En el último año, los precios de los derivados aumentaron como resultado de la eliminación progresiva de las subvenciones; el precio del diésel ha crecido en un 42,3% mientras que la gasolina extra en 7,5%. Varios estudios encontraron que los subsidios a los combustibles favorecen en mayor medida a los quintiles de mayor ingreso, pues el 60% de los beneficiados son de clase alta y media alta. Cabe preguntarse: ¿son realmente caros los precios del combustible en el país? Relativamente no. A pesar de que el incremento de los precios de la gasolina y diésel no sea socialmente aceptado, no estamos ni siquiera cerca de la cotización internacional. Fuente: Revista Gestión.
Last modified on 2021-05-17
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