La razón que explica cómo se logró la desaparición de las 228 toneladas de material mineralizado, con alta concentración de oro, de las bodegas de la Agencia de Regulación y Control de Energía de Imbabura está en sus procesos rudimentarios de custodia. Además de las redes de corrupción que operan internamente, la Contraloría, en su informe con indicios de responsabilidad penal DPI-0013-2022, documenta la negligencia. El documento indica que después de que los policías o militares incautan los sacos con rocas en operativos contra la minería ilegal, las evidencias llegan a las bodegas de la Agencia. Allí, “el material mineralizado es acumulado sin ningún tipo de disposición técnica para su control, almacenaje y sin ningún cuidado ambiental”.
Fuente: Expreso.
Last modified on 2022-10-28