Cuántas veces hemos oído eso que se dice a las mujeres embarazadas: “ahora debes comer por dos”. Y entonces, ¿por qué no dormir o caminar también por dos? Ese pensamiento tan arraigado culturalmente en nuestra sociedad es un mito, consecuencia de creencias erróneas sobre la ganancia de peso saludable.
A veces, durante la gestación, las mujeres relajan sus hábitos alimentarios pensando que, como de todas formas va a engordar, pues se puede permitir comer lo que se le antoje. Nada más equivocado.
Consecuencias para la madre y su futuro bebé
Quizás las gestantes no sean del todo conscientes de las implicaciones que tienen sus actos en el futuro de sus bebés. ¿Por qué cada vez que acuden a una consulta prenatal las suben a una báscula? ¿Qué hay detrás de esa inquietud de los profesionales sanitarios por saber cuántos kilos “llevan puestos”?
Este hecho responde a la necesidad de detectar una ganancia inadecuada de peso y poder prevenir las consecuencias en la madre y su descendencia. Debemos tener en cuenta que tanto un déficit como un exceso de kilos durante la gestación pueden derivar en diabetes gestacional o hipertensión, en el caso de la madre, y macrosomía (nacer con un peso superior al recomendable), en el caso del futuro bebé. Estos problemas de salud pueden acarrear complicaciones durante el embarazo o el parto, poniendo en riesgo a ambos.
Pero los efectos no sólo son inmediatos: un exceso de peso gestacional también se asocia a largo plazo con mayor riesgo de presentar diabetes tipo 2, sobrepeso u obesidad en la infancia.
Last modified on 2024-04-16