El taller-laboratorio de restauración El Obrador, integrado por Ximena Samaniego y Sylvia Ortiz, cumple 30 años este 2017. Especialización técnica y conocimientos científicos suman a su amplia trayectoria un trabajo de primera. Sin duda, su experiencia las ubica entre las mejores restauradoras del país.
Samaniego y Ortiz tienen vasta experiencia en el manejo de las obras de arte, lo que las ubica entre las mejores profesionales de su área en Ecuador. Han participado de forma activa en la recuperación de iglesias, conventos y archivos de Quito —en el ámbito público— y en colecciones de bancos museos y bibliotecas —en el ámbito privado—, dedicando su esfuerzo al rescate del patrimonio contemporáneo y de siglos atrás. Esto lo hacen amparadas en los estudios que han realizado a lo largo de su vida y que garantizan la restauración íntegra de las obras.
El campo de acción del taller El Obrador se centra en la restauración de pinturas, esculturas, cerámica precolombina, marcos, espejos, libros, talles en madera dorada, como retablos o artesonados, y todo tipo de antigüedades y obras contemporáneas que, por diversas circunstancias, han perdido sus cualidades estructurales o estéticas.
Como actividades complementarias, este taller-laboratorio presta también servicios de avalúo e inventario pues las obras de arte pueden tener fines comerciales, pueden ser parte de reparticiones testamentarias o pueden ser aseguradas con fines de protección durante viajes o sencillamente por el hecho de ser objetos valiosos en sí mismos.
Según Ortiz, es penoso ver “que coleccionistas son estafados por seudos restauradores que dañan las obras” y esto se da porque “no aplicar los procesos técnicos y científicos adecuados puede generar daños irreparables”.
En El Obrador cuentan con las certificaciones de los organismos que rigen la restauracion en el país, lo que hace que su trabajo sea acreditado.
“Nuestro trabajo es garantizado, pues contamos con las certificación del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, el máximo organismo que rige las intervenciones de los bienes patrimoniales en el país y, desde 1996, hemos trabajado como contratistas del Instituto Metropolitano de Patrimonio del Municipio de Quito (antes Fonsal), en el rescate de las grandes colecciones de arte quiteño que embellecen los edificios religiosos del centro histórico de nuestra ciudad”, explican.
Para Samaniego, el objetivo principal del taller es devolver el mensaje que el autor original de la obra quiso trasmitir y preservar los bienes culturales y patrimoniales en su mayor y más amplia integridad.