Los ahorros pueden utilizarse, o no utilizarse, con distintos propósitos. Dos de los productos que ofrecen las instituciones financieras para ese efecto son los depósitos a plazo fijo y las cuentas de ahorro.
Sin embargo, ambos tienen distintos requisitos, condiciones y tasas de interés a favor del depositante. Elegir uno para destinar ahorros depende de qué uso se quiera dar a los ahorros, según explica Doménica Negrete, docente de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Casa Grande.
En esto consiste un depósito a plazo fijo y una cuenta de ahorros
Se trata de un producto en el que el depositante puede darle un monto de dinero a la institución financiera y congelarlo ahí por un tiempo determinado. Al término de ese plazo, o de forma periódica, el banco le entrega al cliente un porcentaje de interés.
Una cuenta de ahorros, en cambio, le permite al depositante disponer de sus ahorros como desee. Es flexible para una emergencia que requiera un gasto, por ejemplo. Otra diferencia con los depósitos a plazo fijo es que las tasas de interés para cuentas de ahorro son mucho más bajas, resultando en menores ganancias a cambio de mayor flexibilidad.
¿Cuál conviene más?
Para Negrete, depende del uso que se le dé a cada instrumento financiero. Primero, explica, se debe usar correctamente una cuenta de ahorros: debe actuar como una alcancía, mas no como una cuenta transaccional normal.
Segundo, indica que se debe analizar si el uso concreto que se le va a dar al ahorro va a ser de largo o corto plazo.
“Si mi propósito es comprarme un carro, pero en este momento no tengo premura de comprar uno, pues mi familia tiene un carro, utilizaría depósitos a plazo fijo. Todo dependería de la temporalidad de mi sueño”, expresa.
Last modified on 2024-06-06