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Se esperaría que un país que gasta más en salud pública tuviera mejores resultados frente a la pandemia del coronavirus. No obstante, son otros los factores que han hecho que unos países sean más vulnerables que otros. Ecuador ha sido el más afectado por el COVID-19 en la región, siendo el país con más casos positivos por cada 100 mil habitantes (158 casos) y 24.934 casos totales hasta el 30 de abril. Lleva, además, 900 muertes reportadas por coronavirus pero a la fecha hay 2.353 muertes en contexto con la pandemia.

El gasto en salud es uno de los rubros más importantes dentro del Presupuesto General del Estado (PGE) para la mayoría de los países, junto con educación y seguridad. Con el tiempo ha ido tomando más participación como parte del PIB. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el promedio en América Latina pasó del 1,5% de gasto en salud en el 2000 al 2,2% del PIB en 2018. Es decir, que en promedio se incrementó en 0,7%.

Si bien no ha sido un incremento exuberante, sí ha generado beneficios representativos para la región, como la reducción en la tasa de mortalidad infantil o el incremento de la expectativa de vida.

Como muestra el Gráfico 1, existe una relación directa entre el gasto público en salud y las expectativas de vida por país. Tal parece que, a medida que el gasto en salud es mayor, también lo son los años esperados de la población. Venezuela es el país que asigna menor gasto público en salud, lo que sería un factor para que tenga el segundo nivel más bajo de expectativa de vida (72 años). Por el contrario, Uruguay es el país con mayor gasto público en este rubro y ha hecho que tenga un alto nivel de expectativas para su población (77 años).

No obstante, existen casos que se alejan de esta tendencia, como Chile y Bolivia. Bolivia es el país con menor expectativa de vida de la región (70 años), pese a que su gasto en salud sea relativamente alto (4,5% del PIB), mientras que Chile supera en gran medida los años esperados de vida, aunque su gasto sea moderado (5,2% del PIB). Estas particularidades se deben a factores externos al gasto en salud.

Hay otros determinantes que inciden en los años de vida de una persona. Entre tantos podríamos resaltar la calidad de alimentación, la seguridad, las costumbres, tradiciones, nivel de educación, acceso a servicios básicos, el clima e incluso la religión. Todos estos factores alteran la calidad de vida de una persona influenciando en distinta proporción en los años de vida esperados.

Gráfico 1
Gasto público en salud como porcentaje del PIB (2016) vs años de expectativa de vida (2018)

Revista Gestión

ECUADOR: EL PAÍS CON MÁS CASOS DE COVID-19 PER CÁPITA DE LA REGIÓN

Pero la pandemia del coronavirus no ha distinguido país ni gasto público en salud, sino que se ha basado en otros factores, como tradiciones, movilidad humana, calidad alimentaria, etc. para invadir de manera más agresiva. Se esperaría que aquellos países que asignan mayor presupuesto en salud estarían más preparados para enfrentar y frenar la pandemia. Sin embargo, no ha sido este el resultado.

Chile, siendo un país con un gasto importante en salud y con mayores años de expectativa de vida de su población, es el segundo con más casos de coronavirus per cápita en la región. Ecuador también cuenta con un nivel de gasto público moderado (4,3%), no obstante, es el país con más casos de COVID-19 por cada 1.000 habitantes en Sudamérica y el segundo en Latinoamérica, después de Panamá (Gráfico 2), según los datos recopilados de cada ministerio de salud, entidades privadas y medios de comunicación.

Ecuador, hasta el 30 de abril, registraba 158 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, según la recopilación de datos de Ojo Público. Entre las principales causas se ha atribuido al incumplimiento de la población ante las medidas dispuestas por el Ejecutivo para enfrentar la emergencia sanitaria, lo que ha causado serios focos de infección.

Según la BBC, expertos aseguran que un factor determinante ha sido la conexión de Ecuador con España. Los ecuatorianos son la principal comunidad migrante para España, con 422.000 ecuatorianos residentes. Y, justamente, el caso cero con coronavirus fue una mujer ecuatoriana que residía cerca de Madrid. Por ello, esta es una guerra que no depende solo del fisco sino de todos los actores de la sociedad civil.

Gráfico 2
Gasto público en salud como porcentaje del PIB (2016) vs casos de COVID-19 por cada 100 mil habitantes

Pese a las prontas medidas tomadas por el Ejecutivo como respuesta a la pandemia en el país, Ecuador es el más afectado de Sudamérica. Todos los factores que inciden en la salud de las personas sobrepasan las respuestas que pueda dar el Gobierno. Por tanto, la responsabilidad recae con mayor peso en la sociedad civil. Sin embargo, esto se complica para más de un cuarto de la población que vive en pobreza y, ahora, se suman las personas que se han desplazado a este grupo, incrementando así las barreras que imposibilitan un cuidado de la salud adecuado. Además, el posible retorno de las actividades depende justamente de la responsabilidad con el distanciamiento social que promueve el Gobierno.

Por: Karen Lucero, redacción Revista GESTIÓN.

 

 

 

 

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Last modified on 2020-05-06

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