La interpretación del desempeño reciente de la economía de Ecuador, está frecuentemente afectada de una ilusión óptica: la profunda y evidente caída en el ejercicio 2016 deja la sensación de que el presente es boyante. Las cifras, son mejores, aunque el sistema económico acumula fuertes desequilibrios. Los indicadores del sector real están en una cuota aceptable, (evolución a enero de 2018, 0.4%) aunque inconsistente, con un trayecto poco claro.
El índice mensual del valor agregado de mercado, VAB Merc, crece menos que el total, se observa un descenso en las industrias no petroleras. Esto significa que la administracion pública (gobierno en las cuentas nacionales), se han alimentado, directa o indirectamente, de recursos provenientes de la emisión de pasivos externos.
Por otro lado, en los cambios del IPC se detecta señales “anormales”. El valor de la canasta, en enero, en comparación anual, baja $ 11.00, que representa 2,1 % del salario básico unificado. Aunque Ecuador está técnicamente en deflación, el problema no es de diagnóstico grave.
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