En los países occidentales el perfil del alumnado universitario es cada vez más diverso. Los estudios de posgrado son cada vez más frecuentes como respuesta a la necesidad de desarrollar carreras más personalizadas y de estar en constante actualización profesional.
Existen titulaciones de posgrado oficiales con inclinación profesionalizante, es decir, que habilitan para un desempeño profesional determinado, como es el caso del Máster Universitario en Profesorado de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. También hay estudios de posgrado que sirven para acceder a programas de doctorado. Por último, existen titulaciones de posgrado propias que, aunque no suelen ser habilitantes para el ámbito profesional ni el académico, sí que aportan un elevado nivel de especialización en la materia elegida.
En este artículo presentamos una guía para facilitar el proceso de toma de decisiones, y ofrecemos algunas claves a tener en cuenta.
Empezar la casa por el tejado
Si nos paramos a pensar las razones por las que estudiamos y nos formamos, la respuesta es bien clara: conseguir un empleo digno acorde a la formación. Teniendo esto presente, el primer paso es pensar a qué nos gustaría dedicarnos profesionalmente, pues esto dará pistas para saber en qué estudios de posgrado escoger o qué dirección seguir. En este sentido, lo más eficiente sería seguir un esquema similar al que se propone a continuación:
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Búsqueda de empleo acorde a los gustos, expectativas profesionales, salario y ubicación geográfica deseada. Es esencial que el futuro estudiante de posgrado se familiarice con las vías de búsqueda de empleo, desde inscribirse en las oficinas de demanda de empleo autonómicas a crearse un perfil en plataformas como LinkedIn o Infojobs, entre otras. Ahí, el candidato deberá hacer buen uso de los filtros para detectar aquellas ofertas que más se adapten a su perfil y expectativas profesionales: titulación, movilidad geográfica, trabajo en remoto, experiencia profesional previa, etc.
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Analizar los requisitos de contratación de ese tipo de empleo. Una vez que se tienen varias ofertas, es importante analizar las diferencias y similitudes entre los requisitos que se solicitan en las candidaturas. Algunos serán propios y específicos para cubrir las necesidades de la empresa u organización que ha publicado la oferta, mientras que otros serán comunes al ámbito de trabajo por las propias demandas del puesto. En este aspecto, salvo que haya un interés por trabajar en una empresa u organización concreta, sería lógico focalizarse en aquellos que sean comunes.
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Valorar cuáles de esos requisitos cumplimos y cuáles no. Cuando ya se ha analizado qué buscan las empresas, es importante fijarse no sólo en los requisitos que cumplimos, sino en los que no, para valorar las posibilidades reales de conseguirlo (por ejemplo, la especialización en un tema concreto puede conseguirse mediante estudios de posgrado y es factible a corto o medio plazo, mientras que otros como la experiencia previa trabajando en un puesto similar serán más complicados de obtener si estamos empezando).
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Barajar las opciones de formación para encajar en ese perfil. Una vez que hemos identificado “qué nos falta” para encajar en ese puesto de trabajo y la viabilidad de obtenerlo, ha llegado el momento de sopesar si la realización de un postgrado es pertinente o si, por el contrario, son otros los caminos más eficientes en el campo del trabajo que nos interesa.
Estudios de postgrado ideales: características a tener en cuenta
La oferta de estudios de posgrado es actualmente incluso superior a la de las titulaciones de grado, por lo que decantarse por una opción u otra no es tarea sencilla. Por un lado, las titulaciones de posgrado permiten a quien las estudia ampliar conocimientos, profundizar en ellos y especializarse en ámbitos estrechamente ligados a su formación inicial. Por otro lado, también facilitan la transición de una rama de conocimiento a otra a personas que deciden dar un giro de rumbo a su trayectoria profesional.
Por ejemplo, alguien que haya estudiado arquitectura y ejercido como tal pero que, pasado el tiempo, descubre su vocación docente y se decanta por realizar el máster habilitante para la docencia en educación secundaria.
Una vez que se ha afinado la dirección que se desea tomar, es importante tener en cuenta otra serie de factores como pueden ser:
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Económicos. No solo difiere el precio significativamente entre las universidades públicas y privadas, sino que el precio por crédito varía según la universidad y es conveniente analizar las posibilidades de conseguir becas (nacionales o internacionales) que financien estos estudios.
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De movilidad. Es importante valorar las posibilidades físicas y emocionales de lo que implica cambiar de residencia si la titulación en cuestión se oferta en un lugar distinto al de residencia.
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Posibilidad de realizar prácticas externas. Algunos estudios de posgrado ofrecen dentro del plan de estudios prácticas profesionales (prácticas curriculares) mientras que en otros no forman parte del mismo, pero siendo estudiante de la titulación se pueden facilitar prácticas durante los estudios o poco antes de finalizarlos (prácticas extracurriculares).
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Porcentaje de empleabilidad. No todas las titulaciones de posgrado publican esta información de sus egresados pero, sin duda, es un aspecto a tener en cuenta también siempre que exista la posibilidad.
¿Y si, aún así, sigo sin decidirme?
En el caso en el que sigamos sin tener claro qué estudios de posgrado elegir o qué camino tomar, es importante valorar la importancia que se concede, en el ámbito de estudio y profesional al que pertenecemos o intentamos acceder, a la formación de posgrado o si, por el contrario, se da prioridad a otras cuestiones.
O, quizás, necesitemos un tiempo para dejar reposar las ideas y tomar una decisión meditada y responsable.
Last modified on 2023-12-19