La cárcel más poblada de Bolivia fue puesta este martes en estado de aislamiento sanitario, tras un motín y otras protestas derivadas de la muerte de tres privados de libertad, uno de ellos positivo de covid-19 y otros dos con síntomas de haber contraído también esa enfermedad, reportaron medios locales.
Se ha dispuesto "aislamiento inmediato de todas las personas que hubieran tenido contacto (con los fallecidos) y desinfección y fumigación de las instalaciones del centro de rehabilitación de Palmasola", dijo en un comunicado la Dirección de Régimen Interior.
El anuncio fue hecho mientras medios locales reportaban que dos reclusos de esa cárcel de la ciudad de Santa Cruz (este) murieron el fin de semana en hospitales y que un tercero falleció en la noche del lunes en las puertas de un centro médico a donde era llevado tras presentar súbitos síntomas asociados con covid-19.
El viceministro de Régimen Interior, Javier Issa, dijo a reporteros que se había confirmado que el primer deceso fue a causa de covid-19 y que se esperaban los resultados de análisis sobre los otros dos fallecimientos.
El funcionario aseguró que luego del aislamiento de una decena de presos que habían tenido contacto cercano con los fallecidos y de la puesta en marcha de un plan de vigilancia sanitaria, la calma había sido restablecida en ese penal, el más grande del país.
Los casi 7.000 reclusos de Palmasola se amotinaron en la noche del lunes exigiendo medidas de bioseguridad.
El Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz alertó sobre el riesgo de contagios masivos en ese penal, cuya capacidad es de 1.700 plazas.
En Bolivia hay actualmente unos 19.000 presos, más del doble de la capacidad total del sistema penitenciario, según informes oficiales. (Sputnik)