Aunque la economía ha mejorado en el último trimestre, producto de la mejora en las exportaciones, el consumo de los hogares y el gasto del gobierno, el panorama no es optimista. El Estado plantea recortar sus gastos y mantener una menor incidencia en términos de inversión y contratación de personal, por lo que las reformas económicas referentes al tamaño del aparataje público podrían incidir directamente en los siguientes semestres, sobre todo en el Producto Interno Bruto (PIB).
Periódicamente, ProEstudios publica el Business Survey Report (BSR), que consolida las principales variables macroeconómicas del país, de hecho, construye el Índice Macroeconómico de Actividad Productiva (IMACRO.ec) que supone un nuevo indicador para comprender el desarrollo productivo nacional. En la entrega número 21, correspondiente al mes de julio del 2019, se evidencia un estancamiento en la producción y es la primera vez en los últimos 20 meses. En serie bruta, el índice para julio de este año se coloca sobre los 141,2 puntos – similar al de abril de 2019- y en serie corregida decrece a los 140,9. El índice de julio es ligeramente mayor al presentado en junio pese al estancamiento de la producción, otros factores pueden influenciar dentro del desempeño económico como la Balanza Comercial o el gasto del Estado.
Las cifras correspondientes al segundo trimestre de 2019 fueron publicadas a mitad del año por el Banco Central del Ecuador (BCE). Entre los datos destaca el crecimiento registrado en la producción de 0,4% aun cuando en el primer trimestre hubo una contracción de casi el 1%. Entre mayo y junio del presente año, el consumo final de los hogares y el gasto de Gobierno fueron los mayores incidentes en la mejora económica, con una expansión de 0,9% y 1,1%, respectivamente (Gráfico 1). Si es que se compara con el primer trimestre de 2019, la economía ha mejorado significativamente, pues todas las variables que constituyen el Producto Interno Bruto (PIB) han presentado variaciones positivas.
El tema con mayor relevancia dentro de la entrega #51 del IMacro es el inicio del ajuste fiscal de cara a las correcciones por parte del Ejecutivo para sanear las cuentas nacionales. La situación del achicamiento del Estado surge a partir de 2014 dada la drástica caída de los precios del petróleo y la merma del financiamiento público por parte de las reducciones de los valores capturados por motivos de exportación de crudo. La caída del precio de petróleo puso en evidencia los problemas estructurales dentro del sector fiscal, que depende directamente del precio del bien primario.
La suscripción al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene entre sus principales directrices corregir los fallos que existen en las cuentas fiscales. Por eso el Ejecutivo ha planteado austeridad fiscal, disminuyendo los gastos en inversión y gastos corrientes; educación y salud podrían ser los servicios más perjudicados dados los recortes financieros. Para corregir estos problemas fiscales, el presidente y su gabinete han tomado la decisión de eliminar los subsidios a gasolina de bajo octanaje y al diésel, medida que le representa al Estado el ahorro de más de $ 1.500 millones anuales.
Se espera que el paquete de reformas económicas mantenga fuertes efectos fiscales; para el 2020 se estima que el Sector Público No Financiero (SPNF) y el Gobierno Central generen más de $ 4.300 millones.
Last modified on 2019-10-10