El subsidio a los combustibles es perjudicial para los más pobres, pues se toma dinero que podría utilizarse para reducir la pobreza y se lo destina a beneficiar a quienes más tienen, al contrabando e incluso al narcotráfico. Año a año, los ecuatorianos hemos dejado de invertir miles de millones de dólares en seguridad, salud, educación o en políticas que favorecen la creación de empleo para pagarle la gasolina a personas que están en mejor situación que el promedio. Pero, ¿qué hubiera pasado si ese dinero se habría utilizado de manera distinta? En un lapso de 10 años, esa parte del subsidio que ahora se va a los más pudientes, sumaría aproximadamente $ 24.000 millones ($2400 millones adicionales se habrían entregado para obra a municipios, prefecturas y juntas parroquiales) e incrementarían el PIB anual en 2%.
Fuente: Expreso.
Last modified on 2024-07-10