El uso de dinero físico -que reposa en las bóvedas del Banco Central– por parte de las instituciones financieras sigue disminuyendo. La gerenta del Banco Central, Verónica Artola, estima que en 2019 la demanda de dinero en bóvedas alcanzará los $ 100 millones. Esto comparado con los $ 1.298 millones en efectivo que salieron de las bóvedas del Banco Central en 2016 significa una caída de 92% en poco menos de tres años. Por ley, los bancos están obligados a mantener reservas en efectivo en las bóvedas del Banco Central, para dar mayor liquidez. Ese esfuerzo de las instituciones financieras, incluyendo bancos y cooperativas, dice Artola, se expresa en el desarrollo de otros medios de pago como las transferencias electrónicas, los cheques y las tarjetas de crédito y de débito. Fuente: Primicias, 22 de septiembre.
Last modified on 2019-09-23