La caída del PIB después de dos meses de producción paralizada por el confinamiento estaría entre -5% y -9% del PIB, según la Consultora Multiplica. Esto implica un retroceso completo de la economía y se refleja en la disminución de todos los indicadores sociales y económicos. Se prevé una pérdida de hasta 750 mil empleos y un aumento de la pobreza de 10%. Todo esto genera una presión al sector fiscal y un impacto negativo en sus cuentas nacionales, presión que es asumida por el sector monetario dejando en riesgo la liquidez del país. Ante ello, se busca todo tipo de financiamiento: multilaterales, disminución de reservas internacionales, reservas de oro y mayor carga impositiva para los ciudadanos con el fin de sostener el sistema.
La recesión que se espera a nivel global por efectos del coronavirus llegaría a -2,2%. Incluso las potencias económicas están cayendo fuertemente: Alemania (-6,8%), Francia y Reino Unido (-5%), Estados Unidos (-2,8%) y Japón (-1,5%). En Ecuador, en un escenario moderado con dos meses del año sin trabajar, el efecto neto para 2020 sería una caída del PIB de entre -5% y -9% sumado a una pérdida de entre 500.000 a 750.000 empleos tanto en el sector formal como informal.
Ecuador comparte características con Argentina (a la cual le espera una severa recesión de -6,5%) debido a sus problemas fiscales y al elevado nivel de endeudamiento insostenible previo a la pandemia, por eso la severidad del impacto de estas economías podría ser similar. La crisis sanitaria, que ahora también es de producción y social, ha forzado a que el gobierno busque mecanismos donde involucre a todos los agentes de la economía para contrarrestar la magnitud de la crisis. Por ello, el viernes 10 de abril el presidente Moreno anunció varias medidas aunque el texto definitivo aún no llega al Legislativo.
CAMINANDO EN REVERSA
Es un hecho que la economía en general se contraerá, esto significa que se retrocederá en el tiempo ya que todas las principales variables de la economía se reducirán y, en otros casos, empeorarán. Las expectativas de la producción se reducen en todos sus componentes: el consumo de familias, la inversión, el gasto público, las exportaciones e importaciones (Cuadro 1).
El confinamiento ha provocado la destrucción de pequeñas y medianas empresas. Solo actividades relacionadas con la salud, alimentos y reparto, telecomunicaciones y tecnología digital se mantienen firme. Las consecuencias recaen en una posible pérdida de 750 mil empleos, se estima una pérdida de 300 mil empleos formales y 450 mil informales.
Cuadro 1
Previsiones de los indicadores económicos frente al coronavirus
En sí, desde 2015 se ha dado un deterioro en la situación laboral; de los ocho millones de personas económicamente activas (PEA), solo 3,15 millones tienen un empleo pleno, 4,64 millones entre subempleo y otros tipos de empleo no pleno, y cerca de 300 mil personas en el desempleo. La pérdida estimada de empleo incrementará aún más la pobreza que podría pasar de 25%, antes de la pandemia, a 35% en un par de años.
Dicha catástrofe social hará una mayor presión al fisco y a la producción. El consumo privado de los hogares, que constituye el 80% del consumo total cada año, caerá -9,6% según se avizora, o sea más que el PIB, siendo un shock negativo para la oferta.
Otro impacto para la producción será la deflación, que irá de la mano con la recesión y podría estar en torno al -1% anual. La dicotomía de las empresas, entonces, está entre una mayor flexibilización en horas y salarios o la suspensión de pagos para evitar eliminar los puestos de trabajo.
Pero el gobierno debe cubrir también los despidos inevitables mediante algunas de las medidas planteadas: el seguro de desempleo (ahora ajustado para que se cobre en siete días), la cobertura de salud para desempleados y el incremento de otro millón de familias que cobrarán el Bono de Protección Familiar, incremento que refleja el empeoramiento de pobreza y desempleo.
EL SECTOR FISCAL EN APRIETOS: MENOS INGRESOS EQUIVALE A MÁS DEUDA
El Gobierno deberá ponerse más austero que nunca en el gasto de bienes y servicios, salarios, transferencias a GAD y, principalmente, en gasto de capital. Se estima que el gasto público podría caer de 5% a 12% en este año por las restricciones fiscales y de liquidez. No obstante, priorizará el gasto en salud y apoyo a los sectores sociales, especialmente para la seguridad alimentaria.
El sector fiscal no ha logrado equilibrarse en los últimos dos años. Según lo acordado con el FMI, se esperaba que para 2020 el déficit global fuera de -3,2% del PIB, que lograría equilibrarse con los superávits del Sector Público No Financiero (SPNF). Al encontrarse en un escenario inesperado por la pandemia, esto no pudo realizarse.
Los ingresos presupuestados están en el piso. El precio del petróleo se encuentra por casi 50% menos de lo estimado, y profundizado aún más por el daño de los oleoductos. Los ingresos tributarios caerían -9% a lo presupuestado para este año. Los ingresos no tributarios también caerán por la afectación del IESS, de las empresas públicas y la caída de venta de derivados. La suma de todos estos ingresos llegaría a los $ 16.000 millones, o sea una caída de 27% frente al presupuesto aprobado de 2020.
Este panorama podría llevar a un resultado global de -6,2% del PIB. Para cubrir el déficit global (-3,2%) se requerirá un financiamiento de $ 2.100 millones. El déficit se va a dar en todas las cuentas. La balanza comercial llegaría a un déficit de -1,1%, la cuenta corriente incrementaría el déficit de -0,3% a -2,2% del PIB, y, las transferencias también se reducirán en no menos del -20% por la reducción de remesas de emigrantes. La balanza de pagos tendrá una pérdida de reservas por -1% del PIB poniendo en riesgo la oferta monetaria del país al encontrarnos en dolarización.
SECTOR MONETARIO SOSTIENE LA PANDEMIA PONIENDO EN RIESGO LA LIQUIDEZ
El sector monetario es y será quien enfrente el impacto contra el sector real, por lo que debe mantenerse líquido. A pesar de que la banca se ha mantenido fuerte, solvente y sólida va a sufrir fuertes choques por la disminución de depósitos por la caída en ventas de empresas y de ingresos de sus clientes o su pérdida de empleo. Solo en el primer mes de cuarentena las tarjetas de crédito fueron más utilizadas, pero hasta un 60% de tarjetahabientes no pagó sus obligaciones, pidiendo diferimiento o no.
La liquidez total se verá reducida en -8% (Cuadro 2) debido a la caída de ingresos petroleros, exportaciones, inversión extranjera directa, menor confianza para inversiones en bonos; todos estos que son fuente de divisas para el país. Ante ello, los bancos acudirán a sus reservas líquidas que mantienen en el extranjero, porque deben tratar de mantenerse líquidos para cubrir los requerimientos de la economía nacional.
Cuadro 2
Previsiones cuentas monetarias
Además, los desembolsos de los multilaterales serán cruciales para mantener la liquidez del sistema. Moreno planteó, el pasado viernes, a la Asamblea un ajuste legal para financiarse mediante un crédito de liquidez con el Banco Mundial, el nuevo Banco de Desarrollo de Estados Unidos, el BID Invest y el Banco de Desarrollo para América Latina con período de gracia, bajo interés y sin garantías, según afirma. No se sabe a cuánto ascenderán estos desembolsos, pero la Consultora Multiplica estima que podrían rondar entre $ 5.500 millones, una cantidad exuberante que equivale a cerca de 5% del PIB.
Desde ya, el Gobierno ha estado agotando todos los recursos para hacer frente a la pandemia. El uso de reservas internacionales ha sido intenso en este tiempo, las reservas han llegado a su nivel más bajo en la década ($1.990 millones al 6 de abril) debido al pago de $ 325 millones en intereses de los bonos 2022.
Así también se ha puesto a cambio las reservas en oro por un crédito con el BIS, por 30 días renovables, y si Ecuador no tiene los recursos para pagar en ese período perderá el oro. Todo esto por fortalecer las reservas y la liquidez del país.
LA BUSQUEDA DE FINANCIAMIENTO FINALMENTE LLEGÓ A LOS BOLSILLOS DE LOS CIUDADANOS
Los efectos detonantes que va dejando la crisis sanitaria hacen que los problemas que ya existían se profundicen. El Gobierno debe buscar formas de financiamiento para cubrir las necesidades sociales, económicas y productivas del país, pero, encontrar financiamiento ya no es sencillo. El 23 de marzo se llegó a un récord de riesgo país para Ecuador, alcanzando los 6.063 puntos convirtiéndonos en el segundo país más riesgoso de Sudamérica, después de Venezuela.
Por eso, las medidas anunciadas el viernes 10 de abril por el presidente Moreno son medidas de última instancia, ya que contrae la economía para resistir a la recesión. Algunas de las medidas planteadas ya fueron mencionadas anteriormente, pero además está el retraso al pago de arriendos y 60 días después, y, los acuerdos que deben llegar entre escuelas y familias sobre el pago de pensiones con el fin de que nadie se quede sin un techo ni tampoco sin educación.
Por otro lado, el Ejecutivo dispuso la contribución progresiva de todos los actores de la economía, resaltando el mensaje de que “los que menos ganan, menos pagan y los que más ganan, más pagan”.
Así, la idea es que las empresas con utilidades superiores a $ 1 millón aporten con 5% de esa utilidad, en tres pagos mensuales. Este dinero iría a la Cuenta Nacional de Asistencia Humanitaria que servirá para sostener las pequeñas empresas y a los pequeños productores. Los ciudadanos naturales también aportarán a esta cuenta mediante una contribución progresiva según su salario, por nueve meses, excluyendo a las personas que ganan menos de $ 500 dólares.
Las cámaras y gremios ya se pronunciaron en contra y que consideran que estas medidas implican quitarle liquidez al sector productivo.
Las medidas son fuertes y sin duda afectarán el bolsillo de todos los ecuatorianos, pero ante tan dura situación las alternativas son pocas para procurar que la economía no llegue a colapsar.
Nota de la redacción: resumen y gráficos por Karen Lucero.
* MULTIPLICA es una compañía de consultoría e investigación, fundada en enero de 1994. Su objetivo central es llevar adelante investigación aplicada en las áreas empresariales, macroeconómicas, finanzas y desarrollo.
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Last modified on 2020-04-14