Cuando en el 2009 el expresidente Rafael Correa comenzó a hipotecar 1.325 millones de barriles de crudo ecuatoriano, a cambio de - en 8 años- recibir más de $ 18.000 millones en créditos con China, creyó que ese país “hacía lo correcto al colocar sus recursos en el desarrollo de proyectos en Ecuador”. Lo primero no suena tan desatinado, en efecto, la negociación resultó ser un festín para las petroleras asiáticas que no solo compraron el crudo a bajo precio sino que se beneficiaron de la jugosa pero ilegal reventa; pero lo segundo, el tal progreso, nunca se dio. Todo lo contrario, hoy se conoce que dicha política hidrocarburífera, en torno a la comercialización de petróleo que buscaba ponerle fin a la intermediación, dejó un perjuicio fiscal que asciende a los $4.771 millones.
Fuente: Expreso.
Last modified on 2022-03-30