Otro de los problemas estructurales que ha dejado en evidencia la pandemia es el uso recurrente de billetes y monedas. En Ecuador, los pagos por medios electrónicos han aumentado y se redujo el uso de cheques; sin embargo, la ciudadanía aún prefiere pagos con efectivo, que son transacciones llevadas a cabo fuera del sistema financiero. Durante la pandemia, 31% de liquidez total del país estaba representada por dinero en efectivo. Otra causa de las preferencias por billetes y monedas es que la mitad de la población del país no está dentro del sistema financiero.
La pandemia, según estimaciones del Banco Central, representará la caída histórica más pronunciada del PIB desde 1927 que se tiene registros. En 1933, durante la gran depresión mundial, la caída del producto fue de -4,2%. En 1999, como resultado de la crisis financiera, el país decreció en -4,7%. En 2016, como resultado del terremoto, el resultado de la producción fue de una variación negativa de -1,2%. Pero para 2020 se esperaría una contracción de entre -7,3% y -9,6%.
En el sector financiero, las transacciones usando medios electrónicos superaron al pago tradicional con cheques (Gráfico 1). Hasta el 2014, el uso de cheques como medio de pago era el más usado, sin embargo, el Sistema de Pagos Interbancarios (SPI) operado por el Banco Central se convierte en una opción rápida y segura para los usuarios al momento de realizar una transferencia.
Por mencionar cifras, en 2010, $ 55,3 mil millones de pagos se realizaron en cheques, mientras que solo $ 30,6 mil millones se hacían mediante el uso del Sistema de Pagos Interbancarios.
Gráfico 1
Medios de pagos físicos (cheques) y electrónicos
Al 2019, se procesaron $ 113 mil millones dólares haciendo uso del Sistema de Pagos Interbancarios, cifra que se asimila al PIB total del país. Esta migración del sistema físico al electrónico ha sido posible por los esfuerzos del Banco Central, pero también por el interés de la banca privada para facilitar las transacciones entre usuarios en términos de tiempo y costos monetarios.
EN LA PANDEMIA SE REDUJO EL USO DE TARJETAS DE CRÉDITO
Desde inicios de año, el consumo diferido con tarjetas de crédito era menor al reportado en 2019 (Gráfico 2). La pandemia, las restricciones a la circulación, el confinamiento y la caída de los ingresos de los hogares y empresas son los determinantes de la pronunciada caída del consumo con tarjetas de crédito.
Gráfico 2
Consumos diferidos con tarjetas de crédito
En marzo, luego del Estado de excepción, los consumos con tarjetas de crédito caen de manera importante, tanto el número de transacciones realizadas, como el monto total. En el mes de abril fue un 58,38% menos que en el mismo mes de 2019. Si bien luego los consumos se recuperan, aún están por debajo del 2019; en agosto fueron $ 438 millones menos que en 2019.
ECUADOR DEMANDA EL DOBLE DE BILLETES Y MONEDAS QUE SUS PAÍSES VECINOS
En el Ecuador, a pesar del creciente sector financiero y el apoyo a medios de pago electrónicos, el uso del dinero en efectivo persiste. El país es uno de los que más billetes y monedas demanda, el doble que Colombia y Perú.
Gráfico 3
Demanda de efectivo en el país
Fuente: Banca Central del Ecuador, 2020.
La demanda de dinero físico se calcula con los depósitos de privados en el Banco Central, menos la demanda de billetes y monedas de la banca y cooperativas. Durante los primeros meses de la pandemia, de marzo a junio, la demanda de efectivo de las bóvedas del Banco Central fue $ 1.600 millones más que en 2019 (Gráfico 3).
Para satisfacer la necesidad de dinero contante y sonante, el Banco Central importó $ 1.897 millones desde la Reserva Federal. Es importante reconocer que la importación de billetes y monedas genera un importante costo para el Banco Central.
Luego de la pandemia estricta, en julio, las instituciones financieras empiezan a depositar una gran cantidad de monedas y billetes en el Banco Central. A partir de julio, los depósitos de privados superan a los retiros, y por lo tanto la demanda de efectivo se torna negativa, solo en julio se demandó $ 346 millones de dólares en físico menos que en 2019.
EL PROBLEMA DE LA FORMA DE PAGO AÚN ES ESTRUCTURAL
Según Verónica Artola, gerenta del Banco Central del Ecuador, la preferencia por el efectivo tiene sus raíces en la estructura económica y social del país. En la Tabla 1 se resumen indicadores en diversos países de la región. Ecuador, en la inclusión financiera se muestra como un problema a tratar. Cerca de la mitad de los ecuatorianos no hace uso del sistema financiero para realizar sus pagos.
Tabla 1
Indicadores de varios países sobre serviciosfinancieros
En un estudio de la Superintendencia de Bancos y la Universidad Espíritu Santo, se identifican las razones por la cuales parte de la población no accede al sistema financiero, entre ellas: reservas y disponibilidad de dinero mínima para hacer uso de una cuenta; algún miembro de la familia ya posee cuenta y esta se usa por todos los miembros del hogar; falta de documentación; desconfianza del sistema financiero; y, costos y distancia que implica su uso. A pesar del ralentizado avance de Ecuador en la inclusión financiera, en países como Chile y Brasil, la mayor parte de la población no accede a servicios del sistema financiero.
En los dos últimos indicadores, pagos electrónicos anuales per cápita y liquidez de la economía en efectivo, claramente se evidencia que en Ecuador el uso real de servicios financieros es altamente reducido. Durante la pandemia, el dinero en efectivo en la economía sobre el total se incrementó del 29% al 31%.
Existe una marcada preferencia por el uso y tenencia de efectivo “en el bolsillo”. En el resto de países considerados, el uso de transferencias electrónicas es mucho mayor y se prefiere menos billetes y monedas.
En 2019, cerca de $ 18 mil millones se pagaron haciendo uso de tarjetas de crédito y débito. Mientras que en pagos directos persona a persona, el monto transado fue de cerca de $ 29 mil millones de movimientos en dinero en efectivo. Los desafíos aún persisten porque en gran cantidad de establecimientos, por lo general pequeños o informales, a nivel nacional, no es posible realizar pagos haciendo uso del sistema financiero.
Si bien los retos, por la estructura y el manejo de las actividades en el país, dificultan en gran medida el uso masivo del sistema financiero para realizar los pagos, se puede optar por alternativas innovadoras, inclusivas, de fácil acceso y bajo costo. Por ejemplo, una aplicación de pago entre grandes empresas y pequeños clientes que permita que una gran cantidad de efectivo se guarde en los bancos y las transferencias se lleven a cabo mediante el Sistema de Pagos Interbancarios. Con el uso de medios electrónicos, se logran reducir los costos en tiempo de entrega y, además, las transacciones se pueden realizar de manera más segura.