, en promedio, cada mujer en edad reproductiva tiene dos hijos durante su vida fértil. Esta disminución es notable en comparación con décadas pasadas, y refleja una transformación significativa en las decisiones reproductivas de las mujeres ecuatorianas.
Factores como una mayor accesibilidad a métodos anticonceptivos, cambios en las aspiraciones y roles de las mujeres en la sociedad, así como una mayor conciencia sobre la planificación familiar, podrían estar contribuyendo a esta reducción en la tasa de fecundidad. Esta evolución tiene implicaciones importantes en la estructura demográfica del país, como un posible envejecimiento de la población y un impacto en los sistemas de seguridad social y pensiones, lo que destaca la necesidad de adaptar políticas y servicios para satisfacer las nuevas dinámicas demográficas.
SERVICIOS BÁSICOS
Uno de los aspectos que experimentó transformaciones notables para 2022, y que merece especial atención dada su incidencia directa en el bienestar de la población, es el acceso a servicios básicos, englobando categorías como alcantarillado, electricidad, recolección de basura y suministro de agua a través de la red pública. Se registró una mejoría promedio de 11 puntos porcentuales en todas estas categorías con respecto a los datos de 2010, debido a una combinación de factores, incluyendo la inversión pública en infraestructura, la expansión de la cobertura de los servicios básicos y la adopción de tecnologías que han facilitado el acceso a estos servicios. Sin embargo, estas mejoras no han sido uniformes en todo el territorio, ya que persisten notables disparidades entre las áreas rurales y urbanas (Gráfico 4).
Gráfico 4
Acceso a servicios básicos
El análisis detallado revela que el entorno urbano, con una mayor concentración de población y una infraestructura más desarrollada, ostenta un promedio del 93,5% de acceso a estos cuatro servicios, en marcado contraste con el ámbito rural, con una población más dispersa y condiciones de vida más precarias, donde se observa una cobertura sustancialmente menor, alcanzando apenas un 67,1%. Esta diferencia de aproximadamente 26,4 puntos porcentuales subraya la brecha que aún persiste en términos de acceso a servicios esenciales entre ambas áreas.
Estas disparidades son preocupantes, ya que pueden generar desigualdad y exclusión social. Las personas que viven en áreas rurales tienen menos acceso a servicios básicos esenciales, lo que puede tener un impacto negativo en su salud, educación, productividad y calidad de vida, por lo que es esencial abordar esta brecha de manera estratégica para garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación geográfica, puedan disfrutar de condiciones de vida dignas y seguras.
¿MENOS POBLACIÓN DE LA ESPERADA?
La información que proporciona el censo es esencial para la planificación y el diseño de políticas públicas en educación, salud, vivienda y empleo. Sin embargo, académicos, exdirectores del INEC y otros expertos advierten sobre la confiabilidad de los resultados y piden una auditoría independiente. Un aspecto que sorprendió a todos fue la menor población reportada. Las proyecciones del censo 2010 estimaban 18 millones de personas para 2022, pero esta previsión se desvió en más de un millón de habitantes (Gráfico 5).
Gráfico 5
Población del Ecuador (1990 – 2022)
Según el INEC, esta discrepancia se explica por una reducción en el número de nacimientos, una mayor mortalidad causada en gran parte por la pandemia y una mayor migración. En Paraguay ocurrió algo similar, según el censo realizado el año pasado, la población asciende a 6’109.644, pero las proyecciones estimaban 7’453.695 habitantes, es decir, una diferencia de casi 1,3 millones de personas. Por esto, el mes pasado, varios senadores presentaron un pedido de interpelación al director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), sobre la base de posibles desinteligencias en los datos suministrados por el último censo poblacional
¿UN CASO FALLIDO?
Otro caso es el de Costa Rica, en donde el Instituto Nacional de Estadística confirmó que, durante el censo 2022, de las 1’550.258 viviendas visitadas solo se logró censar 1’074.002. Unas 340.399 viviendas quedaron con entrevistas pendientes, 136.492 con entrevistas rechazadas y 218.823 no se visitaron. De este modo, la cobertura censal fue de apenas el 61% (omisión del 39%). El propio Gobierno calificó al censo como fracaso y desperdicio de dinero (el presupuesto de USD 24 millones).
Otro caso que vale la pena mencionar es el fallido Censo de Población y Vivienda de Chile 2012. El principal problema fue la omisión censal, que se estima llegó a cerca del 10% en promedio, ya que en algunas comunas la omisión superó el 20%. Una auditoría técnica con asesoría del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade) concluyó que: “los datos generados no cumplen con los estándares para que este operativo sea denominado como un censo”. Como consecuencia, en 2017 se realizó un nuevo censo.
La experiencia chilena puede ser útil ya que tiene muchas similitudes con el nuevo censo ecuatoriano. Por ejemplo, en ambos casos se tenía planeado realizar un censo de hecho, donde se toma en cuenta la ubicación física de las personas en el momento del censo. Pero al final se optó por realizar un censo de derecho. En esta modalidad se utiliza la figura del residente habitual de las viviendas y, por tanto, es posible recolectar la información durante períodos prolongados. La auditoría externa en Chile concluyó que se necesitaba de mucho más tiempo de preparación para acometer con éxito la nueva modalidad de censo de derecho (prolongado), por los desafíos de organización y logística que suponía y porque no había experiencias previas en el país.
Otra similitud es la subestimación de los recursos financieros. El censo chileno contó con un presupuesto que cubría la etapa preparatoria, la recolección de información y las operaciones posteriores. Pero el cambio de metodología obligó a aumentar los recursos, ya que el censo de derecho es más costoso que el de hecho, por el pago a los censistas y demás personal que requiere ser contratado para la recolección de la información, así como por el arrendamiento de locales, de vehículos y por otros gastos que requiere un trabajo de campo prolongado. Ecuador también necesitó más recursos y fue necesario acceder a un crédito de USD 80 millones con el Banco Mundial.
¿SE DEBEN CORREGIR LOS DATOS DEL CENSO ECUADOR 2022?
En el Censo Ecuador 2022, se registraron cerca de 240.000 viviendas ocupadas con personas ausentes (VOPA), representando el 3,64% del total de viviendas censadas (6,6 millones). Para abordar esto, el INEC aplicó una metodología de imputación de personas. Como resultado, se estimó una población de 759.000 habitantes en las VOPA, que se sumaron al conteo global de 16,9 millones de personas.
El director del INEC, Roberto Castillo, señaló que estas personas ausentes no forman parte la omisión censal, a esta pertenecen las personas que no fueron encuestadas porque el INEC nunca fue a sus casas. Según Castillo, la omisión censal se corregirá hasta noviembre junto con la proyección poblacional y, por lo mismo, es posible que se registre un incremento de población. Cabe destacar que, en el censo del 2010, la omisión fue establecida dos años después y afectó a medio millón de personas.
¿PARA QUÉ SIRVE EL CENSO?
El tiempo dirá si las cifras del censo requieren de una auditoría externa. Lo que no se puede negar es su importancia para la planificación estatal, ya que sirven para calcular presupuestos, tasas, asignaciones y demás variables socioeconómicas. Muchas estadísticas deberán recalcularse cuando se tenga las cifras definitivas del censo en noviembre. Por ejemplo, el PIB per cápita “mejora” ya que la población es menor que la proyectada. Con la cifra del censo anterior, la renta per cápita en 2022 sería USD 6.395, pero con el nuevo censo sube a USD 6.792.
El Modelo de Equidad Territorial es una de las preasignaciones legales que el Gobierno Central entrega a los consejos provinciales, municipios y juntas parroquiales rurales. Su cálculo considera el 21% de los ingresos permanentes y el 10% de los ingresos no permanentes del PGE. La distribución de estos recursos depende de las características de cada GAD como: tamaño y densidad de la población, necesidades básicas, niveles de vida, cumplimiento de metas del PND y planes propios.
En este caso, las proyecciones poblacionales y estadísticas sociodemográficas complementarias que el INEC publicará en noviembre serán el principal insumo para determinar los recursos que recibirán los GAD. Habrá varios cambios en las asignaciones (tanto al alza como a la baja). Un buen ejemplo es que las anteriores proyecciones colocaban a Quito como la ciudad más poblada, pero el nuevo censo confirma que ese puesto le pertenece a Guayaquil.
En general, el censo de población y vivienda de Ecuador de 2022 proporciona una valiosa visión de la realidad demográfica y social del país. Estos datos traen consigo implicaciones importantes para la planificación y diseño de políticas públicas. Por ejemplo, el envejecimiento de la población requerirá políticas que aborden los desafíos de la atención a la salud y seguridad social para los adultos mayores. El aumento en el acceso a servicios básicos necesitará políticas que garanticen una cobertura equitativa en todo el territorio nacional.
Last modified on 2023-10-23