El riesgo país llegó a los 1.454 puntos este 27 de febrero, es decir, que tan solo en el transcurso de este mes se ha elevado más de 400 puntos, pues a finales de enero se ubicaba en 1.018 el 30 de enero, según el banco de inversiones JP Morgan. El riesgo país es un indicador que determina la solvencia de un país para cumplir con sus obligaciones de deuda. Los factores que lo determinan van desde el desempeño económico hasta el panorama social y político. El aumento constante de este indicador provoca efectos adversos en la economía nacional por problemas de financiamiento y credibilidad en el mercado internacional.
Es la segunda vez en la última década, después de noviembre del año pasado cuando llegó a 1.418, que el riesgo país ha alcanzado un nivel tan alto. La tendencia creciente no ha cambiado y las expectativas tampoco son favorables. Los factores que están por detrás de este índice son las externalidades del mercado internacional, como el coronavirus, que afecta el precio del petróleo y el sector comercial y, por otro lado, la debilidad fiscal.
El efecto del coronavirus a nivel mundial ha perjudicado al sector comercial. China es uno de los principales compradores de crudo y de productos primarios, por lo que el aislamiento como método de prevención de infección ha reducido el consumo y, por ende, las exportaciones nacionales e internacionales.
El precio del barril de petróleo también se redujo en $ 4,02 por barril en tan solo siete días. Si esta tendencia sigue a la baja tendrá fuertes repercusiones en el Presupuesto General del Estado ya que este preveía un precio de $ 51,30 por barril, pero actualmente está en $ 48,73, esto considerando que el sector petrolero aporta alrededor del 40% de los ingresos fiscales.
Por último, la falta de gobernanza del Ejecutivo para aplicar las políticas y reformas desarrolladas en conjunto con el Fondo Monetario Internacional no da paso al plan de crecimiento nacional. Esto crea mayor incertidumbre en el desarrollo productivo y causa preocupación a los inversionistas al ver un panorama futuro de posible colapso e imposibilidad del pago de la deuda.
Ecuador tiene pocas posibilidades. Los ingresos del Estado se han reducido, no puede aumentar los impuestos y se ve imposibilitado de reducir los subsidios, especialmente de combustible, por lo que las opciones son escasas. La economía y la estabilidad fiscal en este momento dependen de la volatilidad del mercado mundial o, a su vez, de continuar con la emisión de “bonos basura” a tasas muy elevadas.
Gráfico 1
Riesgo país febrero 2020
Por: Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.
Last modified on 2020-02-28