El pasado 28 de junio, la Unión Europea y el Mercosur lograron finalmente firmar un acuerdo de libre comercio. La noticia ha suscitado todo tipo de controversias ya que, además de haber sucedido en un año electoral a ambos lados del Atlántico, como en Argentina y en la UE, las negociaciones que llevaron a la firma de este tratado se prolongaron por más de 20 años. Entre las dudas más frecuentes, se presenta la de a quién beneficia en mayor medida este acuerdo comercial, que intenta unir a dos mercados interregionales muy desiguales pero cuyos intercambios comerciales ascienden a casi 100.000 millones de dólares al año.
Como muestra este gráfico de Statista, el balance del comercio internacional entre estos dos bloques fue deficitario para la UE en 2008, por nada menos que 16.800 millones de dólares, hasta 2011. Sin embargo, desde 2012, año en el que el volumen del comercio alcanzó el pico más alto de la década con 113.500 millones de dólares, la balanza comercial se inclinó a favor de los europeos, llegando a percibir más de 9.000 millones de dólares de superávit ya en 2013.
En los últimos tres años, en cambio, este saldo comercial se ha ido equiparando, con niveles de exportación e importación bastante parejos. El año pasado, la UE exportó un total de 50.800 millones de dólares a los países del Mercosur, habiendo importado de ellos unos 48.100 millones. Está por verse si la tendencia se mantiene o se profundiza a favor de alguna de las partes luego de que el acuerdo de libre comercio entre en vigor.