México deportará a 98 centroamericanos tras intento de entrar a la fuerza a EEUU

El Gobierno de México deportará a 98 migrantes centroamericanos detenidos tras intentar ingresar violentamente a territorio estadounidense el domingo, en un cruce fronterizo entre la ciudad de Tijuana (México, norte) y San Diego (EEUU, sureste), informó este lunes el comisionado nacional del Instituto Nacional de Migración (INM), Gerardo García Benavente.

"Las 98 personas detenidas, de un grupo de unas 500 que actuaron bajo el anonimato, serán retornadas a sus países con base en la Ley de Migración y del mecanismo de retorno asistido y deportación, enfrentan un proceso de deportación inmediata, están en camino al centro del país hacia la frontera sur (con Guatemala) para que lleguen a sus países", informó el alto responsable del INM en entrevista con el medio local Grupo Imagen.

Según el INM los migrantes actuaron "tratando de lesionar y agredir a elementos de la Policía Federal" que resguardaban el puesto fronterizo y actuaron "en masa, disque para hacerse escuchar por las autoridades estadounidenses, que tienen un número determinado de detenidos, que ellos deberán informar, si lo intentan de nuevo vamos a aplicar la ley puntualmente".

Los agentes migratorios son apoyados por un operativo de la Policía Federal que comanda personalmente el comisionado nacional de esa corporación, Manelich Castilla Craviotto, en coordinación con el Gobierno de Baja California, estado norteño donde se localiza Tijuana, para vigilar el albergue de migrantes y las garitas fronterizas, puntualizó el reporte oficial.

La noche del domingo, la secretaría federal de Gobernación, informó que pondría en marcha los mecanismos de retorno asistido y deportación "para hacer abandonar del territorio nacional a aquel extranjero que violente el marco legal vigente", sin mencionar las cifras de detenidos que serán deportados que ofreció García Benavente.

El organismo encargado de la política interior del Gobierno de México, reforzó la frontera norte con EEUU con agentes de la Policía Federal.

El operativo logró contener al grupo de casi medio millar de migrantes que intentaron cruzar violentamente en el paso fronterizo de El Chaparral, Tijuana.

El Gobierno de México calificó el intento multitudinario como "actos de provocación, que lejos de ayudar a sus objetivos, atentan contra el marco legal migratorio y pueden resultar en un grave incidente en la línea fronteriza", dijo en un comunicado la secretaría de Gobernación.

Sobre la reacción de las autoridades estadounidenses, para rechazar el ingreso de los centroamericanos, incluso con gases lacrimógenos, la dependencia federal mexicana afirmó que "no se reportan heridos por arma de fuego".

El número oficial de personas que conforman la llamada caravana migrante es de 8.247; de estas, 7.417 se encuentran en el estado de Baja California, ubicadas en los municipios de Mexicali y Tijuana, dijo el INM en otra tarjeta informativa enviada ala prensa extranjera acreditada.

Además 830 centroamericanos están repartidos en el territorio: 424 se encuentran en un albergue la Ciudad de México, en Tlahuac (sur capitalino); 253 transitan por el estado de Sinaloa hacia Sonora (norte); y 153 se trasladan por sus propios medios a la frontera norte del país, según el balance oficial.

MILES DE DEPORTACIONES Y "RETORNOS ASISTIDOS"

Las autoridades migratorias mantendrán su plan de acciones para que los centroamericanos regularicen su situación migratoria, mediantes refugio o acceso a las ofertas de empleo formal y visas de trabajo, del plan "Estás en tu casa".

Sin embargo, el INM informó que "derivado de operaciones de control y verificación, así como de peticiones voluntarias, han retornado a sus naciones de origen a 11.000 centroamericanos que se encontraban de manera irregular en México", dice el último balance oficial emitido tras los eventos de violencia.

De dicha cifra, "cerca de 2.000 centroamericanos que integraban las distintas caravanas han obtenido el apoyo del INM para su retorno voluntario asistido" a sus países, vía aérea o terrestre, desde el pasado 19 de octubre, cuando comenzaron a entrar por la frontera sur con Guatemala.

Estas acciones se desarrollan en el marco de "acuerdos entre México, los países del Triángulo Norte de Centroamérica así como Nicaragua", y en colaboración con instituciones civiles internacionales, como la Organización Internacional para la Migraciones.

Ante algunas críticas sobre la reacción gubernamental mexicana, el INM reiteró su compromiso de "respetar y velar por los derechos humanos de todas las personas que ingresan y transitan por el territorio nacional, independientemente de su condición migratoria", dice el balance de las caravanas.

También se pronunció por la política de "no criminalización de la migración", y por evitar el despliegue de fuerzas militares para enfrentar este problema.

El despacho federal de Gobernación es el responsable de la comunicación y coordinación con el Gobierno de EEUU.

El presidente de EEUU, Donald Trump, volvió a pedir este lunes a México que detenga a los migrantes centroamericanos que buscan llegar a su país.

"México debe llevar a los migrantes que agitan banderas, muchos de los cuales son criminales de sangre fría, de regreso a sus países", al tiempo que insiste en que no entrarán en EEUU.

Trump advirtió en su cuenta de Twitter que EEUU cerrará  "la frontera permanentemente si es necesario", con un nuevo pedido al Congreso estadounidense para que financie la construcción de un muro en toda la frontera terrestre con México. (Sputnik)