El candidato de la alianza Unión por la Esperanza (UNES), Andrés Arauz, se comprometió a congelar el precio de los combustibles apenas llegue a Carondelet. Sin embargo, cubrir el déficit de los derivados de petróleo cuesta 10% del PGE, es decir, el triple del gasto en desarrollo social. Un estudio del BID revela que el beneficio de la eliminación de subsidios recaería, en su mayoría, sobre los quintiles más ricos (4 y 5).
A pocos días antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, los candidatos continúan en su campaña. Los postulantes de CREO-PSC y UNES han recorrido distintas zonas del país. Además, los compromisos se siguen sumando. En cada recorrido y declaraciones, los candidatos amplían su plan de trabajo junto con sus promesas mientras buscan ganarse los votos de cerca del 50% de personas que se quedaron sin su primera opción.
ARAUZ PROPONE CONGELAR LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO
El candidato de la revolución ciudadana, Andrés Arauz, expresó en un encuentro con la Federación de Choferes Profesionales del Ecuador que si llega a ganar la Presidencia va a congelar el precio de los combustibles. Arauz alegó que el aumento de los precios de estos productos beneficia a las élites del país.
Este era un pedido de los transportistas desde hace meses cuando el nuevo sistema de bandas alteró el precio de los combustibles. Desde el 20 de mayo rige el sistema de bandas cambiarias para el control de precios como una transición a la eliminación del subsidio. El techo de la banda fluctúa para arriba o para abajo en un margen de entre el 3% y 5%, conforme evolucionan los precios internacionales.
Quienes más se vieron afectados con este sistema fueron los consumidores de diésel, ya que pasó de un precio permanente de $ 1,04 por galón a $ 1,407 en marzo de 2021, un crecimiento de 35% en estos 10 meses. Mientras que la gasolina extra y ecopaís aún están por debajo del precio antes del decreto presidencial ($ 1,85), pues a marzo de 2021 el galón está en $ 1,83.
Arauz dice que una de sus primeras decisiones cuando llegue a Carondelet será congelar el precio del diésel, justo el 24 de mayo del 2021. De esta forma pretende dar un respiro al sector productivo y automotor, así como reducir el impacto en sus ingresos y la variación en el precio de mercancías que transportan y suelen ser productos de primera necesidad.
Sin embargo, cabe traer a colación el Decreto 799 que firmó el expresidente Rafael Correa en octubre de 2015. Mediante ese decreto eliminó de forma parcial 40% del subsidio al Jet Fuel -gasolina para aviones-, y determinó que EP Petroecuador fijara mensualmente el precio del diésel y otros carburantes para uso comercial e industrial. La fijación de precios se daría con base en un costo promedio ponderado (entre el costo del combustible importado y el de la producción nacional).
Mediante esa focalización, Correa dio el primer paso para recortar el subsidio que se ha mantenido desde la década de los 70 con el primer boom petrolero. Correa alegaba que el componente del combustible es mínimo en la cadena de producción y las empresas podrían asumir ese valor sin pasarlo a los consumidores.
ALREDEDOR DEL 10% DEL GASTO PÚBLICO VA A CUBRIR EL DÉFICIT DE LOS DERIVADOS DE PETRÓLEO
El origen de los subsidios a los combustibles yace en 1974, cuando nació con el fin de abastecer los requerimientos del transporte militar y del público y privado. De este modo, se daba un beneficio a la población y se le incentivaba a la demanda de este y otros bienes. Sin embargo, esto fue posible gracias a los excedentes económicos que tenía el fisco en su primer auge petrolero.
Pero para 1982 este subsidio ya llegó a ser un peso grande para el Estado ecuatoriano debido a la caída de los precios del petróleo y a la moratoria de la deuda externa, por lo que se dio un incremento gradual de los precios de los combustibles hasta mediados de los años 90. La última modificación de los precios de la gasolina fue en 2003 hasta mayo del 2020, cuando entró en vigencia el sistema de bandas cambiarias.
La proforma presupuestaria de los subsidios a los combustibles está cerca de los $ 2 mil millones. Frente al resto de subsidios, entre seguridad social, desarrollo social y desarrollo agrícola, el subsidio a los combustibles representa 36% del total de subsidios.
La diferencia de este y los demás subsidios es que este gasto que asume el Estado beneficia a toda la población sin distinción, es decir, todo habitante, de cualquier estrato socioeconómico hace uso de esta reducción del precio. Por lo que el problema de esta política es que se implementó sin una focalización, sin una temporalidad específica y sin un plan de seguimiento y evaluación que permita priorizar ciertos subsidios.
Cuadro
Principales destinos de gasto corriente devengado en el Presupuesto General del Estado
Sin embargo, el gasto público total ejecutado para cubrir los derivados deficitarios es casi el doble de lo presupuestado. Dentro de los gastos corrientes del gobierno central está el Financiamiento de Derivados Deficitario (CFDD), que corresponde al valor de la diferencia que el Ministerio de Economía y Finanzas requiere para cubrir las importaciones de derivados, el intercambio de crudo-productos, compras locales de hidrocarburos y otros carburantes.
Este rubro hasta el tercer trimestre de 2020 se devengó en $ 2.293,92 millones, que representa 10,3% del total del Presupuesto General del Estado (PGE) y 2,38% del PIB (Cuadro 1), aunque en 2020 el gobierno gastó menos en este rubro debido al confinamiento por la pandemia y al desplome de los precios del petróleo. Por lo que si comparamos el gasto devengado hasta el tercer trimestre del 2019 con el 2020 hubo una variación de -32,09%.
Mientras que en un año completo en pre pandemia (2019), el valor devengado del CFDD fue de $ 4.439,51 millones, es decir, cubrió 12,7% del PGE, que equivale a 4,14% del PIB de ese año.
LA BRECHA QUE ASUME EL GOBIERNO POR COMERCIALIZAR DERIVADOS FUE POSITIVA PARA LA GASOLINA POR PRIMERA VEZ
Con un crecimiento exponencial del parque automotor, incentivado por el bajo precio de los combustibles, la demanda ha crecido de manera sustancial. Esto implica que el gobierno debe cubrir la brecha entre la oferta nacional y la demanda y, por lo tanto, tiene que importar derivados de combustible para satisfacer al mercado.
Dado que Ecuador mantenía los precios congelados para el consumidor final, el gobierno era y es quien se hace cargo de la diferencia de los precios internacionales de derivados de petróleo. Con la mayor demanda de combustibles hay a su vez mayor importación de derivados. Los precios del petróleo son altamente fluctuantes y los ingresos del Estado dependen de ese precio, esto también implica un mayor gasto para cubrir el déficit de producción nacional de derivados de petróleo.
El Gráfico 1 muestra la evolución de la diferencia entre ingresos y gastos que recae en el gobierno central solo por cubrir la comercialización de derivados. Se distingue cómo esta diferencia responde a los precios internacionales, pues con el alto precio del petróleo en el segundo boom petrolero -hasta el 2014- el gasto fue elevado. Pero a partir del 2015, esta diferencia se redujo principalmente por la caída de los precios del petróleo.
En nuestro, caso estas fluctuaciones recaen en el presupuesto del gobierno. Sin embargo, este es el caso solo de Venezuela (donde los combustibles son prácticamente regalados), luego Ecuador (que se paga muy bajo) y Bolivia (donde también se paga una tasa fija, aunque poco más elevada que la de Ecuador). Los demás países de la región son los consumidores quienes hacen frente a la volatilidad de los precios internacionales.
Gráfico 1
Diferencia entre ingresos y costos por comercialización de derivados
En 2020, se evidencia por primera vez en el siglo una diferencia de ingresos y gastos positiva en la gasolina de $ 83,9 millones de dólares. Este resultado sería gracias al confinamiento y, por ende, a la menor movilización y demanda de combustibles, a la caída mundial del precio del petróleo y, en parte, puede ser un pequeño reflejo del sistema de bandas.
CONGELAR LOS PRECIOS DE LOS COMBUSTIBLES BENEFICIARÍA A LOS MÁS RICOS
Un estudio del BID demostró que los impactos de la eliminación de los subsidios energéticos afectarían de manera especial a los dos quintiles más ricos de la población. En un escenario medio, es decir, en un aumento de precio medio, liberar el precio de los combustibles significa un incremento mensual de $ 53 millones para los hogares que usen diésel y $ 45,1 millones en total para quienes usen gasolina. Es decir, el impacto será mayor en los consumidores de diésel.
Sin embargo, el peso recae en los dos casos (diésel y gasolina) en la población más rica (Gráfico 3). Especialmente en la gasolina, pues 53% del impacto recaería en el quintil más rico y el otro 20% del peso en el segundo quintil con más ingresos.
El único combustible que afectaría a todos los quintiles prácticamente por igual si se libera el precio sería el Gas Licuado de Petróleo o gas doméstico. Es por ello que ningún gobernante ni candidato ha planteado la posibilidad de eliminar el subsidio al gas.
Gráfico 3
Gastos mensuales adicionales totales si se eliminaría el subsidio a los combustibles por quintiles (en un escenario medio)
PARA 2022 TENDREMOS QUE IMPORTAR 7,52 MILLONES DE BARRILES DE PETRÓLEO PARA CUBRIR LOS COMPROMISOS
La situación del país es crítica en todas sus aristas. Estamos atravesando la crisis económica más fuerte del país, mientras la situación macro fiscal está en su límite y no tiene la capacidad de respuesta para atender las necesidades de la crisis. A febrero de 2021 la deuda pública alcanza los $ 63.410,9 millones, es decir, 62,9% del PIB, mientras se sigue requiriendo más financiamiento.
Entre la deuda se encuentra el saldo de la venta anticipada de petróleo. El Ministerio de Energía y Recursos No Renovables indicó que al país le harán falta 20.576 barriles de petróleo diarios en 2022 para hacer frente a sus compromisos pendientes con dos estatales chinas, una empresa tailandesa y otros compromisos. Es decir, para 2022, Ecuador tendrá que comprar 7,52 millones de barriles.
El Gráfico 4 muestra la disponibilidad de petróleo prevista tanto para cubrir los compromisos como para exportar. En 2022 se estima que la producción de petróleo llegue a los 451.286 barriles diarios, de los cuales, se dispondrá solo de 232.356 para la exportación. En tanto que los compromisos para ese año son de 252.931 (Gráfico 4).
Gráfico 4
Capacidad de exportación de petróleo 2021-2024
La producción petrolera del Ecuador está a la baja debido a la reducción paulatina del rendimiento de los campos maduros y para producir más a través de una nueva perforación o mejorar la eficiencia de los pozos maduros se requiere de mucha inversión, algo que el Estado no puede asumir y menos aún con los costos asociados por subsidios que le impiden tener ganancias internas.
(*) Elaborado por Karen Lucero, redacción Revista Gestión.
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Last modified on 2021-04-01