Nicaragua no concurre a audiencia de CIDH por considerarla "improcedente"

El Gobierno de Nicaragua no se presentó este martes a la audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre las denuncias de represión a las protestas por considerarla improcedente, informó la comisionada de la CIDH para ese país, Antonia Urrejola.

"Este tema (represión y violencia) y los de derechos humanos estarían siendo monitoreados in situ por el Mecanismo de Seguimiento de Nicaragua (Meseni), por lo tanto, en opinión de la Cancillería nicaragüense, es improcedente la audiencia", indicó Urrejola al inicio de la audiencia convocada por la CIDH y solicitada por organizaciones sociales denunciantes.

El Gobierno envió una nota y un informe a la audiencia que quedarán registrados, según Urrejola.

El Meseni "es parte del informe que hizo la Comisión en su visita de trabajo a Nicaragua en el mes de mayo, por lo tanto, el Meseni es una recomendación que el Estado asumió y el Estado está cumpliendo con esa recomendación", indicó.

A la CIDH eso le "parece importante; sin embargo, la existencia del Meseni no obsta a que la Comisión continúe el resto de sus facultades y mandatos dentro de los cuales está el de hacer audiencias públicas", añadió.

La comisionada indicó que "hace tres años que el Estado no participa de las audiencias públicas", por lo que "parece importante escuchar a los denunciantes".

La sociedad civil denunció que "grupos de terceros armados siguen actuando con la policía, son los principales responsables de la muerte de más de 300 personas y más de 3.000 personas han resultado heridas".

Los denunciantes agregaron que "hay una intención de aplastar el disenso y (las autoridades) están tomando represalias contra todas las personas que tuvieron algún rol en las protestas".

Urrejola indicó que a través del Meseni la CIDH tiene "información de primera mano sobre lo que ocurre en Nicaragua y que, hasta ahora, la Comisión identificó a 325 personas muertas como resultado de represión de protestas, heridos, personal de salud despedido, entre otros".

Nicaragua vive desde el 18 de abril pasado una crisis originada por una serie de protestas opositoras que derivaron en duros enfrentamientos entre manifestantes, fuerzas de seguridad y grupos afines al Gobierno de Daniel Ortega.

El Gobierno reconoce que desde abril fallecieron unas 200 personas y asegura que la violencia es promovida por sectores adversos que buscan realizar un "golpe blando" contra el presidente Ortega, a los que acusa de terroristas.

Por su parte, la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos informó a fines de septiembre pasado que entre el 19 de abril y el 23 de septiembre se registraron 512 muertes. (Sputnik)